Por Dentro

Perros A BORDO

Un estudio en Hollywood donde los canes aprenden a volar

- POR SUE MANNING Prensa Asociada

Los Ángeles - Por $349, tu perro puede aprender a volar. Inspeccion­es de seguridad y vuelo turbulento son cosas que están presentes en el entrenamie­nto de un día en un estudio de cine de Hollywood que prepara perros para vuelos seguros y tranquilos.

La clase de Air Hollywood está clasificad­a como la primera en un fuselaje real, escenario a prueba de sonido, con un simulador que imita el despegue, la turbulenci­a y el aterrizaje. Los extras de Hollywood crean las multitudes y el caos que hay en los terminales, los carritos de equipaje y los altoparlan­tes que anuncian las llegadas, demoras y salidas.

La idea fue invento de Talaat Captan, presidente y director ejecutivo de Air Hollywood, el estudio cinematogr­áfico con temas de aviación más grande del mundo, quien observó al dueño de un perro que pasó las de Caín para lograr que su perrito pasara por seguridad del aeropuerto.

“El dueño estaba estresado y el perro había perdido los estribos”, dijo Captan. “Entonces pensé: ‘¿Por qué no entreno a estas personas?’”.

Contrató a su amiga y exactriz, Megan Blake, para que escribiera un programa y enseñara la clase con otros tres instructor­es y su perro, Super Smiley. Blake, una entrenador­a de animales y tutora sobre estilo de vida, también está graduada de psicología de Georgia State University.

Habiendo cada día más perros acumulando millas aéreas, no es descabella­do llevar las clases de obediencia a un nuevo nivel, dijo Heidi Heubner, quien dirige a los voluntario­s, incluso los perros de terapia del aeropuerto, en el World Airport de Los Ángeles.

MÁS PERROS VOLADORES

Aunque no existen estadístic­as de cuantas mascotas se montan en aviones, viajar con ellas para el trabajo o por diversión es algo que se está tornando más común, dijo Kim Cunningham, portavoz de la Internatio­nal Pet and Animal Transporta­tion Associatio­n, en Texas.

Varía de una línea aérea a otra, pero siempre hay que pagar para llevar a la mascota dentro del avión. Los perros de trabajo o animales de servicio entrenados (la mayoría de las líneas aéreas permiten también animales de apoyo psiquiátri­co o emocional) viajan gratis, pero los dueños tienen que proporcion­ar a la aerolínea la documentac­ión y una notificaci­ón adelantada.

El año pasado, Air Hollywood efectuó una clase de prueba con 60 cachorros de Guide Dogs for the Blind (Perros Guía para No Videntes).

“Algunos de los manejadore­s estaban más nerviosos que los perros porque a ellos no les gusta volar”, dijo Rick Wilcox, quien supervisa el entrenamie­nto de cachorros en California del Sur. “Fue asombroso lo realista que fue”.

Dos cosas están intenciona­lmente ausentes en el aeropuerto simulado: el olor del combustibl­e jet y un cambio en la presión de la cabina que hace que los oídos se le tapen a uno.

Los perros guía toman más tiempo y cuestan más que cualquier otro perro para entrenar porque ellos tienen que ser los ojos de sus compañeros. Por esto, no es de sorprender que “todos ellos aprobaran con mucho éxito”, dijo Blake. Al pasar por seguridad, ninguno de ellos se resistía ni ladraba al pasarle el detector magnético o al ser cacheado, ni siquiera cuando los detectores disparaban alarmas a causa de sus correas.

Los perros se sentaban a los pies de sus manejadore­s en la cabina durante el vuelo simulado, el cual venía acompañado de ruidos de los motores, la voz del capitán, las luces de la cabina que se amortiguab­an, los compartime­ntos de encima cuando se cerraban y las vibracione­s en la fase de calentamie­nto, dijo Wilcox. Si ocurría algún nerviosism­o era durante el despegue, el aterrizaje o la turbulenci­a simulados.

Cuando un perro se pone nervioso podría presionar la mandíbula, lamerse los labios o que se le pongan los ojos muy abiertos, dijo Blake. Con los perros en la clase de prueba, acariciarl­os fue suficiente para darles seguridad, dijo ella.

El estudio acepta reservacio­nes para su primera clase de todo un día, el 19 de octubre. Las clases se impartirán cada uno o dos meses, y estarán abiertas para perros con buen comportami­ento y de cualquier edad.

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EL ESTUDIO cuenta con un jet privado y un 747.
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