ES DURA LA VIDA EN LAS LIGAS MENORES
Tres boricuas hablan sobre el cierre del béisbol desde el punto de vista de un pelotero en ascenso
Cuando no puede haber béisbol, la cosa se puede tornar fea. Pregúntele a un fanático.
Pero no solo el fanático se afecta. Si un jugador profesional no juega, no cobra. Y esa es la situación de miles de jóvenes que durante años batallan por tener la oportunidad dorada de jugar pelota de liga mayor y que ahora, debido a la emergencia provocada por el coronavirus, viven momentos de incertidumbre en términos de su futuro en el béisbol o hasta en cosas más importantes, como sostener económicamente a su familia.
Algunos de estos son puertorriqueños, como Jan Hernández, quien con su poderoso brazo fue parte integral de los campeones Cangrejeros de Santurce.
“Esto nos ha tocado a todos en el mundo. No solo a los peloteros, sino a toda la gente que trabaja para buscar su sustento y el de su familia”, dijo Hernández desde la residencia de su madre en San Lorenzo. “Ha sido fuerte. Yo no estoy cobrando. Dejé de cobrar desde la Serie del Caribe (en febrero), pero vamos poco a poco. Me he mantenido entrenando y con mi familia, que me ha ayudado”.
Hernández, de 25 años años, es soltero y no tiene hijos. Estuvo los pasados siete años con la organización de los Filis de Filadelfia y el año pasado jugó a nivel Triple A, al borde de las Mayores.
Pero durante el invierno no llegó a un acuerdo y quedó sin empleo. Al momento del cierre de operaciones, dijo que conversaba con tres organizaciones, aunque decidió firmar con los Somerset Patriots de la Atlantic League, una liga independiente.
“No me volví loco gastando. Yo no soy así. Pero con lo del coronavirus no puedes salir de la casa y si no hubiese ahorrado estaría en una situación fea. Pero supe ahorrar y mi familia está ahí”, explicó.
“(Los ahorros) podrían durarme meses, pero eso depende. Lo que pienso es en que hay personas que viven del sueldo, de cheque en cheque, que tienen hijos y familia. Y está bien difícil la situación. Pero todo esto va a pasar”, manifestó.
Alexis Pantoja, otro pelotero boricua, de Vega Alta, explicó que en su caso ha tenido la fortuna que la organización de los Indios de Cleveland, a la cual pertenece, se ha mantenido pagándoles semanalmente al menos por el periodo que durarían los entrenamientos primaverales. Y mediante un app de teléfono le envían los ejercicios y las rutinas que puede hacer para mantenerse en forma.
Pantoja jugó a nivel Doble A en el 2019 y lo haría en Triple A este año con la esperanza de, en algún momento, recibir la ansiada llamada.
El sueño, dijo, sigue vivo, aunque por ahora está en pausa.
“Tengo mi mente bien positiva. Soy fuerte y mi mente sigue estando positiva. No me pongo triste, pero de verdad es difícil porque había tenido un ‘spring training’ súper bueno, estaba acoplándome y surge esta situación. Pero son cosas de papa Dios que uno no controla. Es cuestión de seguir trabajando lo que yo pueda aquí mientras se resuelve esto y regresar listo”, manifestó Pantoja, soltero y sin hijos, de 24 años. También regresó a la Isla cuando se agravó la pandemia.
“Llegué hace unos ocho días y creo que es lo mejor que pudo haber pasado, porque yo por Estados Unidos y mi familia aquí en una situación como esta hubiese sido más triste y difícil”, expresó desde la casa de sus padres en Dorado, donde tiene un ‘batting cage’ al que le da uso cada día.
Agregó que le preocupan más las decenas de compañeros de equipo y amigos que no pudieron llegar hasta sus familias, como jugadores venezolanos que conoce, que no consiguieron vuelos y se han tenido que quedar en Estados Unidos en las facilidades de los equipos o en hoteles.
A Jesmuel Valentín, de 25 años, la organización de los Orioles de Baltimore le ha pagado semanalmente más de lo que se suponía que le pagaran, lo cual agradece.
Y aunque no sabe qué pasará más adelante con las conversaciones entre los equipos del béisbol organizado, al momento ha podido lidiar con la situación y la manutención de su esposa y su hija debido al cierre del béisbol.
En su caso, admite que el descanso le ha venido bien pues desde la semifinal invernal, cuando jugó con los Indios de Mayagüez viene trabajando con una lesión de hombro que le había impedido participar en partidos primaverales. Así que al momento, descansa en la casa de sus padres junto a su familia, y espera por lo que pueda pasar en las próximas semanas. Los ahorros que ha hecho en su carrera le mantienen sin presiones económicas.
“Me he mantenido tranquilo porque desde el principio de la invernal ya tenía un contrato firmado y sabía que iba a jugar”, manifestó Valentín, quien el pasado año jugó en la Liga de México con la misión de conseguirse una nueva oportunidad de jugar en el béisbol organizado estadounidense.
“Me preocupan más los cambios en las reglas del béisbol, ya que ahora, en septiembre no se van a subir los 40, solo 28, y eso le quita oportunidad de subir en septiembre a muchos peloteros y serán muchos menos los ojos que los equipos tendrán para ellos. Pero nada, se trata de seguir trabajando igual, porque si se pudo hacer una vez, se puede volver a lograr”, finalizó Valentín refiriéndose a que jugó en las Mayores con los Filis de Filadelfia en el 2018.
“(Los ahorros) podrían durarme meses, pero eso depende. Lo que pienso es en que hay personas que viven del sueldo, de cheque en cheque, que tienen hijos y familia. Y está bien difícil la situacion”
JAN HERNÁNDEZ PELOTERO PUERTORRIQUEÑO