CRISIS DE SEGURIDAD POR RENUNCIAS DE POLICÍAS
Las bajas constantes en el cuerpo policial ponen en peligro a los que se quedan
El peligro por la falta de seguridad en el País lo enfrenta la gente, pero ahora también pudieran sufrirlo los mismos policías, quienes son el primer frente de defensa en los cuarteles y en la calle.
Desde el 30 de septiembre del 2017 al 15 de abril pasado, el Negociado de la Policía ha tenido 534 bajas por expulsión, incapacidad, cesantías, muertes, renuncias regulares, por pensión, transición voluntaria, retiro obligatorio y separación de puestos de confianza.
Mientras que en el 2017, renunciaron 649 policías quienes se acogieron al retiro o abandonaron su trabajo por otras causas.
Las estadísticas oficiales indican que en ese período han sido cesanteados siete oficiales, uno de ellos por incapacidad; nueve fueron expulsados, 14 murieron, hubo 70 renuncias regulares, 68 dimitieron para acogerse a la pensión, 49 se jubilaron mediante el Programa de Transición Voluntaria (PTV), 253 renunciaron para disfrutar de ese beneficio y 59 fueron obligados a retirarse.
El panorama se agrava luego de que la semana pasada comenzara la segunda fase del PTV que permite laborar en la empresa privada o en el tercer sector mientras continúan devengando su salario por un término establecido o reciban un pago englobado de hasta nueve meses y un diferencial de $100 para plan médico.
A manera de ejemplo, una situación que pudiera denotar la falta de seguridad ocurrió el martes pasado cuando, debido al creciente éxodo de personal, la avería de la única línea telefónica disponible y la falta de recursos, las vidas de una agente adscrita al cuartel de Gurabo y una víctima de violencia de género corrieron peligro tras ser atacadas en el área del retén.
Ese día, en el turno de 12:00 del mediodía a 8:00 p.m., la retén estaba sola en el cuartel y solo había dos patrulleros atendiendo querellas en la comunidad en un municipio donde hay unos 45,000 habitantes.