Diario de la gratitud
Moreno recomienda agradecer cada día todas aquellas cosas que, si no las tuviéramos, haría que nuestra vida fuera peor. Aquí algunos ejemplos cotidianos que propone: Agua para beber y asearse. Comida para el mediodía, desayuno y cena. Dedos en las manos. Piernas para caminar. Brazos para abrazar. Ojos en la cara para ver las cosas bonitas a tu alrededor. Oídos para escuchar música. Pulmones para respirar y aire con oxígeno suficiente para seguir vivo. Corazón para llevar el oxígeno a todo tu cuerpo. Un cerebro sano. La capacidad de leer.
Por eso aconseja salir a pasear por algún parque o jardín lo suficientemente grande y aislado como para desconectarnos del ajetreo de la ciudad, inmersos en la naturaleza y dejando atrás las preocupaciones y tareas pendientes. Por ejemplo, recomienda poner la alarma para que suene al cabo de 30 minutos y no volver a mirar el reloj; permitir que nuestro cuerpo marque el ritmo de la marcha; dejar fuera todo lo que no sea el contacto con la naturaleza; poner atención en lo que hacemos a cada momento, paso a paso; y notar las sensaciones corporales: cada pisada, los sonidos que nos rodean, los colores y formas de los árboles, así como los olores.
Según el psicólogo, la importancia de estos ejercicios, que son el principio del programa de entrenamiento mental básico de ocho semanas explicado en su libro ‘Abrirse a la vida’, “es difícil de explicar con palabras, y se puede pensar que son tan simples que no merece la pena ponerlos en práctica, pero realmente funcionan y su único secreto es precisamente ¡practicarlos!”.
“Los ejercicios del programa entrenan diferentes aspectos de la consciencia y del enfoque de la mente que están directamente relacionados con la gestión de las emociones de forma saludable”, señala.