EMPEÑAN HASTA LAS CAJAS DE DIENTES
Ciudadanos recurren a estos lugares para obtener un dinerito que los ayude a salir a flote
Los rostros de la desesperanza en la llamada “financiera del pobre” son evidentes. Muchos han tenido que empeñar hasta la caja de dientes con piezas de oro de su abuelo, bastones, zapatos viejos o cualquier artículo por el que puedan obtener unos dólares para echar gasolina, comprar medicinas o sobrevivir la quincena.
Para los administradores de las casas de empeño, que tradicionalmente eran los negocios más frecuentados por el consumidor que necesitaba dinero rápido, el huracán María no solo hizo estragos en la economía de los desventajados, sino que su desdicha también los alcanzó en sus finanzas.
Durante un recorrido al azar que realizó Primera Hora por ocho casas de empeño localizadas en Puerto Nuevo, Río Piedras y Santurce, se pudo observar el poco flujo de público.
Los escasos clientes abordados ocultaron su frustración cabizbajos y no hicieron expresiones, mientras que otro solo dijo que “ya yo resolví por el momento” y en un caso, un cliente se observaba enojado y desesperado porque no consiguió realizar su transacción.
“La desesperanza se ve en estas personas que solo están buscando una ayuda”, lamentó Carlos Rosario, quien es el encargado del negocio Cashex, Tu Casa de Empeño en Santurce.
El comerciante admitió que luego del paso del huracán se ha notado una baja creciente en su clientela la cual atribuye a la emigración hacia Estados Unidos o la mudanza hacia otros municipios. Según sus cifras, en promedio, de unas 50 personas que visitaban el local antes de septiembre del 2017, ahora entran 30.
“Ha mermado un poco el flujo de clientes porque muchos han decidido irse para afuera y se han mantenido los que siempre se han mantenido mucho tiempo acá. Siempre traen herramientas, prendas en oro, equipo electrónico, televisores… todo ese equipo”, detalló Rosario.
El panorama descrito por Nelson Batista, gerente de la tienda en La Familia Casa de Empeño y Joyería & Préstamos de Título de Auto, localizada en la avenida Jesús T. Piñero, es distinto porque él sí ha observado un aumento en las visitas de consumidores.
“Ha venido mucha gente, han tenido mucha necesidad. Algunos sí mencionan que se van fuera de la isla, que quieren vender algunos artículos… quieren que nosotros les ayudemos. Algunos se muestran agradecidos del servicio que estamos brindando porque han estado sin luz y sin trabajo y por lo menos han podido empeñar sus cosas”, manifestó Batista.
En ambos negocios, los generadores eléctricos no se venden, se empeñan ya que la
“
Me han traído cajas de dientes con piezas en oro para venderlos; juegos de ollas, papeles o títulos de propiedad de residencias y no los aceptamos porque hay que tener ciertos permisos”
CARLOS ROSARIO CASHEX, TU CASA DE EMPEÑO EN SANTURCE
mayoría de los clientes opta por hacer un contrato de 30 o 60 días con el fin de obtener dinero aun cuando tengan que pagar mensualidades con hasta un 20% de intereses para no perderlos.
“No las venden, las empeñan; vienen y dicen: ‘yo la quiero empeñar, no la quiero vender’. Mucha gente pagó alto el precio de las plantas, cuando vienen a ver y hacen un empeño, dicen yo lo que quiero es esta cantidad, piden lo que necesitan, no piden de más”, observó Batista.
También ambos han notado que los ciudadanos van a sus tiendas para adquirir televisores, computadoras portátiles, consolas de juegos electrónicos y teléfonos celulares.
“Es gracioso, pero me han traído cajas de dientes con piezas en oro para venderlos; juegos de ollas, papeles o títulos de propiedad de residencias y no los aceptamos porque hay que tener ciertos permisos”, dijo Rosario.
Batista por su parte, indicó que en su tienda aceptan de todesde do; casi nunca rechazan la mercancía, incluyendo bastones y zapatos de mujer usados.
La mayoría de las personas sigue pagando intereses para no perder su propiedad o la heredada de un ser querido.
En picada venta de oro
José Ramírez de Arellano, propietario del negocio Continental Gold, localizado en la avenida Central en Puerto Nuevo, donde compran oro, plata, diamantes y otorgan préstamos sobre las prendas $10 a $10,000, contó que a partir de septiembre ha habido una reducción de un 60% de su clientela.
“Por la moratoria que dieron en los bancos, pues la gente no necesitaba el dinero; también el medio de transportación de las personas se hizo muy difícil por lo de la falta de la luz. Los negocios teníamos que abrirlos también solamente parcial, nosotros trabajábamos de 7:00 de la mañana a 6:00 de la tarde y, durante el período después del huracán, nada más podíamos abrir de 10:00 de la mañana a 3:00 de la tarde por la seguridad”, aseveró el comerciante con 30 años de experiencia.
A su vez, se reafirmó en que creía que la crisis económica iba a mover a la ciudadanía a buscar sus prendas o las heredadas de sus familiares fallecidos, pero no fue así. “Fue completamente lo opuesto”.