“NO HAY TIEMPO QUE PERDER”
En su primer día como presidente de EE.UU., Joe Biden se aprestaba a tomar una serie de acciones ejecutivas sobre la pandemia, el clima y la inmigración
El recién investido presidente de EE.UU., Joe Biden, usó su primer mensaje en Twitter para adelantar algunas de las acciones que tomaría ayer mismo.
Biden emitió su mensaje desde su usuario oficial como presidente, @POTUS, las siglas de Presidente de Estados Unidos, en inglés. “No hay tiempo que perder a la hora de resolver las crisis que enfrentamos. Esa es la razón por la que hoy me dirijo al Despacho Oval para ponerme manos a la obra y ofrecer acciones valientes y alivio inmediato para las familias estadounidenses”, dijo Biden.
Biden colocó una foto suya sonriente como imagen de perfil y, en la parte dedicada a su biografía, escribió: “46º presidente de Estados Unidos, marido de @FLOTUS (siglas de Primera Dama de Estados Unidos, en inglés), orgulloso padre y abuelito”.
La vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, fue más sucinta que Biden en su primer mensaje en esta red social y solo dijo: “Preparada para servir”. El usuario de Harris es @VP, siglas con las que se conoce el cargo de vicepresidenta.
Un día intenso
Joe Biden fue juramentado como el 46to presidente de EE.UU., tomando el timón de un país profundamente dividido y heredando una confluencia de crisis mayor que la enfrentada por ninguno de sus sucesores. En su discurso inaugural, afirmó que es deber de todo ciudadano estadounidense, pero especialmente de sus líderes democráticamente elegidos, “defender la verdad y derrotar la mentira”.
“La democracia venció”, agregó. La ceremonia se realizó en una época de gran turbulencia e incertidumbre nacional, en un palacio legislativo que apenas días antes fue asaltado por una turba de extremistas políticos. En un día frío de nevadas ligeras, acudieron a la ceremonia expresidentes tanto demócratas como republicanos en honor a la tradición de una transición pacífica del poder, aun cuando la capital estaba siendo patrullada por miles de policías y soldados, y sus negocios clausurados debido a la pandemia del coronavirus.
“La voz del pueblo se ha hecho escuchar y la voz del pueblo se ha hecho respetar. Hemos vuelto a aprender que la democracia es algo invaluable, que la democracia es frágil. A esta hora, amigos míos, la democracia venció. Este es el día de Estados Unidos. Este es el día de la democracia. Es un día de historia y de esperanza, de renovación y dedicación”, añadió.
Seguidamente mencionó los desafíos que le esperan, entre ellos la pandemia que ya ha causado más de 400,000 muertes en EE.UU. Enfrente tenía el desolador panorama de una ciudad con sus negocios cerrados, reflejo de los estragos económicos que la enfermedad ha dejado.
A pesar del acontecimiento histórico, el presidente saliente no ofreció ni el más mínimo saludo. Desdeñando la tradición, Donald Trump se fue de Washington por la mañana, negándose a acompañar a su sucesor al Capitolio como ha sido la vieja costumbre. Si bien tres presidentes anteriores (Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama) acudieron a la cita, Trump -a punto de ser sometido a un segundo juicio político por instigar el asalto al Capitolio- prefirió disfrutar por última vez del avión presidencial y viajó a Palm Beach, Florida, donde está su club privado Mar-a-lago y pasará sus primeros días fuera de la presidencia.
En su primer día como presidente,
“Las crisis presentan oportunidades únicas de cambio. Cuanto más intensa es la crisis, más probable es que el país apoye a alguien que intenta arreglarlo; el concepto de unión en la guerra...” LINDSAY CHERVINSKY HISTORIADORA
Biden se aprestaba a tomar una serie de acciones ejecutivas -sobre la pandemia, el clima, la inmigración y másque buscan deshacer el corazón de la agenda de Trump.
“Biden encara una serie de crisis urgentes jamás vistas en la historia de este país y todas tienen que ser resueltas inmediatamente. Es muy difícil encontrar un momento comparable en la historia”, opinó Michael Beschloss, historiador de la presidencia estadounidense. “Creo que la democracia en este país estuvo muy cerca de desaparecer. Los ciudadanos que observaron esta ceremonia están sumamente conscientes de lo frágil que es nuestra democracia, de cuánto hay que esforzarse para protegerla”, añadió.
Biden asciende al cargo con gran empatía y dedicación, nacidos de tragedias personales y de sus más de cuatro décadas de experiencia como político en Washington. A sus 78 años es, además, la persona de mayor edad que jamás ha asumido la presidencia estadounidense.
Pionera Kamala Harris
Otro hecho inédito es el ascenso de su vicepresidenta, Kamala Harris, la primera persona de raza negra y la primera de ascendencia surasiática en ocupar ese cargo. La exsenadora por California es además la mujer que hasta ahora ha llegado al más alto cargo en el Poder Ejecutivo del país. Su marido, Douglas Emhoff, entró también en los libros de historia al iniciar su andadura como primer “segundo caballero” del país en los 232 años de democracia estadounidense.
Harris prestó juramento de su cargo con la ayuda de la jueza Sonia Sotomayor, la primera magistrada latina del Tribunal Supremo federal. La vicepresidenta juró con la mano encima de dos Biblias: una de ellas perteneció a una amiga de su familia, Regina Shelton, y la segunda fue propiedad del fallecido juez Thurgood Marshall, que fue el primer afroamericano que formó parte del Tribunal Supremo y es uno de los grandes referentes de Harris.
Todo fue diferente
La ceremonia contó con el mayor despliegue de seguridad de cualquier investidura presidencial en la historia del país, bajo la atenta mirada de hasta 25,000 militares de la Guardia Nacional, cinco veces más que los que hay en Irak y Afganistán.
Además, la jornada contrastó con otras investiduras por la ausencia de público en el National Mall, la enorme explanada que se extiende desde el Capitolio hasta el monumento a Lincoln.
Solo un millar de personas, frente a las 200,000 habituales, asistieron como invitados a la ceremonia, reducida al mínimo debido a la pandemia y las amenazas de seguridad tras el asalto al Capitolio.
La mayoría de los invitados a la ceremonia eran legisladores estadounidenses. El ya exvicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, asistió también a la ceremonia junto a su esposa, Karen, para despegar luego rumbo a Indiana.
“Biden encara una serie de crisis urgentes jamás vistas en la historia de este país y todas tienen que ser resueltas inmediatamente. Es difícil encontrar un momento comparable en la historia” MICHAEL BESCHLOSS HISTORIADOR