Primera Hora

“Rogue One: A Star Wars Story”

- MAGDALENA TSANIS Agencia EFE

MADRID Mucha acción, un reparto multiétnic­o liderado por una heroína (Felicity Jones) y una firme apuesta por el concepto de rebeldía que definió la trilogía original son los ingredient­es de Rogue One: A Star Wars Story, primer spin off de la saga galáctica, que estrena hoy en todo el mundo.

Hay quien ha querido ver en esta nueva entrega dirigida por Gareth Edwards (Godzilla) un mensaje antiTrump, tanto por la diversidad racial y de género de sus héroes -una pandilla de renegadosc­omo por la invitación a la rebelión individual, ante la ausencia de liderazgos claros, para hacer frente al mal, es decir, al Imperio.

También por la contraposi­ción entre el discurso de la seguridad, que simboliza el Imperio, frente a la libertad, los rebeldes.

Pero lo cierto es que las lecturas políticas y la relación entre el poder y el individuo siempre han formado parte del universo concebido por George Lucas a finales de la década de los 70, y en concreto la apología de la subversión como camino hacia el heroísmo definió los episodios IV, V y VI, la trilogía original.

El mexicano Diego Luna, los chinos Donnie Yen y Wen Jiang -un guiño al mercado cada vez más prioritari­o de Hollywood-, el afroameric­ano Forest Whitaker, el danés Mads Mikkelsen y el inglés de origen pakistaní Riz Ahmed amplían el crisol cultural del reparto.

La trama se sitúa temporalme­nte justo antes del episodio IV y gira en torno al robo de los planos de la Estrella de la Muerte, una poderosa arma de destrucció­n masiva creada por el Imperio. Los seguidores de la saga ya conocen el desenlace, de modo que la única incógnita es quién y cómo sobrevive a la misión.

Jyn Erso (Jones) se reserva un papel protagonis­ta, lo que confirma el giro femenino de Star Wars tras el episodio VII, The Force Awakens, con Daisy Ridley (Rey) a la cabeza.

Pero no faltan clásicos como Darth Vader, nuevamente con la voz de James Earl Jones; el gobernador Tarik, con un Peter Cushing reconstrui­do digitalmen­te, o Bail Organa, el personaje que encarna Jimmy Smits.

Visualment­e, Edwards ha tomado como referentes para las escenas de lucha la II Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam, buscando un mayor realismo. Casi todo el rodaje se llevó a cabo en los estudios Pinewood de Londres, pero una parte crucial se desarrolló en las islas Maldivas y también en Jordania.

El trabajo de Edwards no ha estado exento de cierta polémica, al develarse hace unas semanas que algunas tomas se habían rodado de nuevo bajo la dirección de Tony Gilroy -conguionis­ta junto con Chris Weitz-, aunque con toda seguridad los rumores pasarán a un segundo plano en cuanto el público vea el resultado.

Rogue One es la octava película de la saga de Star Wars y la primera situada al margen de la narrativa

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico