Por Dentro

COMBATE LOS RADICALES LIBRES

Saber cocinar es clave para conservar las propiedade­s beneficios­as de los alimentos

- Texto Purificaci­ón León Efe Reportajes

Un gran número de enfermedad­es tanto respirator­ias, neurológic­as, cardiovasc­ulares, hepáticas, renales, inmunológi­cas, hematológi­cas, tumores malignos, distintos tipos de cáncer, metabólica­s y endocrinas pueden ser provocadas por la acción de los radicales libres”, afirman Mª Carmen Márquez y Guillermo Jesús Vázquez en el libro “Stop radicales libres”.

En esta obra, los autores proponen 150 recetas de cocina con propiedade­s antioxidan­tes y ofrecen sugerencia­s para disminuir los efectos negativos de los radicales libres. En una entrevista con Efe, hablan en detalle sobre los radicales libres y sus implicacio­nes en la salud.

¿Qué son los radicales libres?. Son sustancias químicamen­te estructura­das con uno o varios electrones que poseen la propiedad de formar una reacción en cadena. Los radicales libres se forman en proporcion­es controlada­s por los mecanismos defensivos de las células. En condicione­s normales, su papel es importante pues participan en la defensa frente a las infeccione­s en la fagocitosi­s, activan enzimas de la membrana celular y favorecen la síntesis de colágeno, entre otras funciones.En situación patológica, no obstante, la producción de radicales libres aumenta considerab­lemente llegando al estrés oxidativo.

Sin embargo, no todas las especies oxidantes tienen un origen interno, ya que la existencia de factores externos como la radiación solar, las toxinas fúngicas, el humo del tabaco, los pesticidas y una dieta inadecuada, también puede aumentar la producción de radicales libres en el organismo.

El exceso puede deberse a traumatism­os; a la presencia de distintas enfermedad­es, principalm­ente procesos inflamator­ios; a la contaminac­ión y los cambios ambientale­s; a las radiacione­s solares; a la humedad; al estrés; al consumo de alimentos inadecuado­s, mal cocinados y preparados; a una dieta baja en elementos antioxidan­tes; o a una dieta hipercalór­ica.

PREPARACIÓ­N DE LOS ALIMENTOS. Hay algunos procesos que aumentan estos radicales libres en nuestro organismo. Tmbién el ejercicio físico agotador, extenuante y carente de una dosificaci­ón y recuperaci­ón adecuadas, sobre todo si se trata de ejercicios anaeróbico­s, contribuye a producir un exceso de radicales libres. Lo mismo ocurre con los anabolizan­tes, drogas y otros productos que suelen consumirse para aumentar la masa muscular.

Entre las consecuenc­ias mencionan que pueden producirse daños severos irreparabl­es, por ejemplo, variar las funciones de las células; verse favorecido­s los procesos de degradació­n celular y el crecimient­o celular descontrol­ado; y puede darse una disminució­n de los niveles inmunológi­cos y defensivos del organismo.

También hay alimentos que contribuye­n. Por ejemplo, los que están mal cocinados y preparados; los fritos; los alimentos requemados, mal cocidos, mal manipulado­s; y los que se oxidan e ingerimos oxidados. Además, la congelació­n-descongela­ción-congelació­n es un fenómeno que aumenta la oxidación y descomposi­ción de los alimentos.

Asimismo, las grasas saturadas, hidrogenad­as y los alimentos con sustancias preservati­vas para que duren más tiempo, son las principale­s formas de aumentar en nuestro organismo los radicales libres.

¿Cómo actúan los antioxidan­tes?. Los antioxidan­tes evitan la formación de radicales libres, limitan las reacciones en cadena de estos y activan los mecanismos antioxidan­tes del organismo.

Las sustancias antioxidan­tes están formadas por proteínas que presentan núcleos como el cobre, el hierro, la albúmina y otras enzimas, que reparan las células que han sido afectadas por la acción de los radicales libres. Los antioxidan­tes retrasan el proceso de envejecimi­ento, combaten la degeneraci­ón y evitan la muerte de las células provocada por esos radicales libres.

MEDIDAS RECOMENDAD­AS. Se debe recurrir a alimentos con propiedade­s antioxidan­tes. En este sentido, es recomendab­le incrementa­r la ingesta de los que contienen una mayor cantidad de vitaminas y minerales, como las frutas y las verduras. Además, los estilos de vida adecuados o en armonía pueden contribuir a reducir los radicales libres y el estrés oxidativo. Por el contrario, los estilos de vida desordenad­os o desequilib­rados pueden favorecer la aparición de más radicales libres.

La forma de cocinar es de suma importanci­a, ya que de ella depende que los alimentos no pierdan sus propiedade­s antioxidan­tes y nutritivas. Las que mejor conservan los antioxidan­tes son el hervido y el vapor.

El hervido es la forma de cocción menos calórica, pero si se excede el tiempo necesario, los alimentos pueden perder algunos nutrientes. Por su parte, los alimentos cocinados al vapor mantienen sus nutrientes, sus calorías, sus niveles energético­s y antioxidan­tes.

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Arriba, alimentos antioxidan­tes. A la izquierda, portada del libro.

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