EN ALERTA los pacientes con enfermedades cardiovasculares ante el COVID-19
Las enfermedades del corazón plantean un escenario clínico delicado para quienes las padecen y contraen el virus
Con un riesgo dos veces mayor de enfermarse severamente al contraer COVID-19, las personas que tienen condiciones cardiovasculares deben mantener medidas de protección aún más rigurosas, para evitar contagiarse, advirtió la vicepresidenta de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología, doctora María Ramos Cortés.
La tendencia “demuestra que las enfermedades cardiovasculares son un predictor de pobre pronóstico en pacientes infectados por el COVID-19”, indicó la cardióloga.
Ramos Cortés agregó que las autopsias a muchos pacientes que murieron por la enfermedad de COVID-19 han revelado que un 60 % presentaba problemas cardíacos o del sistema circulatorio.
Del mismo modo, recalcó que a cerca de un cuarto de las hospitalizaciones por coronavirus se les diagnostican complicaciones cardíacas.
“El 40 % de las muertes por COVID-19 pueden ser atribuidas a complicaciones cardíacas. La incidencia es bien alta”, añadió, y es que, para que el sistema inmunológico pueda responder adecuadamente a cualquier infección, el corazón debe mantenerse saludable.
Es así que los pacientes con alta presión arterial, cardiopatía coronaria, diabetes, obesidad u otras enfermedades cardiovasculares corren el mayor riesgo de sufrir complicaciones al contraer el coronavirus, que ha generado una pandemia desde inicios de 2020 y que aún no ha hallado tregua.
En el pasado año, los cardiólogos han aprendido mucho sobre las secuelas de la enfermedad en pacientes con condiciones cardiovasculares. Aunque tener algún tipo de padecimiento del corazón no hace más propensas a las personas a contraer el virus, sí plantea un escenario clínico delicado.
El coronavirus es una familia de virus que causan enfermedades que pueden ir desde un catarro común hasta complicaciones más severas que pueden llegar a afectar el corazón. El COVID-19 no solo lastima el sistema respiratorio, sino que puede debilitar todas las células del cuerpo.
Según la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés), aproximadamente una de cada tres personas con COVID-19 tiene una enfermedad cardiovascular en Estados Unidos, ubicando esta condición de salud subyacente como la más común.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define las enfermedades cardiovasculares como un conjunto de trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, entre ellas: hipertensión arterial (presión alta), cardiopatía coronaria (infarto del miocardio), enfermedad cerebrovascular (apoplejía), enfermedad vascular periférica, insuficiencia cardíaca, cardiopatía reumática y cardiopatía congénita.
“La preexistencia de condiciones cardíacas, junto con la diabetes, aumentaron el riesgo de manifestaciones cardíacas severas en pacientes infectados. No necesariamente porque fuera directo el daño al corazón, sino por el daño al sistema inmunológico”, observó la cardióloga Ramos Cortés, del Hospital Auxilio Mutuo, en Hato Rey. Agregó que a este hecho se le conoce como tormenta de citoquinas en el sistema inmunológico, la cual provoca el colapso del sistema circulatorio del paciente.
Según el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, en inglés), la tormenta de citoquinas es una reacción inmunitaria grave por la que el cuerpo libera muy rápido demasiadas citoquinas en la sangre. Estas proteínas tienen la función de ayudar en las respuestas inmunitarias normales del organismo.
Sin embargo, las citoquinas son perjudiciales cuando el cuerpo produce demasiadas al mismo tiempo, señala el NCI. La tormenta de citoquinas puede ser provocada por una infección, una afección autoinmunitaria u otras enfermedades.
“(La tormenta de citoquinas) hacía que el paciente se fuera en shock cardiogénico y desarrollara fallo de bomba cardíaca. El corazón no expulsa la sangre como se supone y estos pacientes fallecen a consecuencia de esto”, describió la galena.
El COVID-19 también puede ser un riesgo para los pacientes con acumulación de grasa en las arterias. La AHA establece que el coronavirus puede generar un estrés terrible en los pacientes con condición cardiovascular, el cual, a su vez, puede provocar un aumento en la presión arterial.
La obesidad es otro factor predictor de complicaciones por el coronavirus.
“Estar obeso se traduce como un estado inflamatorio y hay una respuesta inmunológica que quizás no es adecuada”, sostuvo Ramos Cortés.
EFECTOS EN LOS SOBREVIVIENTES DEL COVID-19
La vicepresidenta de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología compartió que varios estudios han mostrado que muchos pacientes que han superado la fase aguda del coronavirus han experimentado inflamación del músculo del corazón, desarrollando lo que se conoce como miocarditis.
“Un gran número de estudios sugieren que los sobrevivientes de COVID-19 van a experimentar un cierto grado de daño en el corazón, incluso, si no tenían enfermedades cardiovasculares previas o si no han experimentado hospitalizaciones”, expresó la cardióloga.
Ramos Cortés enfatizó que habrá pacientes que recuperarán espontáneamente la habilidad del músculo y que vuelvan a trabajar con normalidad.
“Y otros van a necesitar ciertos medicamentos que los ayuden a fortalecer ese músculo”, aseveró.
Otras secuelas en los pacientes que hayan sido infectados por el virus pueden ser infartos cardíacos, derrames cerebrales, hipertensión, diabetes, deterioro en la función renal y otras.
La doctora reiteró la importancia de la evaluación en la fase aguda, pero también luego de la recuperación.
“Es importante que los pacientes que estén recuperados de la etapa aguda de la enfermedad adopten un estilo de vida saludable”, recomendó.
¡PENDIENTES A LAS ALARMAS DEL CUERPO!
Como muchos profesionales de la salud han sostenido durante esta emergencia, los pacientes deben permanecer alertas a cualquier condición que los vuelva más susceptibles a sufrir complicaciones cardiovasculares.
“Es importante que los pacientes mantengan controlada su presión arterial; que tengan control de su diabetes y que estén bien conscientes de las alarmas que puede dar el cuerpo”, advirtió la doctora Ramos Cortés.