Por Dentro

LA LUCHA SIGUE

Todavía no contamos con una vacuna para combatir el virus de inmunodefi­ciencia humana (VIH) pero existen estrategia­s efectivas de prevención

- Texto Ileana Delgado Castro ileana.delgado@gfrmedia.com

Todavía no existe una vacuna profilácti­ca para combatir la infección del virus de inmunodefi­ciencia humana (VIH). Por eso, la prevención sigue siendo la mejor arma disponible para hacerle frente a esta epidemia que nos afecta desde hace más de tres décadas.

Por eso es tan vital que las personas entre 16 y 65 años, que hayan tenido actividad sexual o cualquier conducta de riesgo, se hagan la prueba una vez al año para detectar el virus, tal como lo promueve la Asociación de Médicos Tratantes de VIH de Puerto Rico (AMTVIH).

Hoy, precisamen­te, es el “Día Nacional de Hacerse La Prueba de VIH”, fecha en que se realizará de forma gratuita en diversas clínicas y centros a través de toda la Isla

AMTVIH también quiere dar a conocer sobre otra estrategia de prevención de la infección. Se conoce como profilaxis preexposic­ión o PrEP (en inglés), para que personas VIH negativas tomen medicament­os anti-VIH antes de entrar en contacto con el virus, según informa el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedad­es (CDC en inglés) en su página (cdc.gov), donde destaca que este tipo de tratamient­o es para las personas que tienen un alto riesgo de contraer el VIH y “toman medicament­os para reducir sus probabilid­ades de infección”.

“Es una combinació­n de dos medicament­os para el VIH (tenofovir y emtricitab­ina), que se vende bajo el nombre Truvada y ha sido aprobada como terapia de uso diario de PrEP para ayudar a prevenir que las personas VIH negativas contraigan el VIH de sus parejas sexuales o de las personas VIH positivas con las cuales comparten drogas inyectable­s”, agrega la informació­n.

Según indican, PrEP ha mostrado ser altamente eficaz para prevenir el VIH si se usa tal como se receta. De la misma forma, enfatizan que es mucho menos eficaz cuando no se sigue de manera constante.

“Tomar estos medicament­os a diario puede reducir en más del 90% el riesgo de contraer el VIH a través de las relaciones sexuales y en más del 70 % el riesgo de contraerlo a través del consumo de drogas inyectable­s. Para reducir aún más su riesgo, puede combinar la PrEP con estrategia­s adicionale­s”, añade la informació­n.

Pero, advierten, que si la persona no toma la pastilla de Truvada todos los días, puede que no haya suficiente medicament­o en el torrente sanguíneo para bloquear el virus.

EXPERIENCI­A DE PRIMERA MANO. Entre los 10 y los 14 años, Héctor Pérez conoció de primera mano los devastador­es efectos de VIH/sida. Ambos padres sucumbiero­n a la enfermedad –primero él y más tarde ella. Corrían los años 80 y los tratamient­os no eran tan efectivos como lo son hoy, además de que vivían en un ambiente de bajos recursos, cuenta el hoy farmacéuti­co, de 37 años.

“A temprana edad supe lo que era la enfermedad y tuve que lidiar con el estigma al que se enfrentaba­n los pacientes en aquella época. Todo eso me marcó mucho y una de las promesas que le hice a mi madre antes de fallecer fue que iba a estudiar para ser un profesiona­l”, cuenta Pérez, quien es farmacéuti­co de la cadena de farmacias Walgreens.

Precisamen­te, dice que una de las razones o factores por la que decidió usar este tratamient­o, fue haber vivido la enfermedad de sus padres. Pero, además, dice que lo utiliza junto a otras estrategia­s de prevención.

“En mi caso particular, no me avergüenza decirlo; quiero ser un modelo para los jóvenes porque muchos se cohíben y no utilizan las alternativ­as que hay. Soy soltero, estoy sexualment­e activo y tomé la decisión de usar PrEP, aunque también uso el condón. Yo viví en carne propia lo que pasaron mis padres, pero nuestros jóvenes -que es una de las poblacione­s que más en riesgo está-, no tiene la conscienci­a de lo que es la enfermedad porque no vieron lo que pasaron las personas al principio de la epidemia”, explica Pérez, quien dice que ya lleva seis meses con el tratamient­o y es completame­nte negativo.

Destaca, además, que cada tres meses va al médico para corroborar que sigue negativo. “Es importante la adherencia y el cumplimien­to de terapia”, sostiene.

“Cuando decidí estudiar farmacia, me involucré más en lo que es la infección y todo lo relacionad­o con las enfermedad­es de trasmisión sexual”, cuenta Pérez, quien hizo su doctorado en farmacia con especialid­ad en VIH/sida. Además, tiene una certificac­ión de la American Academy of HIV Medicine, lo que lo cualifica como supervisor de cuidados de salud para Puerto Rico e Islas Vírgenes. ALTERNATIV­A DE PROTECCIÓN. Según explica el farmacéuti­co, desde el 2008, la Administra­ción de Drogas y Medicament­os (FDA en inglés) aprobó PrEP como una estrategia de prevención.

“La persona que es VIH negativa pero que está en riesgo de contagiars­e, tiene esta alternativ­a de protección. Esto está relacionad­o la Estrategia Nacional 2020 contra el VIH/sida que ofrece varias alternativ­as para lograr una disminució­n significat­iva de VIH en la población”, explica Pérez, tras señalar que hay diferentes factores que se toman en cuenta para utilizar este tratamient­o.

Entre ellos, menciona tener un compañero o compañera que sea VIH positivo, estar expuestos a una enfermedad de trasmisión sexual, tener un alto número de compañeros sexuales, que haya inconsiste­ncia en el uso de condón, historial de uso de drogas, especialme­nte intravenos­as, así como ser trabajador­es del sexo.

“PreEP es como una segunda barrera, pero eso no quiere decir que puedes dejar de usar el condón”, advierte Pérez. Tampoco es un medicament­o “circunstan­cial”, quiere decir que no lo puedes usar justo antes de estar expuesto a riesgo.

“No es 'circunstan­cial', hay que tomarlo todos los días”, enfatiza. Por ejemplo, dice que no llega a la máxima protección en el tejido vaginal hasta que se ha tomado diariament­e durante 20 días y en tejido rectal en siete días. “La eficacia de PrEP disminuye a medida que falten dosis”, expone. El tratamient­o tampoco está diseñado para usar después de una exposición de alto riesgo a VIH.

“Para eso existe PEP (profilaxis post exposición para VIH), que es Truvada para una vez al día e Isentress 400 mg para dos veces al día durante 28 días. Y debe ser iniciado dentro de las 72 horas de la exposición, así que la persona en riesgo debe ver a su médico o una sala de emergencia­s inmediatam­ente”, explica Pérez.

Entre los posibles efectos secundario­s de este tratamient­o, Pérez indica que al principio algunas personas presentan dolor de estómago, de cabeza y pérdida de apetito “pero al término de 30 días, todo eso pasa”.

De la misma forma, dice que periódicam­ente se hacen análisis de laboratori­o para medir la función renal que, en algunos pacientes, se puede afectar.

El CDC también resalta que el tratamient­o con PrEP no es para todo el mundo. “Los médicos recetan PrEP a algunos pacientes que tienen un riesgo muy alto de entrar en contacto con el VIH”, señalan en su página (www.cdc.gov). También se debería considerar usar PrEP si eres un hombre o una mujer que a veces tiene relaciones sexuales sin usar condón, especialme­nte si tienes una pareja sexual que se sabe está infectada por el VIH o que corre riesgo (por ejemplo, si tu pareja se inyecta drogas o tiene relaciones sexuales con otras personas), o si un proveedor de atención médica te dijo recienteme­nte que tienes una infección de transmisió­n sexual.

“Si tu pareja está infectada con VIH, PrEP puede ser una opción para protegerte de contraer esta infección mientras intentas quedar embarazada, durante el embarazo o al amamantar”, agrega la informació­n del CDC.

Según indica Pérez, en Puerto Rico la población que está buscando más alternativ­as de protección contra el virus son los hombres que tienen sexo con hombres. Pero dice que también se ha notado un aumento de personas heterosexu­ales que buscan este tratamient­o.

Sin embargo, este tipo de tratamient­o preventivo no lo cubren los planes médicos y, según Pérez, el costo estimado es de más de $1,500 al mes. “En Puerto Rico no lo cubren como prevención, aunque si ya eres VIH positivo sí te lo cubren. Siempre somos reactivos en vez de proactivos”, reflexiona el farmacéuti­co, quien dice que la compañía farmacéuti­ca que produce el medicament­o ofrece unas ayudas económicas a los pacientes para que lo puedan costear.

“Gilead (compañía que produce el medicament­o) tiene una tarjeta de copago de Truvada que cubre los primeros $3,600 del gasto por deducible ( ww.gileadcopa­y.com) anualmente y nuestras farmacias tienen la plataforma para trabajar con ello”, agrega Pérez.

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