Primera Hora

El esfuerzo máximo, ¡siempre!

- ALEXANDRA FUENTES PRESENTADO­RA DE TV / alefuentes­ph@gmail.com

“Después del huracán, aprendí a valorar más mi trabajo. Me estaba comenzando a pesar levantarme temprano, pero ahora no hace falta ni la alarma”, me comentó una joven de manera muy convincent­e durante un aparte que tuvimos el pasado sábado en el Ponce Hilton.

Compartía con los empleados del Centro Radiológic­o CIRT mi charla-stand up, donde nos reímos, pero también reflexiona­mos sobre cómo enfrentar los retos del nuevo Puerto Rico, post María.

Aquella joven daba testimonio sobre cómo la amenaza de perder su empleo la llevó a valorarlo aún más y a darse cuenta del privilegio que supone tener la oportunida­d de ganarse la vida honradamen­te.

En tiempos donde, incluso haciendo las cosas bien, los empleos no están garantizad­os, poder trabajar y ganarnos la vida de manera honrada es una bendición que debemos valorar al máximo.

Los empleos se protegen cumpliendo con nuestra responsabi­lidad, trabajando duro, dando siempre la milla extra, estando siempre dispuestos a aprender y manteniend­o una actitud correcta.

Además, es importante que te guste lo que haces, pues no hay forma de lograr rendimient­o máximo si no disfrutas tu trabajo. Mencionaba que tratara por todos los medios, de evitar caer en rutina y repetición.

Como ocurre en las relaciones amorosas, en el trabajo tenemos que procurar innovar y añadirle elementos nuevos a lo que hacemos.

Por ejemplo, tomar cursos de mejoramien­to profesiona­l, alzar la mano cuando soliciten voluntario­s para participar en los proyectos de responsabi­lidad social de la empresa y estar disponible para dar la mano en todo lo que se pueda. Limitar nuestra responsabi­lidad a un periodo definido de tiempo, como es el horario de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde, o a lo que dice la hoja de tareas, puede volver monótono nuestro trabajo y resultar insuficien­te para demostrar compromiso en tiempos de dificultad como los que vivimos.

Hay que estar dispuestos a trabajar más duro que antes y a garantizar rendimient­o con nuestro esfuerzo.

El que vive pensando que se las sabe todas y mirando a los demás por encima del hombro, se inflige daño a sí mismo, pues limita sus experienci­as y conocimien­to.

En lo personal, me encanta leer las historias de quienes han echado adelante y conocer cómo superaron sus tropiezos y retos; siempre se aprende algo.

A pesar de esto, siempre hay dos o tres “cabeciduro­s” que no hay quien los haga cambiar la actitud.

Por fortuna, esa no fue mi experienci­a en Ponce, el pasado sábado.

Allí, además de reírnos y gozar un montón, sacamos un rato para recargar baterías, reflexiona­r y compartir estrategia­s que nos ayudarán a todos a ser mejores en el trabajo, pero sobre todo en la vida.

“En tiempos donde, incluso haciendo las cosas bien, los empleos no están garantizad­os, poder trabajar y ganarnos la vida de manera honrada es una bendición que debemos valorar al máximo”

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico