JUGUETES PARA NIÑOS con necesidades especiales
Conoce cómo adaptarlos para que disfruten, a la vez que los ayuda en su desarrollo y aprendizaje
Más que diversión y pasar un rato de entretenimiento, el juego es una actividad fundamental para el aprendizaje de los niños. De hecho, además de ayudar en el desarrollo de sus habilidades y destrezas sociales, cognitivas y motoras, es una actividad que tiene un impacto significativo para un crecimiento sano.
De ahí la importancia de que todos los niños siempre tengan la oportunidad de tener juguetes y jugar con ellos, señala la asistente de terapia ocupacional, Karina M. Homs Muñoz, de Puerto Rico Assistive Technology Program (PRATP).
Pero ¿qué pasa cuando son niños con necesidades especiales o con algún tipo de discapacidad? Según la terapista, los juguetes también son importantes para esta población. “Necesitan juguetes que les permitan interaccionar con ellos y compartir con sus pares. Pero en ocasiones se requiere que estos se adapten a sus necesidades y fortalezas para que puedan disfrutar y aprender jugando”, añade y destaca que PRATP ofrece información, asistencia y adiestramiento, así como equipos que se puedan adaptar a las necesidades de cada persona y a sus fortalezas.
“En lo que es asistencia tecnológica, nos enfocamos mucho en eso, en identificar las necesidades, pero también las fortalezas porque a base de eso voy a poder contrarrestar las necesidades”, agrega la terapista, mientras resalta que la ocupación principal de los niños es el juego.
En ese sentido, Homs señala que en la medida que los niños juegan van obteniendo unos conocimientos y unas competencias que son vitales en su desarrollo. Entre ellas, menciona la planificación, coordinación motora, coordinación ojo-mano, integración social, regulación de emociones y esperar su turno, además de que es una oportunidad para trabajar con la frustración y la tolerancia en las actividades.
“El juego es importante para todos los niños, pero cuando tenemos algunos con, por ejemplo, dificultad motora o cognitiva sensorial, podemos hacer posible lo que a veces se piensa que es imposible. Así que, dependiendo de sus necesidades, podemos adaptar el juguete para que el niño pueda jugar”, explica Homs, quien pone el ejemplo de un niño con problemas motores que no puede prender o hacer funcionar un juguete. “En esos casos se puede incluir un ‘switch’ para que a medida que pueda tocar un botón, el juguete pueda prender”. También puede haber otras opciones, como un dispositivo que con solo pasar la mano pueda hacer funcionar el juguete. Si el niño no tiene la posibilidad de mover sus extremidades superiores, pero puede mover la cabeza “se pone un interruptor en el juguete para que, al mover la cabeza o los pies, se active”. Lo importante, enfatiza la terapista, es que todos los juguetes pueden ser adaptados.
Todo va a depender de las necesidades de cada niño y pone el ejemplo de niños con retos visuales al que se les pueden adaptar un juego de cartas a texto Braille. “Así que puede jugar con una persona que no necesariamente sea ciega. Eso es lo lindo de estos juegos (adaptados) para que puedan interactuar con otros niños típicos y, a la vez, trabajar la empatía entre ellos”. Además de ser una “oportunidad para desarrollar la creatividad así como habilidades socioemocionales y psicomotoras que se materializan de su relación entre pares y adultos”.