Colesterol
El colesterol elevado es el responsable del 60 % de las enfermedades del corazón, menciona un informe de la Sociedad Española de Cardiología. ¿Sorprendido? Así lo explican.
El colesterol HDL, o colesterol “bueno”, se compone de unas partículas que son lipoproteínas de alta densidad y que protegen del desarrollo de enfermedades cardiovasculares, y el colesterol LDL, o colesterol “malo”, es un lípido que contiene proteínas de baja densidad (low density lipoproteins).
De acuerdo con esta entidad médica, el LDL se considera “malo” porque es el encargado de transportar el colesterol a los tejidos y, cuando sus valores son elevados, penetra en las arterias formando placas de aterosclerosis. Estas pueden llegar a producir obstrucciones al flujo sanguíneo y causar angina de pecho, falta de riesgo en el cerebro o en las piernas u otras secuelas más graves como un infarto agudo de miocardio, un infarto cerebral o una isquemia aguda de una extremidad.
Por el contrario, el colesterol HDL es “bueno” porque extrae el exceso de colesterol de las arterias y del resto de tejidos, y lo transporta al hígado, donde es eliminado a través de la bilis. Debes mantener los niveles de colesterol malo por debajo de los 130 mg/dl.