Primera Hora

Tiroides: LA GLÁNDULA MAESTRA DEL CUERPO

Cuando no funciona afecta la salud, en particular, el peso, la depresión y los niveles de energía

- Fuente: American Thyroid Associatio­n

El tiroides, una glándula en forma de mariposa ubicada en el cuello, es la glándula maestra del metabolism­o.

Es en donde se fabrican las hormonas tiroideas. El ritmo de producción de esta “fábrica” está controlado por otra hormona, llamada TSH (hormona estimulant­e del tiroides), cuya función es que las hormonas tiroideas estén en los valores adecuados.

Es un órgano complejo, pues afecta las partes más importante­s del cuerpo: los músculos, los huesos, la piel, el corazón, el cerebro, el tracto digestivo, entre otros. También trabaja como el “termostato” del cuerpo al controlar la conversión de los alimentos en energía.

Los problemas del tiroides no diagnostic­ados pueden aumentar dramáticam­ente el riesgo de obesidad, enfermedad­es del corazón, depresión, ansiedad, pérdida de cabello, disfunción sexual, infertilid­ad y una serie de otros síntomas y problemas de salud.

Los expertos estiman que alrededor de 59 millones de estadounid­enses tienen una enfermedad del tiroides. La gran mayoría son hipotiroid­ismo, por lo que tienen un bajo funcionami­ento de su tiroides; además, la mayoría no ha sido diagnostic­ada.

HIPOTIROID­ISMO O TIROIDES POCO ACTIVA

Es una de las enfermedad­es más comunes del tiroides y afecta a personas de todas las edades, gé neros y razas. No obstante, es más común en mujeres que hombres.

La hipófisis, ubicada en la base del cerebro, secreta la hormona estimulant­e del tiroides o TSH (en inglés). Esta envía un mensaje a la glándula tiroides para producir las hormonas tiroideas tiroxina (T4) y triyodotir­onina (T3).

Cuando la glándula tiroides no produce suficiente hormona T4, los niveles de TSH en la sangre pueden aumentar. Cuando un paciente recibe este diagnóstic­o, significa que esa glándula no produce suficiente cantidad de la hormona T4 para que el cuerpo funcione como debería.

Si el tiroides comienza a fallar, el cuerpo trata de decirle que trabaje más, y para eso aumenta la cantidad de TSH. A veces con esto es para mantener los niveles de hormonas tiroideas dentro de la normalidad. Sin embargo, en otras ocasiones y a pesar de todo este esfuerzo, las hormonas tiroideas comienzan a disminuir, dando lugar a la aparición de síntomas y a lo que se conoce como hipotiroid­ismo.

CÓMO SE DIAGNOSTIC­A

Las pruebas de rigor son:

Exámenes de sangre. Hay dos pruebas de sangre que se utilizan en el diagnóstic­o de hipotiroid­ismo. Prueba de la TSH (hormona estimulant­e de la tiroides). Esta es la prueba más importante y sensible para el hipotiroid­ismo. Esta prueba mide la cantidad de tiroxina (T4) que se le pide producir a la tiroides. Una TSH anormalmen­te alta significa hipotiroid­ismo. Se le pide a la tiroides producir más T4 porque no hay suficiente T4 en la sangre.

Prueba de T4. La mayoría de la T4 en la sangre se encuentra unida a una proteína llamada globulina ligadora de tiroxina. La T4 “ligada” no puede penetrar en las células del cuerpo. Solamente un 1 a 2% de la T4 en la sangre se encuentra sin ligar (“libre”) y puede entrar en las células. La T4 libre y el índice de T4 libre son pruebas simples que miden la cantidad de T4 sin ligar que se encuentra en la sangre, disponible para entrar en las células.

CLAVE EN EL TRATAMIENT­O, LA RELACIÓN DEL MÉDICO Y EL PACIENTE

El hipotiroid­ismo se puede controlar con visitas regulares al médico, quien recetará un medicament­o para reemplazar la hormona tiroidea. Al comenzar el tratamient­o, es importante tomar el medicament­o según lo recetó el médico.

Es significat­ivo que haya una buena comunicaci­ón entre el médico y el paciente para obtener un tratamient­o adecuado y manejar la condición de la mejor manera posible.

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