LA COSECHA HA SIDO BUENA
Idanis Ramos Martínez comparte cómo su familia ha salido a flote a través de la cosecha
Conoce cómo tres generaciones de una familia transformó su vida gracias al trabajo agrícola en Santa Isabel.
Idanis Ramos Martínez sabe bien lo que es sembrar y cosechar bajo el candente sol sureño, no importa si es verano o invierno, y mover pesadas pailas llenas de frutos en medio del calor abrasador.
Hace 10 años, esa fue su alternativa para salir del desempleo y mantener a sus dos hijos adolescentes. Durante este periodo, el trabajo agrícola también le ha servido para crecer y progresar como individuo.
Ramos Martínez, que hoy tiene 41 años de edad, llegó a Gan Eden Farm en Santa Isabel de la mano de su madre, quien laboraba en la finca.
“Yo estaba trabajando, me quedé desempleada y mi mamá me trajo para acá. Empecé en el campo y después me trasladaron a la empacadora, y ha sido excelente”, recordó la coameña.
Gan Eden Farm, que cuenta con 1,300 cuerdas de terreno en tres locaciones, produce papaya, mangó, calabaza, melón, berenjena, pepinillo, calabacín verde y amarillo, y tomates.
La primera experiencia de Ramos Martínez fue en el campo, donde conoció lo duro que resulta el proceso de siembra y recolección de frutos debido al esfuerzo físico que requiere y al clima caliente de Santa Isabel.
“Es un trabajo bastante fuerte, por el sol y los productos pesados, como el melón y la calabaza,
que hay que tirarlos hacia arriba para que un compañero los coja y los eche al ‘bin’ (cajón)”, explicó.
Posteriormente, Ramos Martínez fue trasladada al área de empaque, donde actualmente se desempeña como líder de grupo del sector de papaya.
“Aquí es mucho mejor, aunque a veces es fuerte porque en ocasiones tenemos que sacar mil cajas diarias o más. Yo tengo un grupo y una compañera el otro para salir a flote”, comentó.
Hace una década, su hija tenía 14 años y su hijo 13. Con el dinero devengado en la empresa productora de frutas y vegetales, Ramos Martínez les dio un futuro.
“Los dos fueron universitarios a través de esto y pude echarlos hacia adelante”, sentenció orgullosa.
Cabe señalar que ya son tres las generaciones de su familia que han estado relacionadas con Gan Eden Farm, pues su hijo actualmente trabaja en el área de exportación de mangó a Europa.
“Me siento bien, excelente, tengo un grupo bueno y damos el máximo”, aseveró la trabajadora agrícola.
Un gigante de los frutos menores
Ramos Martínez ejemplifica la filosofía de los administradores de la finca de que los trabajadores deben pasar por las tres áreas de producción, apuntó la gerente de ventas, Damaris Rullán Cruz. Ello ha resultado en una mano de obra diestra, mucha de la cual lleva una larga relación con la empresa creada en el 2001.
En una proporción de 60% hombres y 40% mujeres, los trabajadores son mayormente sureños y expertos en las tareas agrícolas, pues también laboran en fincas aledañas. Alrededor de 150 empleados, a los que se suman 300 durante la temporada de mangó, mantienen la operación todo el año.
Rullán Cruz dijo que producen 70 mil libras semanales de papaya, cantidad que aumenta durante el año escolar a petición del Departamento de Educación, y que exportan un millón y medio de libras de mangó a Inglaterra, Holanda y Alemania.
“Diría que entre el 85% y el 90% de la papaya que se produce en Puerto Rico es de nosotros. Ahora mismo estamos sembrando más, porque ha habido un aumento en la petición de los clientes”, señaló la ejecutiva.
Los productos se consiguen en los supermercados Pueblo, Econo y Supermax, así como en Sam’s Club y Costco.
“Nuestra meta principal es tratar de disminuir la importación de productos de otros países y poder suplir más aquí en Puerto Rico, y no descartamos hacer exportación de los otros productos que tenemos aparte del mangó”, anticipó Rullán Cruz.