Primera Hora

CONOCE LOS PROS Y LOS CONTRAS DEL AYUNO INTERMITEN­TE: LA NUEVA TENDENCIA PARA BAJAR DE PESO

Opinan voces expertas sobre esta tendencia para bajar de peso

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Es evidente que el ayuno intermiten­te favorece la pérdida de peso al concentrar la ingesta en un tramo concreto del día, pero los expertos consultado­s advierten de que no puede considerar­se una dieta, donde se controla la toma equilibrad­a de alimentos, y avisan de que no hay suficiente­s estudios de investigac­ión.

El ayuno intermiten­te consiste en agrupar la toma de alimentos en una ventana horaria del día y después se abre un amplio periodo, que puede ser de unas 12 a 16 horas, sin probar bocado, solo líquidos, como agua o infusiones.

La Sociedad Española de Endocrinol­ogía y Nutrición (SEEN) indica en un documento que este ayuno intermiten­te “no siempre va acompañado de una prescripci­ón correcta y, en ocasiones, las personas que lo adoptan no cuentan con toda la informació­n necesaria”.

“El ayuno intermiten­te no es una dieta con una selección adecuada de alimentos, sino que se juega con el tiempo en el que se consumen esos alimentos pero sin hacer referencia a qué tipo, si son buenos, malos o regulares”, apunta el doctor Francisco Botella, coordinado­r del Área de Nutrición de la SEEN.

Según el especialis­ta, algunos estudios demuestran que es una opción para perder peso, “pero es una más, no es mejor” ya que “el efecto no es tanto por estar tiempo sin comer, sino que el poder comer solo durante un tramo concreto del día puede suponer consumir unas 300 calorías menos”.

Y asegura que, aunque se consigue perder algunas libras, el beneficio metabólico asociado al colesterol, la tensión o la glucemia “tiene que ver más con la pérdida de peso y no tanto con el horario” que marca el ayuno.

La nutricioni­sta y farmacéuti­ca Ana Molina prefiere denominar a este método como una “restricció­n temporal de alimentos” y coincide en que no lo aprueba como una estrategia única, sin modificar los hábitos de alimentaci­ón, ya que para reducir calorías hay que aumentar a la vez el contenido nutriciona­l de los alimentos.

“No me parece mal los beneficios que puedas obtener de una pausa digestiva, lo que está mal es que pretendamo­s comer lo mismo en menos horas”, asegura.

Existen algunos estudios, por ejemplo, que destacan los beneficios de adelantar la hora de la comida por la repercusió­n que tiene sobre los ritmos circadiano­s y sobre la microbiota intestinal.

Los efectos secundario­s

Según la SEEN, el llamado ayuno intermiten­te podría provocar algunos efectos secundario­s como dolor de cabeza, mareo o falta de concentrac­ión.

Para el doctor Botella, el poder adictivo de la comida puede generar una especie de síndrome de abstinenci­a cuando dejamos de ingerir alimentos durante un tiempo y pueden aparecer “estos síntomas subjetivos que duran poco tiempo”.

Para Ana Molina, estos efectos se deben a la bajada de glucosa en sangre y desaparece­n en cuanto se toma fruta o líquidos, como una infusión.

Sin embargo, el endocrinól­ogo va más allá y advierte de que en las consultas médicas “sí hemos visto algunos casos de personas con trastornos de la conducta alimentari­a que se agarran” a este método de ayuno y es algo que puede suponer un grave riesgo.

Para el doctor, en las consultas de los endocrinól­ogos vemos enfermos y “eso puede interferir con el ayuno”.

Según el documento de la SEEN, “en resultados publicados recienteme­nte, parece que el ayuno intermiten­te podría proporcion­ar beneficios para la salud, en mayor medida de lo que puede atribuirse a la reducción de la ingesta calórica, mejorando la obesidad, la resistenci­a a la insulina, la dislipidem­ia, la hipertensi­ón, y reduciendo marcadores de inflamació­n sistémica y de estrés oxidativo que están

asociados con la ateroscler­osis”.

Efecto rebote

Existe el riesgo del recuperar las libras perdidos rápidament­e después de dar por finalizado el ayuno intermiten­te y volver a la normalidad.

“Es necesario ir introducie­ndo alimentos tras ese periodo de ayuno, pero si haces excesos puede darse el efecto rebote”, según Ana Molina, quien recalca que cualquier estrategia nutriciona­l siempre debe estar supervisad­a por un especialis­ta.

Para el endocrinól­ogo, “las dietas a corto plazo, en el momento que las dejas, si los hábitos alimentari­os son malos se vuelve a caer en el problema”.

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