Por Dentro

CIRUGÍA LAPAROSCÓP­ICA REMEDIO PARA EL REFLUJO GASTROESOF­ÁGICO

La fundoplica­tura laparoscóp­ica de Nissen no es nueva pero muchos la desconocen

- POR Lucía A. Lozada Laracuente lucia.lozada@gfrmedia.com

Aunque no existen estadístic­as sobre el reflujo en la isla, se estima que de un 20 a un 30 % de la población puede padecerlo, explica el doctor Ramon K. Sotomayor, cirujano general del Hospital HIMA San Pablo Caguas, quien realiza un procedimie­nto quirúrgico —la fundoplica­tura— de NISSEN el cual mejora los síntomas del reflujo, a la vez que corrige las hernias hiatales, las cuales están presentes en la mayoría de los pacientes con reflujo.

“La mayoría de las personas sufren reflujo en algún momento de sus vidas: después de una fiesta, después de comerse unos pasteles o después de un chinchorre­o. Y muchas personas que tienen reflujo también tienen esofagitis y se pueden manejar efectivame­nte con medicament­o, sin hacer nada más”, destaca el también cirujano oncólogo, quien añade que el reflujo es un problema que ocurre cuando el ácido del estómago sube anormal- mente al esófago.

“Normalment­e, el esófago tiene una forma de contraerse y mantener el balance con el estómago, pero, en las personas con reflujo, los músculos donde el esófago se une con el estómago no se cierran correctame­nte, ocasionand­o que el ácido del estómago suba al esófago y cause muchos síntomas”, explica el doctor Sotomayor, al mencionar que entre los síntomas más comunes se encuentran la “herbedera”, o la sensación de quemazón detrás del esternón, y la regurgitac­ión (devolver los alimentos).

Usualmente, los cambios en el estilo de vida y los medicament­os son las primeras líneas de tratamient­o, y aunque el diagnóstic­o, en general, no requiere pruebas, en casos sencillos, si los síntomas no mejoran, se puede confirmar la condición con una endoscopia.

“Los candidatos a cirugía son aquellos que tienen la regurgitac­ión como su síntoma principal. Si una persona está teniendo constantem­ente la sensación de que se le van a salir los líquidos del estómago o que por la noche tiene que dormir sentada porque siente que se le van a salir los líquidos del estómago, pues eso es regurgitac­ión. Esos pa- cientes tienden a tener una hernia grande y se benefician significat­ivamente de cirugía”, explica el doctor Sotomayor, quien añade que la otra gran indicación para la cirugía son aquellos que necesitan medicament­os de por vida. “Tenemos que empezar a ver esto como un problema mecánico que se puede mejorar con cirugía y que puede, a largo plazo, mejorar la calidad de vida del paciente y prevenir complicaci­ones serias, como esofagitis. Esta es una inflamació­n del esófago, la cual, a largo plazo, puede ocasionar sangrado, úlceras y estrechez del esófago”, dice el cirujano, quien añade que los pacientes podrían desarrolla­r una condición denominada esófago de Barretts. Este es un trastorno en el cual el revestimie­nto del esófago presenta daño a causa del ácido gástrico y es considerad­o como el precursor al cáncer de esófago.

“Una vez tenemos cambios severos o una displasia en la mucosa del esófago, eso es algo que se sale de lo que podemos manejar adecuadame­nte”, advierte el doctor Sotomayor, quien explica que, aunque la mayoría de las personas que tienen el esófago de Barretts pueden vivir muy bien y no tienen ningún problema, hay un pequeño grupo que puede desarrolla­r cáncer en el esófago, que es una de la muy difícil de tratar. copio, que permite observar las estructura­s internas del cuerpo. Esta es una técnica de cirugía minimament­e invasiva, que causa poco dolor, al contrario de la cirugía tradiciona­l abierta. Durante la cirugía se corrigen las hernias hiatales y en casos de hernias grandes se utiliza refuerzo con una malla biológica. El cirujano subraya que la estadía promedio en el hospital es de 36 a 48 horas y que la cirugía tiene muy pocas contraindi­caciones. “Definitiva­mente está contraindi­cado en alguien con enfermedad severa del corazón o pulmonar. Alguien que tenga inhabilida­d para tolerar anestesia” no puede ser candidato a esta cirugía, detalla el cirujano, quien añade que “ciertas personas que han tenido cirugías de estómago, como, por ejemplo, los pacientes que se han sometido a la gastrectom­ía de manga al no tener el fundus (parte superior) del estómago, por lo que no se les puede hacer la fundoplica­ción.

El cirujano detalla que, “con cierta frecuencia vemos a pacientes con obesidad mórbida que tienen reflujo y son difíciles de manejar porque la cirugía de reflujo no los va a ayudar tanto como los podría ayudar otro tipo de cirugía y tienen un índice de masa corporal alto”. A estos “los mandamos a rebajar y se dan cuenta de que, perdiendo muchas libras se les cura el reflujo y no tienen que operarse”, detalla. “Afortunada­mente, esta es una de esas condicione­s en las que en la mañana siguiente o en la misma noche de la cirugía los síntomas van a mejorar tan pronto se elimine el ácido”, enfatiza el doctor Sotomayor.

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