Gran jurado acusa a Félix Verdejo y a su alegado cómplice por el asesinato de Keishla Marlen Rodríguez Ortiz
Decenas de ciudadanos dan el último adiós a la joven embarazada asesinada, de 27 años, en un cruel incidente de violencia machista que consternó al país
“Que ella sea la última”.
En medio del dolor desgarrador que atraviesan ante la inesperada partida de su hija Keishla Rodríguez Ortiz, el clamor de los padres de la joven de 27 años es claro: que ninguna otra mujer sea víctima de la violencia machista.
“Que ella sea la última y que se recuerde a mi hija por eso, que ella aportó para nos enderezcamos como país o como sociedad”, señaló el progenitor, José A. Rodrígfuez.
El cese de agresiones contra las mujeres es un reclamo que ha ocupado las calles de país por los pasados años ante el alza en los casos de violencia de género. El asesinato de Keishla, cuyo cuerpo fue recuperado el sábado en la Laguna San José, en Río Piedras, así como el de Andrea Ríos Costas, ha generado indignación en los pasados días.
“Nosotros queremos que ninguna mujer sea ni ofendida. El abuso a las mujeres tiene que parar... somos un pueblo, somos pequeños, por favor esto no puede volver a suceder” , sostuvo Keila Ortiz Rivera, madre de Keishla.
Los progenitores de Keishla compartieron ayer unos breves momentos con los medios de comunicación del país en la Funeraria Ehret de Río Piedras, donde hasta hoy serán expuestos los restos de su hija. Llegaron a las instalaciones cerca de las 12:30 del mediodía.
La familia llevó a la funeraria los dos perros de Keishla, quien trabajaba en un negocio de grooming de mascotas. “Se siente la alegría de mi hija, de verdad que sí”, dijo Rodríguez.
Hasta allí llegaron, además, decenas de personas que se han solidarizado con su dolor. Algunos arribaron con globos y flores y otros vistieron de violeta, color de la lucha en contra de la violencia de género.
La familia pidió no ser abordada sobre los detalles del caso contra Félix Verdejo Sánchez, quien ha sido acusado
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Me movió, definitivamente... el hecho de que como fue ella, pude haber sido yo, pudo haber sido mi amiga, pudo haber sido cualquier fémina. No estamos exentas a que sucedan estas cosas”
TIARE SANTIAGO VECINA DE TOA ALTA
por las autoridades federales, relacionado con los hechos, por robo a mano armada de un vehículo (carjacking) que resultó en la muerte de una persona, secuestro que resultó en la muerte de una persona, un cargo por el asesinato de un niño que no había nacido y un cargo por uso y portación de un arma de fuego durante la comisión de un delito violento.
Los padres reafirmaron, además, el reclamo de justicia para su hija y las otras víctimas fatales de violencia de género y aconsejaron a otros padres a mantener una relación de confianza con sus hijos.
“Esa relación que yo tengo con mis hijos, con Keishla, nos ayudó (en la investigación)”, afirmó Ortiz. “Si no hubiese habido esa comunicación estuviésemos en otro sitio”, agregó el padre de la joven.
El monseñor Roberto González Nieves ofreció el pésame a la familia.
“Sentimos su dolor, lloramos su partida, sobre todo su muerte tan cruel. La violencia contra la mujer es una lacra social que hay que eliminar no solo de nuestra sociedad sino de la humanidad”, expresó.
Abrazo solidario
Entre las personas que llegaron a la funeraria estuvo Nitza Ríos, madre de Arellys Mercado, quien fuera asesinada en agosto del 2019 y por cuya muerte enfrenta juicio Jensen Medina.
A los padres de Keishla les aconsejó a aferrarse a Dios que es el único que le dará las fuerzas. Sostuvo que se trata de un
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Se siente la alegría de mi hija, de verdad que sí” JOSÉ A. RODRÍGUEZ PADRE DE KEISHLA
proceso fuerte, que habrá días en los que solo tendrá deseos de llorar, unos en los que pedirá estar sola y otros en los que se sentirá fortalecida y mirará fotografías.
“Cuando te le quitan la vida cruelmente a un hijo es muy difícil, es un momento muy duro y máximo si es un hijo de bonitas cualidades, trabajadores, como lo era mi hija, como era su hija”, dijo Ríos.
Hasta el lugar llegó también Tiare Santiago, de 25 años, y vecina de Toa Alta, quien calificó de repudiable que las mujeres sigan siendo asesinadas por su género. “Como fue ella, pude haber sido yo, pudo haber sido mi amiga, pudo haber sido cualquier fémina. No estamos exentas a que sucedan estas cosas”, afirmó.
Por su parte, Vivian Rodríguez, de Vega Baja, pidió un cese de violencia. “Nos están matando económicamente, ya tú sabes que la Junta (de Supervisión Fiscal) es la que controla todo; nos están matando en salud... estoy aquí porque es que no puedo seguir leyendo noticias así”, afirmó.