Primera Hora

Llegó Morena, nuestra segunda mascota

- ALEXANDRA FUENTES PRESENTADO­RA DE TV / alefuentes­ph@gmail.com

Hace tres años perdí a uno de mis perritos salchichas, Nacho. Lo lloré tanto y tanto que me dije que jamás volvería a adquirir otro perro, pues nunca había experiment­ado ese dolor. Además, para que Lupita sufriera poco la partida de su compañero del alma decidí dejarla solita, siendo y tratada como la reina canina del hogar.

Ha pasado el tiempo, y con ese paso regresó el deseo de volver a agrandar la familia. La nueva compañera de Lupita se llama Morena y llegó a mi casa hace tres semanas. Es una puppy de dos meses, juguetona, cariñosa y encantador­a. Además, tengo que añadir: ¡cómo joroba! Se podrán imaginar que no hay cortinas, muebles, juguetes, zapatos que encuentre y que no muerda. Sus baterías son inagotable­s.

Antes de tomar la decisión de asumir la responsabi­lidad de criar a un perrito o cualquier mascota, uno debe estar dispuesto a cumplir con lo que eso supone. De lo contrario, lo justo es permitirle a otra familia el privilegio de criar y cuidarlo.

Bueno, decidí traer a la casa otro perrito, ahora me tocó echar el resto. Lupita se me hizo fácil para educar, pero con Morena el asunto ha sido más complicado. Así que me tocó buscar ayuda profesiona­l.

A casa llegó un joven con su también joven esposa, Yoasiel y Elsa, para trabajar con la perrita y enseñarme de todo un poco sobre el comportami­ento de los perritos. Lo hacía con mucha pasión y entrega denotando un compromiso y entrega enorme.

Comentaba Yoasiel del mucho trabajado que tiene y de cómo las parejas jóvenes, muchas aún sin hijos, ven en las mascotas una opción de compañía. Dijo que la mayoría es muy responsabl­e en el cuido y crianza de sus mascotas, pero que, como en todo, hay sus excepcione­s.

Esta pasada semana vimos en las redes el vídeo de un caballero que sin encomendar­se a nadie dejó abandonado un hermoso perrito, siendo captado por el lente de la cámara de una persona que lo persiguió y le increpó por este acto de irresponsa­bilidad.

La verdad que si hace eso con un perrito lo hace con una persona. Me alegró mucho que le dijeran dos o tres, porque la verdad que se lo merecía. Si no podía hacerse cargo del animalito, por qué no mejor hablar con un familiar o encontrar un hogar alterno. Estoy segura de que, si tenía voluntad, lo hubiera encontrado.

Tener una mascota a cargo es una gran responsabi­lidad. Nos toca hacer el mayor de los esfuerzos o criarlos y cuidarlos bien que no le falte nada. También por asegurar un comportami­ento adecuado, para que no lastimen a nadie, ni rompan, ni dañen. Lo ideal es poder contar con profesiona­les que nos ayuden en este trabajo, pero hoy tenemos mucha informació­n en las redes sociales que nos ayudan a educarnos sobre cómo ser mejores cuidadores.

Yo tenía las manos llenas con Lupita y ahora Morena me las lleno más. Sin embargo, como fue mi decisión, entonces me correspond­e hacerme responsabl­e. Así lo estoy haciendo, con todo el cariño y el amor del mundo.

Morena es encantador­a y aunque el amor hacia Lupita es insustitui­ble, en poco tiempo se ha hecho sentir, robando el corazón de todos. Tener un perrito o una mascota es una gran idea. Completan muy bien la formación de nuestros hijos y llenan de alegría el hogar.

No podemos olvidar que la mascota viene acompañada de una gran responsabi­lidad que debemos todos en la casa estar dispuestos a acoger.

“Es una puppy de dos meses, juguetona, cariñosa y encantador­a. Además, tengo que añadir que ¡cómo joroba!”

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico