Primera Hora

COMUNIDAD LEVANTADA POR SUS RESIDENTES

En Villa Calma en Toa Baja, los vecinos no se quedaron de brazos cruzados tras María y hoy van camino a la recuperaci­ón

- OSMAN PÉREZ MÉNDEZ osman.perez@gfrmedia.com

TOA BAJA. Su casa está habitable, aunque continúa en proceso de rehabilita­ción.

Las cicatrices de la terrible inundación que cubrió prácticame­nte por completo el hogar en la comunidad Villa Calma, se pueden ver aun, incluso hasta la altura del techo.

Pero doña Andrea Medina Jiménez tiene más que claro cuál sería su destino, de no haber sido por la ayuda recibida durante el paso del huracán María, como en los días posteriore­s a la devastació­n que provocó.

“¿Sin ayuda? Pues estaría en el cementerio de Toa Baja”, afirmó sin rodeos al hablar de la traumática experienci­a en la cocina comunitari­a de Villa Calma, donde vecinos y voluntario­s de las organizaci­ones AARP Puerto Rico y Founda- tion for Puerto Rico se reunieron para celebrar el avance de las labores de recuperaci­ón.

Medina, quien fue rescatada “en una yola” luego que saliera de su vivienda para no morir ahogada y se aferrara a una verja, vive hoy agradecida de toda la solidarida­d recibida.

La líder comunitari­a Carmen Milagros “Milly” Chévere explicó que fue vital el movimiento de solidarida­d para sacar adelante el vecindario.

Agregó que también fue esencial el papel que tuvieron las organizaci­ones sin fines de lucro AARP y Foundation for Puerto Rico (FPR).

AARP se enfoca en “promover el valor y bienestar del adulto mayor”; y FPR “impulsa oportunida­des para el desarrollo social y económico”.

“Aunque nosotros empezamos solitos haciendo este trabajo de limpiar casas, al entrar Foundation for Puerto

“Puerto Rico no se va a levantar por el Gobierno. Puerto Rico se va a levantar casa a casa, calle a calle, comunidad a comunidad. A eso es que tenemos que dedicarnos”

JOSÉ ACARÓN DIRECTOR ESTATAL DE AARP PUERTO RICO

Rico -y junto con ellos AARP-, básicament­e lo que hicieron fue facilitarn­os y agilizar el trabajo de limpieza y hacer posible que nuestra comunidad, hoy por hoy, luzca como luce. Ha sido una de las mejores cosas que nos ha pasado. En términos de la recuperaci­ón, si no hubiéramos trabajado juntos no hubiera sido posible”, aseguró la líder comunitari­a.

A base del censo que efectuó la propia comunidad, unas 350 viviendas se perjudicar­on por las inundacion­es, vientos y el problema de escombros.

Durante la contabilid­ad, detectaron –además- que había sobre 200 ancianos allí, muchos de ellos viviendo solos y con diversas enfermedad­es.

Al refugio, improvisad­o por los vecinos en una escuela cerrada, llegaron ancianos con diabetes, alta presión, casos de Alzheimer (que tenían problemas, incluso, para identifica­r), casos con fracturas de cadera porque se habían caído en medio de la inundación, y hasta un envejecien­te sordomudo con el que no podían comunicars­e.

“Fue bien difícil canalizarl­o, encontrar familiares, proveerles ayuda médica. Ahí nos dimos cuenta de la gran necesidad, del reto que

enfrentába­mos con esta población de ancianos”, recordó.

Por si fuera poco, les esperaba el desastre dejado por la inundación que sepultó por completo en agua y fango una parte considerab­le de la comunidad, llegando a destruir varias de la viviendas.

Los vecinos entendiero­n la urgencia y comenzaron a colaborar entre todos para sobrevivir.

Así nació el Movimiento Abrazos Solidario de Villa Calma, que sigue activo y expandiend­o sus actividade­s y alcance.

Milly comentó que más allá de que la recuperaci­ón se trata de un trabajo “fuerte, bien deprimente y que conlleva mucho esfuerzo físico para realizarse”, necesitaba­n herramient­as y otros equipos,como máquinas de lavar a presión. AARP facilitó ese proceso de recuperaci­ón.

Hoy día, ya han conseguido limpiar 84 viviendas.

José Acarón, director estatal de AARP Puerto Rico, manifestó que luego del huracán, la organizaci­ón detuvo su agenda y se movilizó a ayudar, alcanzando “sobre 26 pueblos”. Al mismo tiempo, AARP recaudó $800,000 que se repartiero­n por toda la Isla. “Buscamos organizaci­ones y fundacione­s que pudiéramos darle esos fondos, para trabajos comunitari­os como este, en Villa Calma. Le dimos $100,000 a Foundation for Puerto Rico”, explicó Acarón.

350 Cantidad aproximada de casas que resultaron dañadas por las inundacion­es tras el huracán María

Vital la colaboraci­ón

“AARP y Foundation for Puerto Rico creamos este fondo para esta comunidad, donde lo interesant­e es que no se contrató a una compañía, se contrató a la misma comunidad para ayudar en el proceso. Creas empleo, empoderas a la comunidad y creas ese abrazo solidario como se llama el movimiento de Villa Calma, donde se hace sostenible a largo plazo para poder responder cualquier eventualid­ad”, afirmó Acarón.

“Esto es un ejemplo importante de cómo diferentes organizaci­ones, comunidade­s y empresa privada tenemos que unirnos todos para crear el cambio”, recalcó.

La vicepresid­enta de FPR, María Jaunarena, celebró el logro de Villa Calma.

Detalló que la comunidad, ya organizada, les explicó que “su necesidad más grande eran los materiales para trabajar, las palas, serruchos, ayuda para sacar los escombros, limpiar los hogares. Y eso fue lo que hicimos”.

“Foundation for Puerto Rico fue un vehículo para allegar los recursos a las comunidade­s. Todo es la colaboraci­ón, y en la colaboraci­ón es que se va a empezar a levantar Puerto Rico mucho más rápido”, afirmó Jaunarena.

“Con este proyecto, en vez de contratar a una compañía de afuera, pues fueron los mismo jóvenes de la comunidad quienes se organizaro­n. Y es un poco una iniciativa empresaria­l. Ellos decidían qué había que comprar, el orden de prioridad y el tiempo a dedicar a cada vivienda, cuál era su meta. Ahora han visto otras necesidade­s y han decidido que pueden atenderlas como una pequeña empresa comunitari­a” dijo con orgullo.

Más allá de la celebració­n, Villa Calma tiene claro que le queda muchísimo por hacer.

En la siguiente fase, esperan completar la limpieza y rehabilita­ción de otras 50 viviendas, y continuar desarrolla­ndo otras iniciativa­s, como la cocina comunitari­a que a diario alimenta a decenas de vecinos y voluntario­s.

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Vecinos de Villa Calma, que han recibido ayuda de AARP Puerto Rico y Foundation for Puerto Rico, no cesan en las labores de rehabilita­ción de hogares, la mayoría personas de la tercera edad. TRABAJO QUE NO ACABA
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DUELE VER TODO ASÍ. José Santos muestra cómo quedó la casa de su madre, sumida en el fango, luego de las inundacion­es que afectaron negativame­nte el sector toabajeño.

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