“ANGIE ERA UNA GUERRERA”
Esposo de Angie Noemí confesó a las autoridades haberla matado luego de reportarla como desaparecida
Familiares y amigos lloran la trágica muerte de la enfermera, madre de tres niñas y sobreviviente de cáncer, asesinada por su esposo, Roberto F. Rodríguez Díaz, crimen que confesó y por el que fue ingresado a la cárcel al no poder pagar la fianza de $2.1 millones
Angie Noemí González Santos vivía atemorizada de que su pareja, Roberto Félix Rodríguez Díaz, cumpliera sus amenazas e hiciera daño tanto a ella como a sus tres hijas, a quienes adoraba.
A pesar de las advertencias que le hiciera su familia en más de una ocasión, la joven enfermera de 29 años optaba por regresar una y otra vez a la tortuosa relación. Hasta que sucedió lo peor, cuando el mecánico con quien convivió durante 13 años, la estrangulara en medio de una discusión, pues el hombre la acosaba constantemente por celos.
Sin embargo, Rodríguez Díaz la reportó desaparecida, alegando que no había llegado a su casa en el barrio Palo Hincado, sector Los Muñoz de Barranquitas, luego de salir de su trabajo en un centro de envejecientes de Bayamón.
Su tío materno, Alex Santos, contó a Primera Hora que “yo dudé de él desde el primer día”.
“Eso a cada rato (problemas con la pareja)… volvía y arreglaban, volvían, pero en cuestión de separarse, ella sí quería separarse de él hacía mucho tiempo. Lo que pasa es que había amenazas envueltas, estaban las nenas envueltas y, entonces, ella tenía mucho miedo de que le pasara algún daño a las nenas. Incluso, yo mismo le había dicho ‘pues, mira, si eso te preocupa le pones una denuncia, le haces una orden de alejamiento’”, reveló.
“Pero es como ella me decía: ‘pero tío, si yo hago eso lo hago peor, porque un papel no lo va a alejar de mí y entonces va a cogerla conmigo, con las nenas o de hacerle daño, no sé… y tengo miedo a eso”, y por eso nosotros tratamos de decirle que ‘nunca estés sola, trata todo el tiempo de tener gente alrededor tuyo porque uno nunca sabe lo que puede pasar’, y pasó”, lamentó.
Contó que nunca aprobó la relación de su sobrina con un hombre que “se la llevó de la casa cuando ella tenía 16 años… él tendría unos veintitantos”.
Encaminada a acabar
Pero González Santos estaba ya en el camino de superar la relación, según evidenciaban mensajes que escribió en su cuenta de Facebook, en los que evidenciaba la transformación física y emocional por la que pasaba: “Poner límites y alejarte de quien te hace daño es crecer”.
“Voy a mejorar por mí, por todo el amor que me debo; por todo aquello que merezco” fue el último mensaje que publicó en sus redes sociales, en el que se recogía sus anhelos de tener una vida en paz, fuera de peligro. Anhelos que fueron destruidos en un instante por su esposo, quien confesó su crimen y urdió un drama entorno a su falsa desaparición.
Luego de días manteniendo su papel de marido preocupado, el mecánico Roberto Félix Rodríguez Díaz, de 35 años y apodado Roco, declaró que presuntamente asfixió a la que fue su pareja.
Este fue llevado ayer ante la jueza Irmarie Cintrón, del Tribunal de Aibonito, quien tras evaluar la prueba determinó causa para arresto por los delitos de asesinato en primer grado y tres cargos por destrucción de evidencia. Le fijó una fianza de $2.1 millones, la cual no prestó, por lo que fue encarcelado.
Rodríguez Díaz fue citado este lunes a la División de Homicidios de Aibonito, donde se le hicieron las advertencias en ley cuando se le notificó que era el sospechoso de la desaparición de González Santos.
Tras ser confrontado con la evidencia en poder de los investigadores, este irrumpió en llanto y confesó el crimen, llevándolos hasta un paraje de la carretera PR-555, en el barrio Coamo Abajo, donde lanzó el cuerpo por un risco de unos 30 pies de profundidad.
“Lo llamamos para entrevistarlo y mostrarle parte de la evidencia que nosotros teníamos, y en ese proceso él confesó lo que hizo. Nos llevó donde tiró el cuerpo; es un área de campo adentro y el área donde tiró el cadáver es a orillas de la carretera, a un poco más de 30 pies”, explicó el teniente Héctor Maldonado, director de la División de Homicidios de Aibonito.
La madre de la mujer, Elba Iris Santos, reaccionó en su cuenta de Facebook con la frase contundente “Me la mató”, tras confirmarse sus sospechas, lo que generó miles de mensajes de condolencias de conocidos y desconocidos.
El jueves pasado, a las 9:00 p.m., como de costumbre, González Santos, salió de su residencia en el sector Muñoz del barrio Palo Hincado, en Barranquitas, para ir a trabajar como enfermera en un centro de cuidado para ancianos en Bayamón en su turno de 11:00 p.m. a 7:00 a.m.
A eso de las 9:00 a.m. del viernes, González Santos llegó hasta la barriada La Vega en Barranquitas manejando su vehículo Toyota Yaris, color gris, donde recogió a Rodríguez Díaz, de quien estaba separada, aunque compartían el mismo techo mientras él conseguía un lugar para mudarse.
En el trayecto surgió una discusión durante la cual el hombre comenzó a recriminarle y alegó que le dio muerte.
El viernes por la noche, Rodríguez Díaz, la reportó desaparecida bajo la alegación de que ella lo había llamado eso de las 9:00 a.m. para indicarle que iba de camino hacia su hogar y que nunca llegó a su residencia. Según avanzaban las horas comenzó a cambiar la versión de lo sucedido.
El Cuerpo de Investigación Criminal (CIC) de Aibonito inició la pesquisa de la querella en la mañana del sábado, recopilando los vídeos de seguridad de comercios y residencias en la ruta que recorrió la enfermera para seguir su trayectoria en busca de evidencia. Ese día se recibió una confidencia en la que se indicaba que mediante el servicio de Icloud se había detectado el teléfono celular de la mujer por el área de Jayuya. Sin embargo, no se encontró rastro de ella ni de su unidad, que estaba apagada. Desde ese punto, la versión ofrecida por el hombre comenzó a desvanecerse.
En medio de su desaparición, el imputado, que hasta participó de varias búsquedas, declaró en su cuenta que la amaba e intentó normalizar el uso de la palabra tóxica como si no constituyera una expresión de maltrato, lo que levantó la indignación e ira de decenas de personas.
“Buenos días tóxica de casa, como siempre te decía todas las mañanas al guiar, como tú me decías a mí tóxico… hoy ya son cuatro días que no sabemos de ti esto es un dolor bien grande… aunque tú y yo ya no estábamos juntos tú sabes que yo te amo y te amaré por siempre aunque digan lo que digan de mi te extraño lo único que pido a Dios es encontrarte y darte un fuerte abrazo de corazón”, dijo mientras pedía la colaboración de la ciudadanía para encontrarla.
Las hijas de la pareja -de 6, 10 y 13 años- quedaron bajo la custodia de sus abuelos.
“Es horroroso que esto siga ocurriendo... y todos tenemos que estar unidos para combatirlo. Estamos en una emergencia de violencia contra la mujer”
PEDRO PIERLUISI / GOBERNADOR DE PUERTO RICO