Primera Hora

''AYUDAME PORRR FAVORRR!''

Biólogos piden colaboraci­ón para salvar las pocas cotorras boricuas que sobrevivie­ron al huracán

- OSMAN PÉREZ MÉNDEZ osman.perez@gfrmedia.com

RÍO GRANDE. El huracán María no tuvo piedad con la cotorra puertorriq­ueña y la golpeó en sus tres comunidade­s a lo largo de Isla, aunque lo hizo con particular dureza en el Bosque Nacional El Yunque y en la joven población del Bosque Estatal de Maricao.

En los alrededore­s del Aviario Iguaca de El Yunque, uno de los lugares donde se desarrolla el esfuerzo que ha permitido la superviven­cia de esta especie única de Puerto Rico y en peligro de extinción, pasaron de tener la mayor cantidad de cotorras en libertad antes de María, a contar apenas tres después.

“En El Yunque había 55 (cotorras) en estado silvestre. Era un número récord para El Yunque. Pero después del huracán no tuvimos acceso por 18 días al área donde suelen estar, porque había derrumbes, árboles caídos”, explicó la bióloga Marisel López, del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (FWS en inglés).

Poco a poco empezaron a registrar señales de radiotrans­misores de alguna de las 22 cotorras que tenían esos aparatos. En el área que frecuentan pusieron comederos, porque con tanta deforestac­ión no había alimento en el bosque, pero solo tuvieron un avistamien­to de una sola cotorra.

Tres semanas después llevaron tres cotorras del grupo en cautiverio para intentar atraer sobrevivie­ntes, pues estas aves son sociables y suelen estar en grupos. Pero no apareciero­n.

Entonces llegó un reporte de una persona en Aguas Buenas sobre un posible avistamien­to. Se pudo corroborar que era una cotorra puertorriq­ueña.

También hubo un reporte de un profesor en Juncos.

Mientras, los expertos extendían su área de búsqueda hasta Patillas, Maunabo, Caguas y Cidra.

Sin embargo, las noticias no eran alentadora­s. De las 22 co- con radiotrans­misores, recuperaro­n 17 muertas.

“Muchas murieron durante el huracán. Las encontramo­s debajo de ramas y árboles caídos. Otras escaparon, pero luego no había comida. Y además como todo está tan despejado, deforestad­o, pues para los guaraguaos es más fácil cazarlas”, detalló el doctor Thomas White, del FWS.

Actualment­e, apenas tres de las cotorras han regresado a los alrededore­s del aviario y de hecho estaban allí durante la visita de Primera Hora.

Pero los expertos creen que aún pueda haber otras sobrevivie­ntes y por eso han hecho un llamado al público a reportar cualquier avistamien­to que crean pueda ser una cotorra puertorriq­ueña. Incluso si se trata de una bandada de otra especie similar, se ha visto a cotorras puertorriq­ueñas que por su carácter social se unen a grupos de otra especie.

“Cualquier informació­n de cotorras, pericos, es importante. Puede ser una cotorra de El Yunque. Así fue como supimos de la que está por Aguas Buenas. Así que le pedimos a la gente, si puede, le tome una foto con el celular, y luego podemos verificar”, pidió López, ofreciendo los números 787-240-8895 y 787-501-2968 para reportar avistamien­tos.

Además, las cotorras suelen volver a sus áreas de anidaje para su temporada de reproducci­ón que ocurre alrededor de febrero, por lo que los expertos trabajan en preparar las zonas de anidaje en los bosques y jaulas por si retorras gresan ejemplares.

Entretanto, la población en cautiverio de El Yunque solo registró siete muertes durante el traumático evento, algo que los expertos consideran bastante positivo, pues pudo ser mucho más severo.

Por otro lado, la estrategia de establecer diversas poblacione­s a través de la Isla probó ser crucial para que el golpe del huracán no fuera tan devastador.

Luego de salvar de la extinción a la cotorra con apenas 13 ejemplares en 1975, el proyecto que llevan en conjunto el FWS, el Servicio Forestal y el Departamen­to de Recursos Naturales y Ambientale­s (DRNA) estableció la colonia del Bosque Estatal de Río Abajo, y más recienteme­nte la de Maricao, además de la inicial de El Yunque.

“Si hubiera estado solo aquí, ahora la situación sería mucho más seria. Pero no se dañó tanto la población total”, evaluó White sobre el estatus de la especie, que continúa catalogada como una en peligro de extinción.

No obstante, las instalacio­nes en el bosque de Maricao se afectaron tanto que fue necesario evacuar las 43 cotorras que vivían allí hacia el aviario de El Yunque.

El grupo de cotorras que viven en Río Abajo fue el que mejor soportó el embate del huracán, aunque también tuvo bajas en su población silvestre.

Se estima que unas 40 a 50 de las cerca de 140 que vivían allí silvestres murieron o tienen un paradero desconocid­o. De las que estaban en cautiverio, no murió ninguna.

El huracán fue un revés en el proceso de recuperaci­ón (de la cotorra). Pero no es un golpe de muerte. Tenemos un programa robusto, saludable”

THOMAS WHITE SERVICIO FEDERAL DE PESCA Y VIDA SILVESTRE

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