Tu casa valdrá mucho... mucho menos que hoy
El pasado jueves supimos los datos más espeluznantes que podemos escuchar los que pagamos una casa. Una de cada tres hipotecas está en mora y 90 mil hipotecas están en delincuencia. Esa realidad provocó que el Secretario de la Vivienda federal extendiera por dos meses el periodo para evitar las ejecuciones de hipoteca. Todos sabemos, que aunque una gota ayuda a quitar la sed, el problema es mucho más profundo que eso y que lo aprobado no resuelve nada. El año pasado se ejecutaron 4,564 hogares en la Isla. Se estimaba que ese número pudo haber llegado a 6,000 si no fuera porque el huracán María detuvo parte de los procesos de ejecución.
Cerca de 13 hogares fueron ejecutados al día en el 2017. Si el estimado original se hubiera cumplido, estaríamos hablando de 17 hogares por día. Diariamente, cerca de 40 personas pierden su vivienda.
Si antes había sobre 300 mil estructuras abandonadas o en desuso y le añadimos cerca de 90 mil, deben sonar las alarmas para buscar soluciones urgentes. Si se siguen vaciando hogares, las casas de todos seguirán bajando de precio y -por tantomenos rentable será pagar la hipoteca para los que todavía lo hacen. El dilema es evidente, desde la crisis inmobiliaria el valor de muchísimas casas es menos de lo que deben. Eso ya es una tragedia, pero el número real es mayor al que se dice. La verdad es que no se sabe si alguien nos pagaría por nuestra casa lo que dicen los libros que vale.
Los senadores federales Bill Nelson y Marco Rubio pidieron extender hasta un año más el período de ejecuciones. El senador Carmelo Ríos propuso un período hasta septiembre de este año. Sin embargo, el temor de muchos por lo bajo es que si se extiende ese período, los dueños de hogares van a vivir “gratis” por un año la casa y luego la abandonarían emigrando. Eso solo añadiría al problema para nosotros por el abandono de hogares, pero además, para esas personas que no saben que en muchísimos lugares en Estados Unidos ni siquiera te rentan si no tienes buen crédito.
Ante esta realidad, debemos con urgencia considerar medidas de mitigación tales como:
1. FEMA debe comprar viviendas abandonadas en vez de reconstruir en zonas que no tiene sentido continuar construyendo.
2. Debemos enfocarnos en convencer al Congreso, al FED y al Tesoro de que esta realidad significa un riesgo sistémico y lograr que los pagos que se postergaron vayan al final del préstamo y no una acumulación donde ahora tengas que pagar de un cantazo los cinco pagos que tienes en moratoria tras María.
3. Convencer al Congreso de una ley especial para Puerto Rico -parecida al Frazier-Lemke Act del 1934- donde hicieron medidas de emergencia para evitar que le ejecutaran fincas a las personas que no podían pagar sus hipotecas luego de la gran depresión.
4. Debemos hacer un programa de demolición masivo de propiedades en desuso que ya no tengan un valor real en el mercado, ni un uso comunitario identificado.
5. Cabildear a Vivienda federal de crear un programa a largo plazo de renegociación de hipotecas.
6. Aprobar el proyecto de Carmelo Ríos para que el retracto se extienda de 9 a 180 días para que una persona pueda ir en retracto de crédito litigioso y pueda comprar su vivienda cuando el banco ya la está vendiendo en el mercado secundario a un precio de descuento.
7. Si subes el impuesto a la propiedad a las segundas casas y creas un mercado de colateral, logras que las casas abandonadas tengan que moverse, porque alguien va a comprar su deuda y con eso puedes mover el inventario (lien markets de Estados Unidos funcionan así). También puedes con eso lograr que se hagan ofertas no solicitadas para poner a producir viviendas y arreglar las mismas que ya están abandonadas.
Creatividad tenemos para hacer los mejores memes del mundo, ahora llegó la hora de usar ese intelecto para rescatar lo que nos queda.