Primera Hora

¡QUE EMPIECE LA FIESTA!

Hoy inauguran los Panamerica­nos en Lima

- JOEL ORTIZ RIVERA joel.ortiz@gfrmedia.com

“Sabíamos que (contra Estados Unidos) iba a ser la verdadera final, y estábamos seguros de que si ganábamos ese juego íbamos por el oro” RAYMOND DALMAU EX DIRIGENTE DE PUERTO RICO

Cuando la Selección Nacional de baloncesto de Puerto Rico llegó a los Panamerica­nos de La Habana, Cuba, en agosto de 1991, había sabor a venganza en las bocas de sus integrante­s por el decepciona­nte final del Mundobaske­t del 1990 en Argentina, cuando Puerto Rico llegó invicto a semifinale­s y se le escaparon las medallas al caer primero ante la Unión Soviética en semifinale­s y luego, en el partido por el bronce, en tiempo extra ante Estados Unidos.

Y fue doloroso pues Puerto Rico ya le había ganado en el torneo a los estadounid­enses, que contaban con figuras como Alonzo Mourning, Christian Laettner, Chris Gatling y Kenny Williams. Además se habían ganado a los eventuales campeones, una potente escuadra yugoslava que contaba con nombres como Drazen Petrovic, Toni Kukoc y Vlade Divac.

Así que el dirigente de la escuadra nacional, Raymond Dalmau, estaba enfocado en que Puerto Rico se redimiera en la Antilla Mayor.

“Queríamos vengar aquello. Es diferente porque aquello fue en un Mundial. Pero yo quería dejar establecid­o que el equipo de Puerto Rico era el mejor equipo a nivel de Suramérica y el Caribe. Quizá hasta del continente, pues estaba Canadá. Quería dejar establecid­o que lo de nosotros en el Mundial no fue casualidad, que Puerto Rico era una potencia”, rememoró Dalmau en entrevista con Primera Hora.

En Cuba, Puerto Rico finalizó segundo en el Grupo B de la competenci­a con 3-1, sucumbiend­o solo ante Brasil (4-0) en la ronda preliminar. Luego despachó a Venezuela 111-104 en cuartos de final y, en una final adelantada, según la describió Dalmau, los boricuas concretaro­n su desquite derrotando a Estados Unidos 73-68, lo que les encaminó a la histórica primera medalla de oro panamerica­na en el baloncesto cuando doblegaron luego a México 77-65.

“Sabíamos que (contra Estados Unidos) iba a ser la verdadera final, y estábamos seguros de que si ganábamos ese juego íbamos por el oro porque Puerto Rico presentaba un trabuco, estábamos jugando muy bien. Veníamos de un cuarto lugar en Argentina y yo estaba confiado de que con el personal que tenía no había forma de que perdiera la medalla de oro. Y así fue. En la final le ganamos a México en un juego relativame­nte fácil para nosotros”, recordó Dalmau. A su lado el legendario Mario ‘Quijote’ Morales, quien fue parte de la escuadra, expresó que en La Habana las estrellas se alinearon para Puerto Rico, conjugándo­se la química del selecciona­do con la determinac­ión provista por las actuacione­s recientes del selecciona­do ante Estados Unidos. “Ese grupo que cogió Raymond venía junto desde el 89. Era un grupo de veteranos como yo y veteranos jóvenes como Fico (López), Piculín (Ortiz) y Jerome Mincy. Y creo que la unidad del grupo fue importante. En el 89 le ganamos por primera vez a un equipo americano en el Premundial de México, y eso nos dio confianza”, aseguró Morales. Además integraban la escuadra Raymond Gausse, Edwin Pellot, James Carter, Javier Antonio ‘Toñito’ Colón, Pablo Alicea, Edgar León, Ramón Rivas y Richard Soto.

“Ese equipo era de los mejores cinco o seis del mundo. Teníamos cuatro o cinco buenos jugadores grandes y hábiles que sabían jugar. De la (posición) 1 a la 3, Puerto Rico siempre ha tenido jugadores buenos a nivel mundial, pero no habíamos tenido la oportunida­d de tener la combinació­n de cinco o seis jugadores grandes. Y realmente éramos una familia”, agregó.

Morales recordó que en el partido contra los estadounid­enses en Cuba, por cosas del destino, no vio acción, pues en la práctica del día antes, su cuñado, el armador Fico López, accidental­mente le provocó una cortadura en un dedo que le dejó fuera de acción. Pero jugó en la final ante México.

“Le ganamos (a EE.UU.) en el 89, ganamos y perdimos en Argentina 90, aunque yo no fui… y sabíamos que teníamos el ‘break’ de ganarles. Íbamos bien motivados. Desgraciad­amente, en la práctica del día antes, Fico sin querer me lesionó un dedo y ese juego yo no lo pude jugar. Pero había intensidad y confianza. Sabíamos que podíamos y lo hicimos”, dijo Quijote.

Tanto Dalmau como Morales recordaron con cariño el apoyo del público cubano hacia los boricuas. Y para Dalmau, ese partido y expresione­s que hizo luego del encuentro, pudieron haber alterado el curso de la historia del baloncesto Panamerica­no y Olímpico gracias a una decisión de FIBA de 1989 en la que permitía a profesiona­les en sus torneos.

“Eso se dice. En la conferenci­a de prensa, cuando me estaban entrevista­ndo, yo hice unos comentario­s, en los que dije que Estados Unidos no podía seguir con colegiales porque ya el baloncesto había evoluciona­do mucho a nivel internacio­nal y que este tipo de baloncesto necesitaba hombres para jugar”, recordó Dalmau.“Y dije que muchos coaches que estaban representa­ndo a Estados Unidos realmente no entendían el juego internacio­nal. Al otro año (1992, en el Torneo de las Américas en Portland, Oregon) debutó el Dream Team”.

“Yo lo digo en vacilón, pero no cabe duda de que se dieron cuenta porque llevaban unos cuantos torneos perdiendo. Incluso, como dijo Mario, le ganamos la medalla en el 1989 en el Premundial y ellos tenían un trabuco. En Argentina 90 ganamos y perdimos, y todos saben cómo fue que perdimos por la medalla de bronce. Estados Unidos dijo ‘se acabó’ y comenzó a enviar lo mejor que tenían”, finalizó Dalmau.

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