EL CUADRO DE LISA
Mire compay, vamos a hablar en arroz y habichuelas. ¡Qué mucha baba hablan los políticos! Una cosa es el deseo que pueda tener el gobernador, a quien le reconozco sus buenas intenciones, y otra es la realidad de la vida.
Lo cierto es que las palabras condenan a quien las dice y sobre todo cuando se dejan llevar por los números de encuestas, en momentos en que electores marcaban la realidad de que la brecha se estaba cerrando. Eso fue lo que le ocurrió a don Alejandro. Se quedó atrapado en sus promesas. Sin embargo, el gobe tiene que reconocer que, al igual que Hernán Cortés, quemó sus naves y no tiene marcha atrás.
La Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) enfrenta su noche más oscura. Lo que viene no es de amigos. La llegada de Lisa Donahue, este personaje que se ha estado presentando en los pasados días como la cirujana general que le meterá las manos al paciente, ha levantado muchas dudas. Claro, las dudas principalmente han surgido de los propios políticos. La señora Donahue llega como resultado de una conversación y negociación con los bancos y los bonistas, a los cuales el Gobierno, a través de esa corporación pública, les debe. Esta experta llega con la misión de realizar una reestructuración de todo el andamiaje de la AEE.
Cualquiera que haya tenido la experiencia de enfrentar una reestructuración sabe que se trata de un proceso fuerte, doloroso y drástico. Por eso decir como el gobe -que habló con ella y le dijo que era inaceptable privatizar, despedir o incluso subir tarifas- es un sueño iluso dentro de una fea realidad. El cuadro que encontrará la señora Donahue no es de amigos. Tendrá en sus manos una corporación pública altamente politizada. Poco eficiente, con un deterioro brutal de sus plantas, con serias violaciones ambientales y con la realidad de un elevado precio del combustible principal que se utiliza. Ante ello, no espere
“El cuadro que encontrará la señora Donahue no es de amigos. Tendrá en sus manos una corporación pública altamente politizada”
soluciones simples o cosméticas.
Tal vez lo que Donahue recomiende no sea obligatorio legalmente, como han estado diciendo los miembros de la Junta de Gobierno de la AEE. Pero financieramente va a ser compulsorio, pues son los acreedores los que tienen la ficha del tranque, ya que se le prometió que a más tardar marzo de 2015 comenzarían a cobrar lo que se les debe. Existe un agravante ante esta ecuación y es el acuerdo de 1974, que establece que de existir condiciones críticas en las finanzas de la AEE, los bonistas podrían apoderarse de la administración de esa corporación pública.
Uno de los más centrados en estos días es el presidente del Senado, Eduardo Bhatia. Este comentó que en esta etapa del proceso no se le puede poner ninguna condición a la señora Donahue, hasta que haga el diagnóstico. Bhatia entiende muy bien la gravedad del asunto pues trabajó una reforma energética con la cual el gobernador ha arrastrado los pies, pues van más de 100 días desde que la firmó y aún no ha nombrado a los comisionados que, de acuerdo con la legislación, establecerían los estándares de operación de la AEE. ¿Usted ve lo que le digo? Cuando firmaron la ley bailaron, aplaudieron y dieron discursos. Al final todo fue bla, bla, bla.
Lisa Donahue llega con una hoja de servicio impresionante. En la misma se ve que no le tembló el pulso a la hora de meter el bisturí. Con una mano firme, como si manejara un pincel, pintará los colores de la realidad de la AEE. El que se crea que esta señora será una cuadro decorativo que algún funcionario o político pondrá en una pared se equivoca. Esta no es la Mona Lisa. Tienen el mismo nombre, pero tiene apellido y a pesar de usar faldas parece que de vez en cuando se pone los pantalones y se los aprieta bien.