“SUPLICAMOS Y NO NOS HICIERON CASO”
• Familia del ex acusado de matar a dos dice que nunca lo quisieron recluir
Son cuatro familias las que han quedado destruidas a causa de la ineficiencia del Hospital de Veteranos, reclamaron ayer el padre y la hermana del soldado salinense Orlando Rivera González, un veterano que se asume que mató sin razón alguna a dos personas debido a las heridas que la guerra dejó en su mente.
“Cuando les supliqué que lo internaran, cuando les pedí que lo transfirieran (a un hospital) a Estados Unidos, dijeron que no, que no podían”, dijo Orlando Rivera, el papá del ex infante de Marina.
Ángeles Rivera, hermana de Rivera González, insiste en que la administración del Hospital de Veteranos les debe una explicación, porque ellos, la familia del soldado de 30 años, hicieron todas las gestiones necesarias para que lo auxiliaran y la respuesta no fue la adecuada.
Veteranos nunca accedió a hospitalizar al joven, a pesar de que su situación ya había llegado a un estado evidentemente crítico.
Él se había intentado suicidar dos veces y la última vez se cortó desde la muñeca hasta el codo de uno de sus brazos.
La familia lo llevó a dos instituciones psiquiátricas privadas y don Orlando Rivera tuvo que recurrir –sin la ayuda de Veteranos– al Tribunal para que lo autorizaran a hacerlo en una ocasión.
Ambas hospitalizaciones, que se pagaron con el seguro de salud de la Administración de Veteranos, fueron muy breves, de tres días una y otra de dos días y medio.
La familia completa del soldado estaba convencida de que urgía la institucionalización del ex marine.
En los pasados seis meses su condición mental en vez de mejorar, empeoraba.
“Pero ellos (en el Hospital de Veteranos) decían que no, que el tratamiento ambulatorio era suficiente”, relató el padre.
El papá y la hermana de Rivera González señalaron que desde el principio fue una odisea conseguir tratamiento para el joven.
Que le dieran la primera cita con un psiquiatra tardó cinco meses, de junio a octubre de 2013.
“Esa fue una batalla campal”, recordó la hermana, quien rela-