ESTALLAN LAS SEÑAS DE ALEGRÍA EN PRIMER COVIVEO PARA SORDOS
Una iniciativa de la iglesia La Senda Antigua y el municipio de Toa Alta logró atender a más de cien familias
No era la fila habitual de vehículos para hacerse la prueba contra el COVID-19. No había música ni voceteo en ninguno de los carros, muchos de los cuales eran máquinas con varias décadas de fabricación, la pintura desgastada y partes rotas o ausentes. Tampoco se escuchó ni una vez un toque de bocina. De hecho, los diálogos no eran muchos y, cuando ocurrían, no involucraban a los ocupantes de los vehículos, sino a los voluntarios que llevaban a cabo la actividad. Y es que este era un evento de los llamados Coviveo muy particular, dirigido específicamente a personas sordas o con dificultades auditivas, por lo que la comunicación con ellos era en lenguaje de señas y a través de carteles.
El estacionamiento de la iglesia La Senda Antigua, en Toa Alta, fue el escenario durante la mañana sabatina de esta iniciativa dirigida a esa población, que con la crisis de la pandemia ha visto agravarse las dificultades que enfrentan a diario para salir adelante.
Una de esas barreras es, precisamente, el uso de mascarillas para evitar el contagio con el COVID-19, que le impide a aquellos sordos que pueden leer labios comunicarse con otras personas. Esa pieza que cubre boca y nariz también impide una comunicación efectiva usando el lenguaje de señas. Para esta actividad los intérpretes usaban protectores faciales y removían temporalmente sus mascarillas para poder conversar con las personas sordas, cuya satisfacción, y casi euforia en algunos casos, era evidente cuando se topaban con alguien que entendía su idioma al momento de hacerse la prueba.
“La prueba del COVID fue importante para sentirnos seguros y que estemos a salvo. Es importante que nos protejamos y sigamos pa’lante cuidándonos”, expresó, a través de un intérprete, Elimelec Rojas, quien acudió a hacerse la prueba junto a María del C. Cruz, quien también tiene impedimento auditivo.
El hombre celebró la presencia de las personas que entienden su idioma, entiéndase el lenguaje de señas, y aseguró que “necesitamos más intérpretes. No tenemos intérpretes y es difícil la comunicación cuando no hay un intérprete. Entonces, pues si hay un error, ahí nos ayudan, cuando nos vamos a registrar, para saber lo que estamos haciendo”.
La escasez de intérpretes es parte de una preocupación mayor de esta comunidad, de que con frecuencia sus necesidades quedan relegadas o incluso sin atenderse.
En ese sentido, la joven madre Wilmarilis Sánchez se expresó preocupada por el hecho de que, con el plan de reapertura de las escuelas, no hubiera mención alguna de cómo atenderían a los niños y niñas con necesidades especiales, como su hija Leia De Jesús, quien sufre pérdida de audición profunda en su lado izquierdo.
“Se presentó el plan para la reapertura de escuelas, pero hasta donde he visto y he leído no habla de un plan para los niños con necesidades especiales. Hay muchos niños con muchas necesidades, con autismo, con diferentes condiciones, y tenemos también los niños que tienen algún problema de audición, que es el caso de Leia”, comentó. “Y para ella regresar al salón de clases, ella necesita verle los labios al maestro, porque su problema
“Hay muchos niños con muchas necesidades, con autismo, con diferentes condiciones, y tenemos también los niños que tienen algún problema de audición, que es el caso de Leia” WILMARILIS SÁNCHEZ MADRE DE UNA NIÑA CON IMPEDIMENTO AUDITIVO
de audición le limita el poder escuchar todos los sonidos como lo escucharía cualquier persona con audición perfecta. ¿Y qué pasa? Eso implicaría que la maestra tendría entonces que removerse su mascarilla y utilizar un ‘face shield’ (protector facial) para que entonces ella pueda tener la educación necesaria”.
Entretanto, continuaba el desfile de vehículos para recibir asistencia. En turno estaba un carro pequeño, en tan pobres condiciones que uno se preguntaba cómo siquiera lograba rodar y transportar a la familia de cuatro que iba en su interior. Stephanie Hernández Russo se acercó a la ventanilla y comenzó a dialogar con la conductora, intercambiando señas. Pasado un par de minutos, se viró hacia un grupo de voluntarios les dio instrucciones para que le entregaran a la familia unas bolsas de alimentos y le suministraran las pruebas, mientras ellos agradecían con gestos y sonrisas.
Hernández, quien es líder del ministerio para sordos de la iglesia La Senda Antigua, y organizó la actividad junto al grupo de voluntarios, comentó que además de la prueba de COVID-19, a las familias de sordos que pasaban por allí “se les está dando alimentos y se le está alimentando el alma. Porque luego que tengan la compra y las pruebas de COVID, se está orando por ellos. Hacemos labor social, pero lo importante es hablar sobre Dios”.
De hecho, Hernández, quien es hija de padres sordos, lamentó que “los servicios de intérpretes están escasos, en la televisión, en las cortes, en los hospitales, en las diferentes áreas, ¿imagínese en la parte espiritual?”, aunque se dijo confiada en que con esta actividad estarían beneficiando a más de 100 familias de sordos.
“En estos días que hemos estado visitando diferentes áreas para que ellos (los sordos) se anoten, ellos están desinformados. Pero hemos sido bendecidos que tenemos parte de líderes de la comunidad sorda, como es Lourdes González, su esposo Nelson Colón, que han venido y se han dado a la tarea de difundir esta actividad”, agregó.
Por su parte, el doctor Giovanni Ortiz celebró la colaboración entre “el ministerio de intérpretes con nosotros, con el programa SAMYR (Servicio de Ayuda, Monitoreo y Rastreo de COVID-19), que es el sistema de rastreo del municipio Toa Alta”.
“Sin un intérprete, es bien difícil llegar a esta comunidad, obviamente por el impedimento que tienen. Ellos no escuchan, y sin un intérprete, ¿cómo le podemos dar la información actualizada?...”, afirmó el doctor Ortiz, quien dirige el SAMYR.
Sin embargo, a casi un año de que se dispararan las alarmas por la pandemia en la Isla, esta es apenas la primera actividad de esta naturaleza, con un servicio específico dirigido a sordos.
Cerca del mediodía los últimos vehículos pasaron frente a la iglesia y se intercambiaron las últimas señas y gestos de agradecimiento. Tal como esperaban los voluntarios, más de cien familias de personas sordas o con impedimentos auditivos pasaron por allí, se hicieron pruebas, y recibieron, en un lenguaje que entienden, una muy necesaria orientación sobre el peligroso virus.
“Sin un intérprete, es bien difícil llegar a esta comunidad, obviamente por el impedimento que tienen. Ellos no escuchan, y sin un intérprete, ¿cómo le podemos dar la información actualizada?” GIOVANNI ORTIZ DOCTOR