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Desde Argentina HACIA EL CARIBE

JUAN PAN PIZZA celebra su vigésimo aniversari­o deleitando el paladar boricua con pizzas, empanadas y otras sabrosuras de la Tierra de Gauchos

- POR AMAYA GARCÍA VELASCO Sal.pr

En el 1993, una pareja de inmigrante­s argentinos, Fabián Señorele y Gloria Bevilacqua, alquilaron un pequeño local en la Avenida Jesús T. Piñero y lo bautizaron como Juan Pan Pizza: un local con pizza argentina en la que también podías encontrar empanadas típicas de ese país. Ahora, en su vigésimo aniversari­o, la familia Señorele celebra su merecido lugar como una de las autoridade­s en comida argentina en el área metropolit­ana con nuevos platos, una decoración siempre cambiante y su acostumbra­do calor familiar.

Fabián Señorele se educó como artista gráfico en su ciudad natal de Buenos Aires. No obstante, cuando llegó a Puerto Rico sus amigos le sugirieron abrir un negocio donde pudiera combinar su amor por el arte y su pasión por la cocina. “El hacía pizza para las amistades, y le decían: ‘Fabián, ¿por qué no montas una pizzería argentina?’ Y así comenzó todo”, cuenta su esposa Gloria entre risas. “Fue un crecimient­o bien paulatino, de cliente a cliente. Primero venían los amigos y la familia, y así continuamo­s creciendo”.

Tras la promoción de boca en boca –y de barriga contenta en barriga contenta–, los Señorele han tenido que expandir su local y sus ofrecimien­tos para satisfacer la demanda de su clientela fiel. Por eso, para celebrar sus veinte años, la familia añadió nuevos platos al menú e instaló un horno de piedra para aportar al sabor auténtico de su comida.

“Notamos la demanda de los celiacos, y añadimos pizzas personales gluten free, que se preparan al momento”, explica la hija de la pareja, Antonella Señorele. “Se tardan un poquito más, pero están disponible­s. También creamos una pizza que se llama Tripleta, porque aquí la gente viene y a veces me pide que le recomiende cosas que tengan mucha carne. Entonces esta tiene chorizo parrillero argentino, con los dos ingredient­es que la gente más nos pide: bacon y pepperoni”.

De igual manera, añadieron una variedad de postres y el nuevo “Ranchero Sampler” para complacer a aquellas familias que los visitan, que muchas han crecido junto con el negocio. “Nosotros tenemos niños que son clientes y ahora tienen 18 años y vienen desde que están en la barriga”, cuenta Antonella.

POCO A POCO, CONSTRUIDO A MANO

Además de la calidad de su comida, los Señorele le atribuyen el éxito de su restaurant­e al hecho de que es una empresa familiar, construida poco a poco por las manos de Fabián, junto con ayuda de albañiles. Gloria cuenta que, como tenían muy poco dinero cuando empezaron su empresa, casi todo, desde el arte en las paredes hasta el piso, fue elaborado e instalado por su esposo.

“Estudié arte gráfica, pero también me gustaba la cocina”, dice Fabián. “Y como siempre me de-

cían que pusiera una pizzería, le puse onda a la cocina primero y después empecé a expresar el arte a través de la decoración también; así unifiqué todo”.

El restaurant­e, decorado para simular los barrios La Boca y Caminito en Buenos Aires, es un lugar colorido, con escenas típicament­e argentinas como el autobús colectivo, la presencia de Carlos Gardel y muñecos ventrílocu­os jugando cartas en el boliche o bar.

“Siempre tratamos de ambientar como si fuera Argentina. Fabián, cada vez que va allá le compra un detallito al restaurant­e, entonces eso vuelve hacia nosotros. La gente, aunque uno no se dé cuenta, miran y sienten que, si bien nosotros estamos mejorando, también mejoramos el negocio para que ellos cada vez lo encuentren todo más bonito”, comenta Gloria.

Esta filosofía también aplica al servicio, otro de los aspectos que los Señorele destacan como parte de su éxito con los comensales. “Ya uno ve entrar al cliente y sabe lo que come”, asegura Gloria. “Eso les gusta, porque el cliente no solo viene a buscar buena comida; viene a buscar afecto, buena atención, que lo consideren y creo que nosotros hacemos eso muy bien”.

Por eso, aunque Fabián explica que su éxito todos estos años les ha traído varias ofertas de compra, los Señorele piensan mantener a Juan Pan Pizza en la familia. “Para mí un restaurant­e lo pone cualquiera. El tema es mantenerse, y mantenerse todo el tiempo”, afirma Fabián. Según Antonella, esa es la clave para lograr la consistenc­ia que los comensales esperan y así continuar la tradición familiar. “Nosotros todo el tiempo estamos probando la comida. Si un día no sale bien algo, mi papá va atrás y averigua”, dice.

La más joven del clan sonríe y reflexiona: “Ahora, ¿dónde nos vemos en los próximos 20 años? Yo no sabría para dónde más podemos expandir”.

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 ??  ?? A LA IZQUIERDA, la pizza tripleta que se prepara con chorizo parrillero, pepperoni y tocineta. Arriba, foto del establecim­iento que ubica en la avenida Piñero.
A LA IZQUIERDA, la pizza tripleta que se prepara con chorizo parrillero, pepperoni y tocineta. Arriba, foto del establecim­iento que ubica en la avenida Piñero.
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ARRIBA, pizza sin gluten, justo debajo, plato de entremeses.
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 ??  ?? ARRIBA, un pintoresco rincón de la pizzeria. Sobre estas líneas, botellas de cervezas Quilmes, una marca de cerveza argentina que produce esta bebida desde el siglo XIX.
ARRIBA, un pintoresco rincón de la pizzeria. Sobre estas líneas, botellas de cervezas Quilmes, una marca de cerveza argentina que produce esta bebida desde el siglo XIX.

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