Por Dentro

BÁLSAMO DE PAZ ANTE EL DOLOR

Para la autora, Dios trabajó de manera misteriosa luego de una doble mastectomí­a

- Texto María Marín

El cáncer de mama me obligó a someterme a una doble mastectomí­a hace dos semanas. El día de la cirugía, lo que más me aterroriza­ba no era perder mis senos, era el tormento que experiment­aría después de la operación porque soy alérgica a los opioides o cualquier otro medicament­o recetado para el dolor. Así que enfrentarí­a esta operación “a sangre fría”. Y para colmo, no tolero ningún tipo de anestesia, reacciono con nauseas horribles y un mareo espantoso que dura más de 24 horas.

Por eso, antes de la cirugía hablé con el anestesiól­ogo y le pregunté: “¿Podría usar un tipo de anestesia más 'suavecita' para evitar mi terrible reacción?”, a lo que respondió: “Una operación de esta magnitud es muy dolorosa y requiere una poderosa anestesia, incluso el tipo de anestesia que voy a usar te paraliza el sistema de tal manera que estarás conectada a una máquina que va a respirar por ti”. Se me saltaron las lágrimas pues sabía lo que me esperaba cuando abriera los ojos. Y lo peor es que no podría tomar ningún medicament­o para el terrible dolor. Antes de que me anestesiar­an, mire hacia el cielo y le pedí a mi mamá, que en paz descanse: “Mami acompáñame en esta operación y ayúdame a pasar este trago amargo”. Cerré los ojos y me encomendé a Dios.

Después de seis horas de cirugía comencé a abrir los ojos. El dolor era atroz, como si tuviera un elefante sentado en mi pecho. Tenía un mareo espantoso y las nauseas se apoderaron de mi. Cada mínimo movimiento me provocaba un dolor desesperan­te. Vi al pie de la cama a mi adorada amiguita Yazmin quien es como una hija para mi. Tenía los ojos llorosos. Se me acercó, me tomó de la mano y algo inesperado sucedió. Inexplicab­lemente comenzamos a comunicarn­os por medio de nuestras miradas. Sentí que compartía y entendía mi dolor. En medio de mi agonía, su presencia era como un bálsamo que me daba paz. Realmente no sé que hubiera sido de mi, si este angelito no hubiese estado allí.

Al día siguiente vino a visitarme. Le di las gracias por haberme ayudado a sobrepasar el día más tormentoso de mi vida. Y me confesó lo que le sucedió la noche anterior: “María, soñé con tu mami, la que está en el cielo. Ella me cocinaba y me decía: Yazmin, aliméntate bien, necesitas estar fuerte para mañana. Va a ser un día muy duro porque vas a cuidar a mi María”. Quedé erizada con sus palabras. Yazmin nunca la conoció, pues mi madre murió de cáncer de mama cuando yo tenia 9 años.

Hoy no me cabe duda que mi madre fue quien estuvo acompañánd­ome en el momento más agonizante de mi vida. Y ahora entiendo mejor que nunca, ese refrán que dice: “Dios trabaja de maneras misteriosa­s.”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico