“MÁS QUE ORGULLOSA DE QUE FUERA POLICÍA”
Familia y amigos de los tres policías asesinados el lunes destacan su calidad humana y su vocación de servir
En medio del dolor y la indignación por la muerte de tres agentes, familiares y compañeros destacan la calidad humana que los distinguía, mientras ayer las autoridades continuaban tras la pista del sospechoso de los asesinatos
“Yo estoy superorgullosa de él. Y murió en lo que le gustaba, con las botas puestas. Él amaba su trabajo, amaba la Policía. Le gustaba lo que hacía”.
Así se expresó ayer a su salida del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) doña María Luisa Díaz, madre del policía estatal Luis Marrero Díaz, quien fue asesinado el lunes mientras perseguía a un delincuente en Isla Verde, en hechos en que también fueron abatidos a tiros otros dos agentes de la policía municipal de Carolina, Luis Salamán Conde y Eliezer Hernández Cartagena.
María Luisa ofreció esas palabras luego de pasar por el penoso proceso de identificar el cuerpo de su hijo en el ICF, a donde acudió acompañada por su nieta Jheylimar, la mayor de las tres hijas del agente Marrero Díaz. Momentos antes, al entrar al Instituto, aunque se mantenía fuerte se le escuchó pedir a los agentes que le acompañaban, “si me caigo, me levantan”.
Al igual que ellas, las familias de los agentes Salamán Conde y Hernández Cartagena también pasaron en algún momento del día por el proceso en el ICF, mientras paralelamente llevaban a cabo arreglos con funerarias para el velatorio y sepelio.
“Él era muy bueno. Gracias a Dios”, afirmó doña María Luisa sobre su hijo, reiterando el orgullo que siente por él.
Relató que le gustaba mucho el deporte y en particular el béisbol.
“Él era pelotero. Jugó desde los tres añitos, todas las categorías, hasta la Doble A. Jugó con Cidra, con Comerío, con Florida, con Vega Alta, y no estoy segura si con Manatí también”, comentó. “Le encantaba el deporte y cuando iban los viejitos a jugar, que le faltaba uno, llamaban a casa: ‘Luisito vente que nos falta uno’, y él bajaba”.
“Y siempre estaba en las canchas con las nenas también. Siempre. Fue de esos papás presentes en los deportes de las hijas”, agregó la teniente Milery Méndez, quien estudió con el agente Marrero Díaz y también compartió con él en la Academia de la Policía.
“Así es. Práctica que tuvieran las nenas, ahí estaba papá”, secundó doña María Luisa.
“Un excelente padre, un excelente hijo. Yo no me quejo de mi hijo. No he tenido una queja en toda su vida de nadie de él, de nadie”, insistió.
Comentó, además, que Marrero, quien “era hijo de dos servidores públicos, un bombero y una maestra”, se pasaba ayudando a las demás personas.
“Más que orgullosa de que fuera policía, me siento muy orgullosa del ser humano que El Señor me permitió crear. Era tremendo ser humano. Siempre ayudando al prójimo, ayudando en el dolor”, agregó. “Hace como tres meses le mataron el nene a un vecino y él fue el que se encargó de todo, venir a Ciencias Forenses, lo escoltó con su motora, todo el entierro, lo hizo todo. Él era dado al servicio”.
Adiós a unos buenos compañeros
A Marrero Díaz solo le faltaba un minuto para terminar su jornada de trabajo cuando escuchó de una persecución en Carolina. Mientras, el agente estatal Hernández Cartagena se encontraba almorzando cuando escuchó por radio lo sucedido. Ambos no lo dudaron, se colocaron sus chalecos y caminaron al expreso Román Baldorioty de Castro sin saber que fallecerían en el cumplimiento del deber.
Junto a ellos, el agente municipal Luis Salamán Conde, quien también perdió la vida, intentaron detener a un hombre, aún sin identificar, que se había ido a la fuga luego de chocar una guagua y cometer un ‘carjacking’, lo que desató una persecución desde la carretera PR-3 hasta la Baldorioty, donde se desató un tiroteo.
El ambiente en cuatro oficinas policiacas de Carolina visitadas por Primera Hora era desolador. El silencio, los rostros afligidos y los ojos llorosos ofrecían un panorama claro de las insuperables pérdidas.
“Era un excelente agente, trabajador, responsable. Era una buena persona, un buen padre. Siempre daba la milla extra. Le faltaba un minuto para salir. Escuchó lo sucedido y cruzó a la Baldorioty. Si fuera otro, no iba”, recordó sobre Marrero Díaz una colega que prefirió no identificarse.
La agente, quien se encontraba ayer en la oficina de la Policía que ubica en el Centro de Servicios Múltiples de Isla Verde, justo al frente del lugar de los trágicos hechos, mencionó que todos sus compañeros se encuentran afligidos y que recibirán ayuda sicológica.
Por su parte, el director del Centro de Servicios Múltiples, Juan Ortiz, describió a Hernández Cartagena, a quien conocía hace 25 años y que laboraban en el mismo lugar hace cinco, como un “relacionista público nato”.
“Puedes ir a cualquier negocio en Isla Verde y todos te van a hablar maravillas de Eliezer. Era la persona que si tenías un problema, se lo decías y te lo resolvía en el momento. Era ese tipo de calidad de ser humano.
“
Podría decirte mil cosas bonitas de él, pero te lo resumo todo: era tremendo ser humano y servidor público”
JUAN ORTIZ DIRECTOR DEL CENTRO DE SERVICIOS MÚLTIPLES SOBRE EL AGENTE ELIEZER HERNÁNDEZ
Al igual que Marrero, el estatal, que también llevaba mucho tiempo en Isla Verde, es bien querido por todos los comerciantes; les resolvía los problemas, aquí le decíamos a ellos dos ‘Los resuélvelo todo’. Así de entregados a su trabajo eran ambos oficiales”, sostuvo.
El día de la masacre, Ortiz no tuvo la oportunidad de hablar con Hernández Cartagena, lo saludó de lejos en la mañana, pues tenía una reunión en la alcaldía.
“Podría decirte mil cosas bonitas de él, pero te lo resumo todo: era tremendo ser humano y servidor público”, destacó.
Quien sí compartió con él minutos antes de su muerte fue Taína Ramos Guzmán, gerente general de Chido’s, uno
Un excelente padre, un excelente hijo. Yo no me quejo de mi hijo. No he tenido una queja en toda su vida de nadie de él, de nadie... era dado al servicio”
MARÍA LUISA DÍAZ
MADRE DEL AGENTE LUIS MARRERO
de los restaurantes que Hernández Cartagena frecuentaba en su hora de almuerzo.
“Él estaba conmigo almorzando cuando tiraron por radio lo que estaba sucediendo. Se puso su chaleco y salió. Estaba en su hora de ‘break’ y salió a su deber. Yo me digo: ‘Mano, si no hubiera respondido’... porque no le tocaba. Eran unos héroes”, indicó.
La gerente se enteró de la muerte de Hernández Cartagena, a quien consideraba parte de su familia, por una llamada que le hizo su hija en llanto.
“Lo hemos sufrido. Todo el mundo lo quería. Lo queríamos mucho, mucho. Nos ayudaba siempre. Lo hemos llorado mucho. Fue un buen amigo. Fue un héroe para nosotros”, apuntó Ramos Guzmán.
En la entrada de Chido’s colocaron una pancarta con fotos de los agentes fallecidos adornadas con lazos negros.
Por otra parte, Sheikalys Rodríguez Muñoz recordó con los ojos aguados a Salamán Conde, a quien describió como una persona “alegre” y que “siempre estaba haciendo chistes”.
“Nos conocíamos desde 2014. Nos graduamos juntos de la universidad. Entramos juntos a la Policía. Estuvimos en el mismo salón y nos graduamos juntos. Más que un amigo, un compañero, era como si fuera mi hermano”, aseguró.
En marzo se iban a cumplir dos años desde el día que juntos entraron a la Policía Municipal de Carolina.
“Era tremenda persona. Excelente
padre, esposo, amigo y todo. El día antes de que pasara la situación yo estaba con él. Estábamos haciendo chistes, como siempre, y estuvimos compartiendo un rato. Eso es lo que me llevo. Hablé con él ese último día y todo fue risas”, revivió.
Tres días de duelo
El gobernador Pedro Pierluisi decretó ayer tres días de duelo en memoria de los agentes asesinados.
“Lamento profundamente el dolor que están sufriendo los familiares de estos tres héroes que fueron asesinados mientras cumplían con su deber de proteger la vida de todos en nuestra Isla. Estos actos violentos y de desprecio a la vida no pueden tener espacio en el Puerto Rico que queremos. He decretado tres días de duelo en memoria y honor de nuestros valientes policías que perdieron su vida. A todos sus familiares, mi solidaridad y mis oraciones para que tengan la fortaleza y el consuelo que necesitan en estos momentos tan duros. Nuestro pueblo entero llora la partida de Luis Marrero, Luis Salamán y Eliezer Hernández”, expresó.
Pierluisi ordenó que las banderas de los edificios públicos permanezcan a media asta durante tres días.
“He dado instrucciones de que se actúe de manera diligente con toda la investigación para que al o los responsables les caiga todo el peso de ley...”, sostuvo.
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