Facultad y médicos residentes comprometidos con atender a la población del sur en una emergencia
La combinación de una facultad experimentada y la entrega de los residentes creó un ecosistema de atención ininterrumpida en el Hospital Episcopal San Lucas
Reiterar el valor de vestir una bata blanca y ser la primera línea de atención —física y emocional— de los pacientes en tiempos de emergencias son algunas de las virtudes aprendidas en el Hospital Episcopal San Lucas, en Ponce, tras el paso del huracán María en 2017.
Así reflexionó la doctora María Valentín, directora de Educación Médica Graduada, al repasar las enseñanzas que impactaron a la facultad médica y a los residentes de la entidad tras la emergencia.
Para Valentín, la combinación de una facultad experimentada y la entrega de los médicos residentes crearon un ecosistema de atención ininterrumpida que logró solidificar al Hospital Episcopal San Lucas como la institución privada con mejores herramientas para servicios durante el evento atmosférico.
Además, el hospital siempre procuró mantener el cumplimiento educativo de sus residentes al ayudarles a no perder sus horas de residencia y guardias requeridas para su formación.
“Con un evento atmosférico, no podemos limitar la capacidad académica para no poner en riesgo en ningún momento la experiencia educativa. Se hicieron planes de contingencia con los directores de programa para tener dos equipos de guardia en caso de que alguien no pueda llegar”, detalló la experta.
Con ella coincidió el doctor César Cruz, presidente de la facultad médica del hospital, quien aseguró que el paso del huracán unificó aún más al personal.
“El huracán nos dio la oportunidad de unirnos para dar los servicios en la isla. Aquí no solo intervinieron los 350 especialistas y subespecialistas, también nuestro programa de residencia formó parte de ese equipo”, sumó el galeno.
Refuerzos para eventos futuros
Si bien el Hospital Episcopal San Lucas logró aplicar sus planes de contingencia de manera óptima durante el huracán María, un año después del evento la institución reforzó una serie de medidas para cumplir cabalmente con las necesidades de los pacientes durante una emergencia.
De acuerdo con el doctor William Santiago, director médico, el hospital reforzó los protocolos para que no se interrumpan las operaciones y las logísticas requeridas para operar un hospital.
Santiago destacó el privilegio de contar con una sala de emergencia atendida por emergenciólogos las 24 horas, los siete días de la semana.
Explicó que el hospital también fortaleció su capacidad de respuesta eléctrica, debido a los retos que enfrentó el país para reconectar ese servicio luego del huracán.
“Con una inversión de más de $2 millones, se adquirieron varios generadores eléctricos. Ahora contamos con 12 generadores que dan capacidad para correr el hospital completo”, señaló.