ANDREA AGARRÓ SU MOCHILA Y SE FUE A EXPLORAR EL MUNDO
LA FASCINANTE HISTORIA DE UNA AVENTURERA BORICUA
“Nunca me había puesto un reto tan grande”.
Viajar y conocer nuevos destinos era un interés que estaba en la mente de la puertorriqueña Andrea Claudio Palacios, pero no figuraba como una prioridad inmediata y menos desde la perspectiva de hacerlo sola, como mochilera.
Atreverse la ha llevado a vivir al otro lado del mundo, y conocer lugares como Vietnam, Tailandia, Egipto y Cambodia, por mencionar algunos.
“Esto me ha cambiado la vida”, reflexionó en entrevista telefónica desde Bali, Indonesia. “Me gustaría compartir con las mujeres que están buscando esta motivación, que vean su humanidad como su fortaleza. Una de las mayores excusas que escucho, y yo misma tenía, era que somos humanos y nos dan miedos, ‘pues no me atrevo’”, analizó pensativa. “Pero cuando uno empieza a ver la fortaleza de que somos humanos, que tenemos una intuición que te conecta, y estás conectado con el universo, empiezas a confiar en ti misma y en este mundo en que estamos”.
La idea comenzó a enamorarla para mediados de 2019, cuando todavía cursaba su bachillerato en ingeniería mecánica en Worcester Polytechnic Institute (WPI).
“En ese verano fue que empecé a visualizar. Me entró el deseo porque estuve en un trabajo en California y el asunto de las paradas, de hacer tantos layovers (escalas), que a la gente no le gusta… A mí me fascina pasar tiempo en el aeropuerto, ver y conocer gente”, recordó Andrea, quien había viajado antes, pero para propósitos vacacionales o conferencias estudiantiles.
“Ese verano, esos viajes entre Puerto Rico, California y la universidad, me hizo sentir libre, y decidí ‘qué tal si me gradúo temprano, hago esto full time, porque necesito la libertad’”.
Y lo hizo. Adelantó clases de manera que, no solo pudiera terminar su bachillerato, sino también su maestría en ingeniería de materiales.
“Me gradué en diciembre y pasé un mes en Puerto Rico con mi familia. En enero tomo un tour por Tailandia, Cambodia y Vietnam, pero antes de esto me había leído libros, artículos de mujeres que viajan y los consejos de las experiencias que dan como preparación”, dijo sobre la travesía a la que se lanzó a sus 21 años, a principios de 2020. “Tuve miedo en general pero más en el sentido de seguridad, de que me secuestren o entre a una calle peligrosa. Pero buscar información ayuda”.
Lo que originó con una excursión para luego continuar por cuenta propia por varios meses, se convirtió en una aventura que ya cumplió el año. Su compañero se integró pocas semanas después de comenzar su viaje.
Además de conquistarla el ambiente que iba mostrándose
a su paso, la convencieron otros aspectos para permanecer con el intercambio cultural.
“Pensé ‘soy joven y saludable’, y entiendo que uno siempre tiende a esperar para más tarde, pero me conozco y sé que si esperaba los primeros años para generar capital, ya mis papás iban a estar más viejitos. Yo iba a tener casa, carro, quizás hijos, y con esas responsabilidades quizás se me iba a hacer bien difícil”, confesó. “Entendí que era el tiempo perfecto”.
Dentro de su dinámica explorando destinos, Andrea ha incorporado la tarea de laborar como instructora de yoga.
“Al principio me fui con ahorros”, dijo. “Tengo los cursos de yoga en línea y tengo mi ecommerce store (cablecard) con artículos de tecnología de viaje”.
Además de continuar nutriendo su álbum de vivencias, la experiencia viajera la hace reflexionar sobre la importancia de no permitir que los temores o la incertidumbre tomen forma por encima del anhelo por lograr metas.
“Para mí lo que hago representa libertad personal, y me refiero con esto que a veces dejamos que los miedos y estereotipos creen una cajita alrededor de nosotros y a veces vivimos en esta cajita, y hay mujeres que les gustaría hacerlo, pero se sienten atadas a esta cajita con los miedos”, analizó. “Los miedos hay que hacerlos a un lado”.