Primera Hora

“ME ENAMORÉ DE ESTO”

El compromiso de Víctor Bonilla con los atletas de educación especial

- JORGE FIGUEROA LOZA jorge.figueroa@gfrmedia.com

Víctor Bonilla estaba en conteo de 3-2 a la hora de escoger una concentrac­ión para estudiar como atleta becado de la Universida­d de Puerto Rico, recinto de Bayamón.

Miembro del equipo de baloncesto colegial, al riopedrens­e le asignaron a la concentrac­ión de Filosofía, disciplina disponible en aquel momento. Cuando comenzó a sacar malas notas, Bonilla necesitaba un cambio para no afectar su promedio. En la búsqueda estuvo bloqueado hasta que un día, sentado en uno de los edificios de las facultades, un balón que llegó a sus pies cambió su destino para siempre.

“Fue algo caído del cielo. Vino una bola rodando por el piso. Como juego baloncesto la cojo. Venía un niño con síndrome Down detrás de esta. Me puse a jugar con él y detrás vino una maestra. Le pregunto por qué estos nenes están aquí. Cerca había un laboratori­o donde se daba educación física adaptada. La maestra me invitó a a ver y ahí me enamoré de eso. Ese momento me despertó las ganas”, relató Bonilla a Primera Hora, sobre una profesión que practica con total alegría porque ama a los ñiños y jóvenes con los que trabaja.

Bonilla, ahora de 44 años, se ha destacado como educador físico adaptado en atletismo por los pasados 18 años en la Escuela Jardines de Caguas (centro de vida independie­nte), impactando la vida de decenas de niños y jóvenes con distintas discapacid­ades mentales y físicas.

Además, como integrante del programa de Special Olympics Puerto Rico desde 2004, condujo a grupos a competir en cuatros Mundiales celebrados en Idaho (2009), Atenas (2011), Los Ángeles (2015) y Dubai (2019). La competenci­a en Idaho fue de invierno, llevando por primera vez un conjunto de hockey sobre piso de la isla. Además, ha participad­o en tres regionales latinoamer­icanos.

Bonilla además compitió en 2017 como atleta unificado para asistir al equipo de baloncesto a ganar la medalla de plata en los Latinoamer­icanos de Panamá.

A días de celebrarse San Valentín, fecha enfocada en el mercado de los enamorados, Bonilla resalta el amor y pasión que siente por su profesión para echar hacia adelante a menores como necesidade­s especiales.

“Es importante darle cariño no solamente porque es tu trabajo. Si vas con la mente de que tienes que tratarlos de cierta manera porque es tu trabajo, no logras nada con ellos. Muchos de nuestros atletas carecen de personas que vayan a ellos, que los apoyen, que crean en ellos. Muchas veces papá y mamá –no los culpo porque no estoy en su zapatos– no creen en lo que sus hijos e hijas son capaces de hacer”, declaró.

“Le ponen un sello a tu hijo y te lo crees. Uno no solo cambia la vida del atleta, también de sus progenitor­es. Tengo una anécdota de que cuando fui a Idaho. Uno de mis atletas, lo tenía en mi escuela hace tres años. Nunca había visto a su mamá en una práctica. Cuando el nene cae en el viaje, ella no lo cree. Ese joven fue a Idaho y a Costa Rica, y en este último viaje la mamá se montó. Después no se perdía ni una práctica. Cambié la vida del nene y también la vida de ella porque vio de lo que es capaz su hijo” compartió.

Si vas con la mente de que tienes que tratarlos de cierta manera porque es tu trabajo, no logras nada con ellos. Muchos de nuestros atletas carecen de personas que vayan a ellos, que los apoyen, que crean en ellos”

VÍCTOR BONILLA TRAINER DE SPECIAL OLYMPICS

Impacta la vida de estudiante­s y padres

Una de las mayores recompensa­s y logros de Bonilla es Brenda Sánchez, una joven con perlesía que educó en la escuela cagüeña y guió a graduarse de la Universida­d del Turabo en una concentrac­ión de Educación Física general. Actualment­e, es su mano derecha en los quehaceres de Special Olympics, organismo que ha realizado talleres virtuales desde la pandemia.

“Me dijo que estudió por mí y uno se queda ‘wow’. Todavía me busca y me llama para decirme las cosas que tiene. Ahora mismo trabaja en el residencia­l público donde vive como líder recreativa. Ha ido a un montón de competenci­as conmigo”.

Bonilla, que también es entrenador físico personal, se retiró en diciembre pasado como maestro en el sistema público, motivado en buscar nuevos proyectos que ayuden a los niños y jóvenes que le ha dedicado la mayor parte de su vida, y que lo han querido como una figura paternal.

“Tengo otras metas, ya que el Departamen­to de Educación no me iba a ayudar. No me voy a quitar de Special Olympics. No podría hacerlo. Necesito esa inyección de ellos. Mi meta es llegar a un puesto que yo pueda lograr algo duradero para que ellos, unas competenci­as o ayudas que se le puedan dar todos los años. Es bien difícil cuando no eres una persona conectada (para conseguir trabajos). Pero es mi meta para ayudarlos más todavía”.

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Suministra­das Víctor Bonilla aparece en las tres fotos con algunos de sus estudiante­s. En la foto circular la acompaña Brenda Sánchez, una joven con perlesía que es su mano derecha en Special Olympics.. ESTAMPAS QUE LO DICEN TODO
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