Usa bien tu lupa
Seguramente recuerdes momentos en tus años de estudiante en los que tuviste que utilizar una lupa. Como todos sabemos, la lupa agranda el objeto que miras. Cada uno de nosotros tiene lo que llamaré una “lupa interna”. Es la capacidad que tenemos para escoger destacar ciertas cosas y disminuir otras.
Nosotros los seres humanos, tristemente, podemos ser muy dados a enfocarnos en aquello que nos desagrada de nosotros mismos y de los demás, o en aquello que deseamos y no tenemos, o en cosas en nuestro diario vivir que no nos gustan. Cuando nuestra “lupa interna” está continuamente enfocada en aquello que consideramos desfavorable, nuestro cerebro produce neurotransmisores que nos hacen sentir tristes, ansiosos e inconformes con la vida.
Por otro lado, cuando una persona se enfoca en lo que le agrada y dentro de cada situación tiende a enfocarse en aquello que es positivo, su cerebro continuamente produce neurotransmisores de placer que provocan que dicha persona se sienta feliz. Sin duda alguna, nuestro estado anímico está íntimamente relacionado a dónde apunta nuestra lupa interna. Es decir, cómo elegimos pensar y en lo que nos decidimos enfocar es lo que determina si nos sentimos felices o no.
En muchas ocasiones, la razón del por qué nuestras relaciones interpersonales no funcionan, es porque continuamente colocamos nuestra lupa interna en los defectos de los demás, en lugar de en sus muchas virtudes. Si usted continuamente destaca lo que no le gusta en otros, esa continua desaprobación hará que la otra persona se sienta rechazada, provocando así heridas en quienes ama y lastimando la relación. Por lo que es necesario que desde hoy tomemos la decisión de colocar nuestra lupa interna en la belleza de las personas que nos rodean, afirmar lo que amamos de ellas en lugar de criticarles constantemente. En la vida nada es perfecto. Las relaciones no son perfectas, las personas no son perfectas, nosotros no somos perfectos, las circunstancias no son perfectas. Por lo que, si perfección es lo que esperamos para ser felices, nos hemos destinado a nosotros mismos al fracaso y a la infelicidad. Es primordial que entendamos que la vida carece de perfección, no así de belleza.
Hoy quiero invitarte a tomar la sabia decisión de colocar tu lupa interna en esa belleza, en aquello que es bueno, y agradecer por ello. Como dice mi querido abuelo: “¡Una persona agradecida es una persona feliz!” Por lo que, crea este extraordinario hábito en tu vida de enfocarte en aquello que está bien, agrandar lo que te gusta, pensar en lo que sí funciona para que así vivas una vida agradecido que genere en ti felicidad y buenas relaciones.
No pienses en lo que te hirió en el pasado, sino coloca tu lupa interna en lo mucho que aprendiste y da gracias por ello. No pienses en aquello que te desagrada de los que te rodean, sino coloca tu lupa interna en las cualidades que poseen y agradéceles queesténcontigo. Nopiensesenloquetefalta,sino coloca tu lupa interna en lo que te gusta de ti y lo que has alcanzado y siéntete orgulloso por ello. No pienses en aquello que te aqueja, sino coloca tu lupa interna en el milagro de estar vivo y da gracias a Dios por ello.
Si cada día desarrollamos el hábito de colocar nuestra lupa interna en aquello que es bueno, y agradecemos por ello, ¡cuánta alegría y salud traeremos a nuestra vida y a nuestras relaciones interpersonales! Un ser humano enfocado en lo positivo, descubrirá con mucha satisfacción lo que en estas letras hemos compartido: que la vida, aunque imperfecta, no carece de belleza. ¡Enfócate en ella!
“La vida carece de perfección, no así de belleza. Cómo elegimos pensar y en lo que nos decidimos enfocar es lo que determina si nos sentimos felices o no”