Primera Hora

MAREJADA DE CURIOSOS

Desafiando advertenci­as de peligrosid­ad y órdenes de desalojo, mucha gente se expuso para ver las olas gigantes que azotaron las costas de la Isla y que provocaron el cierre de escuelas hoy en las zonas afectadas

- OSMAN PÉREZ MÉNDEZ osman.perez@gfrmedia.com

LOÍZA. A pesar del peligro que representa­n las fuertes marejadas que desde ayer comenzaron a azotar las costas del oeste y norte de la Isla, cientos de personas desoyeron las recomendac­iones de las autoridade­s y continuaba­n acudiendo a presenciar el evento.

Otros muchos más, cuyas residencia­s están ubicadas muy cerca de la orilla del mar y corrían peligro de ser inundadas por las olas, se reusaba a desalojar sus hogares, en contra de las indicacion­es de la autoridade­s.

“Yo no me voy”, afirmó una residente del sector Las Carreras en Loíza, parada en su casa a pasos de la playa, donde el oleaje subía por minutos y varios curiosos miraban y tomaban vídeos con sus celulares.

“Es que no fue buena la experienci­a con María. No estaban bien preparados (en el refugio). No había ni catres. Allí había personas mayores y estábamos bajo agua”, argumentó la mujer, que prefirió no identifica­rse, cuando se le preguntó por qué se exponía al peligro. “Es mejor quedarse aquí, en un rinconcito, que irse a pasar las de Caín a un refugio”. La mujer admitió que esperaba que el mar subiera por la noche. Aseguró, no obstante, que si las cosas se ponían “peor”, se iría a casa de un familiar que vive cerca y tiene dos niveles.

En otra residencia, donde había varios menores, se repitió la escena. No tenían intención de moverse y, una vez empeorara, subirían al segundo nivel, que todavía está en construcci­ón. Entretanto, otro batallón de curiosos llegaba a ver el oleaje. El grupo incluía menores y hasta mascotas. Una ola más fuerte que les salpicó el cuerpo y les dejó las piernas empapadas a los dos que estaban más próximo a la orilla los hizo desistir de permanecer allí más tiempo. Mientras, Betzaida López, directora de la Oficina de Servicios a la Comunidad de Loíza, iba casa por casa con otros colaborado­res, en vanos intentos de convencer a las personas que no desafiaran a la naturaleza.

“¿Se va a quedar?”, le preguntó López a una señora cuya casa está al borde de la playa. La respuesta fue positiva, agregando que se iría al segundo nivel si hacía falta.

Es que no fue buena la experienci­a con María. No estaban bien preparados

(en el refugio). No había ni catres. Allí había personas mayores y estábamos bajo agua”

RESIDENTE DE LOÍZA

“Hacía mucho tiempo no había un oleaje tan fuerte. Hoy ha estado todo el día así, terrible”, comentó la mujer.

López volvió a su vehículo algo frustrada. “Están alertados desde temprano. Pero no quieren irse. Les dimos la informació­n desde bien temprano”, comentó, agregando que ya se habían habilitado los refugios para recibir a las personas que lo necesitara­n.

Entrada la noche, se había cerrado el tráfico a todas las vías cercanas a la costa, y se daban los toques finales en los refugios que se habían preparado a lo largo de la zona costera bajo aviso. Sin embargo, el director interino del Negociado de Manejo de Emergencia­s y Administra­ción de Desastres, Carlos Acevedo, lamentó que no tuvieran suficiente cooperació­n de la ciudadanía en cuanto a permanecer lejos de las costas y el peligro de las olas rompientes.

“Hemos estado trabajando en varios municipios con todas las medidas preventiva­s. Ya tenemos olas de 16 pies, y van a seguir subiendo. Va a haber un pico en la madrugada, y mañana (hoy) a las 10:00 a.m. habrá marea alta. La exhortació­n es que no ponga su vida en peligro ni la del personal de manejo de emergencia”, reclamó Acevedo.

Cierran carreteras

Anoche, el Departamen­to de Seguridad Pública, a través del Negociado de la Policía, informó del cierre de varias carreteras en la zona norte a partir de las 9:00 p.m. como medida cautelar ante fuerte oleaje hasta que las condicione­s mejoren.

Las carreteras PR-119 de la zona Hatillo, la PR-165 en Dorado y la marginal Víctor Rojas de Arecibo estarían restringid­as. Igualmente, la PR-187 de Loíza.

La carretera PR-681, de Arecibo a Barcelonet­a, sería recorrida por la Unidad Motorizada del Negociado de la Policía en Arecibo; y el cuartel de la Policía de Manatí mantendría patrullaje preventivo en PR-685 y PR-686, hasta el área de los Tubos.

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SE METIÓ EL MAR En Piñones, la carretera PR-187 fue cerrada temprano, por la inundación de varios tramos.
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RESCATADA. Sol Iris Constantin­o se reencuentr­a con su hija Génesis Alicea, quien se encontraba varada en uno de los tramos inundados de PR-187 en Loíza

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