PREOCUPADA ENRIGHT CON EL COVID-19 EN ITALIA
La jugadora boricua admite que ha pensado solicitar a su equipo que la dejen salir del país por la amenaza del virus
La voleibolista Stephanie Enright esperaba ayer conocer noticias sobre que sucederá con la celebración del detenido torneo de voleibol en Italia, en donde juega, para determinar si saldrá del país, si llegase a ser necesario.
La cagüeña se encuentra jugando para el equipo de la ciudad Chieri, al norte de Italia, de donde surge el epicentro en Europa del COVID-19, también conocido como el coronavirus. Enright, así como la también boricua Daly Santana, juegan allá en la liga profesional Serie A, cuyo torneo está detenido para la mayoría de los 14 equipos que participan en el torneo.
“Toda la decisión se basará en la reunión de hoy y en la decisión que tome la federación (italiana)”, dijo Enright en horas de la tarde, antes que el Comité Olímpico de Italia ordenara que toda actividad deportiva en el país sea aplazada hasta el 3 de abril y que el primer ministro de Italia anunciara que todo el mundo está sometido a una cuarentena por la situación.
Enright describió que la ciudad de Chieri está en alerta, con muchos comercios cerrado, en total precaución y prevención, solicitando a las personas que mantengan tres pies de separación con otras personas. El equipo suyo se mantiene entrenando a puerta cerrada.
Enright, quien es la capitana del equipo, dijo que ella y las otras compañeras extranjeras del equipo de Chieri no han solicitado formalmente la salida del país. Igual lo dijo Santana el domingo a la Federación Puertorriqueña de Voleibol desde la ciudad de Firenze.
“No lo hemos hecho directo al club, pero lo hemos estado pensando porque hemos leído sobre la cancelación de vuelos, sobre que no están dejando salir del país y sobre que la cosa se pondrá peor”, dijo Enright.
“Pensando cómo es Trump, tenemos el miedo de que se siga con las prohibiciones e Italia sería uno de los países a los que se pondría una”, agregó.
En la ciudad de Conegliano hubo un partido el sábado en la Serie A. El encuentro fue a puerta cerrada y las jugadoras ganadoras celebraron con humor la victoria, haciéndose pasar algunas como fanáticos que celebraban la victoria con el equipo.