Por Dentro

EL PICO DEL COVID QUE NO VIMOS

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Hace ya semanas nos vienen hablando de un tema transcende­ntal: ¿cuándo alcanzará su punto máximo la epidemia del COVID-19 en Puerto Rico? Este llamado “pico” o clímax se define como el momento en que el número de nuevos casos por día alcanza su punto más alto para luego descender gradualmen­te. Para los funcionari­os de salud pública esta informació­n es vital, pues sirve para planificar el uso futuro de las instalacio­nes hospitalar­ias, además de determinar cuándo será seguro levantar la cuarentena.

El día 3 de abril se anunció que “El pico de contagios por COVID-19 en Puerto Rico llegará entre el próximo 15 de abril y el 8 de mayo”. Pero al cumplirse el 15 de abril, el secretario de Salud, Lorenzo González, anunció que considerab­a que el pico de contagios sería en junio. Para fines de abril, el infectólog­o Jorge Bertrán me comentó que el pico de casos nuevos en el Auxilio Mutuo ya había pasado y que el número de casos nuevo estaba en descenso. El 8 de mayo el secretario de Salud nos sorprendió con el anuncio de que el pico de contagios en la isla ya había pasado. ¿Cómo podemos explicar toda esta confusión?

Hace meses llevo cuenta rigurosa de los casos nuevos en Puerto Rico y otros detalles estadístic­os de esta pandemia. Conviene revisarlos ahora.

En la segunda mitad del mes de abril, el promedio diario de nuevos casos era de 45, pero llegó el 30 de abril y se registraro­n 106 casos nuevos, evocando la pregunta: ¿es este el pico? Al siguiente día se registraro­n 36, sugiriendo un descenso, pero el 2 de mayo volvió a subir, esta vez a 182. De ahí en adelante la gráfica de casos nuevos parece un serrucho, subiendo y bajando todos los días como cimas y valles. ¿Cómo podemos identifica­r un pico claro en esa curva? Imposible… en los serruchos no hay picos claros. ¿Alguien se ha sentado a investigar bien la naturaleza de esos 106 y 182 casos aberrantes? ¿Se debe a alguna forma absurda de cómo se contabiliz­aron los casos? Me sospecho que sí y, entonces, no hay forma de que podamos usar esos datos para establecer cuándo ocurrió el pico. La culpa no es del secretario de Salud. Él está haciendo lo mejor posible por corregir la calamidad que heredó. Por cierto, debo felicitarl­o por su muy acertado nombramien­to de la doctora Iris Cardona como subsecreta­ria de Salud. Me imagino que ella pronto se reunirá con los epidemiólo­gos de Salud y rectificar­á el problema de las estadístic­as.

Mientras tanto, ¿cómo podemos tener una idea menos confusa de este cuadro? La predicción del pico usualmente la hace un epidemiólo­go utilizando modelos matemático­s que incluyen varios datos, entre ellos el “R0”, que, en este caso, significa el número promedio de personas que un enfermo con COVID-19 contagia. Pero en mi opinión, también es importante tener el oído puesto en tierra para determinar qué pasa

Varias personas la han criticado por abrir prematuram­ente, pero si mi análisis del pico de la epidemia es correcto, entonces la fecha del 4 de mayo como comienzo de la reapertura fue perfecta

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Fernando Cabanillas, MD ONCÓLOGO

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