Primera Hora

CARLOS BELTRÁN SE ESTÁ GOZANDO EL RETIRO

El exjugador que está de vuelta de manera permanente a la Isla, nos cuenta sobre cómo se disfruta la etapa que está viviendo fuera del béisbol de las Grandes Ligas

- FERNANDO RIBAS REYES fernando.ribas@gfrmedia.com

FLORIDA. Carlos Beltrán estaba vestido de chef, cocinando una paella valenciana y con una copa de vino cerca. Mientras, sus hijos le pasaban entre los pies o lo abrazaban por la cintura. Su esposa Jessica lo asistía.

Eso describe cómo le va a Beltrán en el retiro, una escena muy distante de la que vivía como pelotero, cuando pasaba ocho meses del año fuera de la casa, lejos de los hijos.

Y parece ser algo que Beltrán está disfrutand­o al máximo, ahora de vuelta como residente permanente en su natal Manatí, Puerto Rico, y metido de lleno en la administra­ción de su academia de béisbol así como en los temas del día a día de sus tres hijos.

“Estoy contento”, dijo. “Nos mudamos a Puerto Rico. Llevamos un mes en Puerto Rico a tiempo completo”, continuó.

“Estoy más involucrad­o en la Academia ahora que estoy retirado a tiempo completo, así como con mis hijos. Me levanto todos los día a las seis de la mañana y los llevo a la escuela y los buscó, disfrutánd­ome el tiempo libre”, agregó.

Beltrán terminó su carrera en el 2017 con una temporada especial en la que ganó su primer y único campeonato en las Mayores, este con los Astros de Houston. Dos años después iba a comenzar una nueva faceta en el béisbol como dirigente con los Mets de Nueva York, pero explotó el escándalo del robo de señales de los Astros y al ser mencionado como uno de los participan­tes del mismo decidió renunciar para poner final al asunto. El que fuera el único pelotero mencionado, esto porque se había retirado e iba a comenzar una carrera como dirigente, fue un acto cuestionab­le del Comisionad­o de las Grandes Ligas ya que en su informe no mencionó a nadie más.

En la pérdida, sin embargo, Beltrán obtuvo ganancias al quedarse junto a los que hoy lo abrazan todos los días y se gozan de que los lleven y los busquen a la escuela. Además desde el pasado 9 de agosto, cuando su academia de béisbol –la Carlos Beltrán Baseball Academy and High School en el municipio de Florida) reabrió para dar clases presencial­mente se incorporó al trabajo administra­tivo de la institució­n que este año cumplió su décimo aniversari­o. Allí además está más presente y disponible para que lo vea sus estudiante­s, quienes lo han mirado como un modelo a seguir en el béisbol.

“Estoy ahora mismo desde afuerita. En algún momento quiero pasar mis días en la jaula de bateo, pasar el tiempo con los jardineros y traer peloteros que traigan su experienci­a a los jóvenes, esa perspectiv­a del pelotero que ha tenido éxito, pero también del que alguna manera u otra no le fue tan bien por las decisiones que tomó, por lesiones o cosas que suceden. Trato de darle esa dos caras porque es la realidad de lo que vivimos”, dijo.

En su casa, Beltrán hasta transformó la jaula de bateo que tenía para practicar durante su tiempo entre temporadas en la Isla. Contó que la convirtió en una cancha de baloncesto para él, y de voleibol para sus niñas, las que juegan el deporte en que su padre se destacó antes de dedicarse a la pelota.

“La convertí (la jaula) es una cancha doble de baloncesto y en el medio pusimos una mallita para que las nenas practiquen allí. Me encanta ver a mis hijos haciendo deporte en la casa. La clave de esto es el deporte y la educación”, dijo.

Y también rueda sobre bicicleta con su compadre Carlos Delgado.

“Cuando eres pelotero, eres competidor. Hace poco nos fuimos de Manatí al Faro de Arecibo y viramos. Son 40 millas. Nos divertimos. Nos pusimos al día en el camino”, dijo.

Todas esas actividade­s familiares y con amistades tienen a Beltrán completame­nte entretenid­o y sin extrañar la pelota que jugo por la mitad de su vida de 44 años.

El mundo lindo que está viviendo lo quiere disfrutar. Ve a sus hijos crecer y competir. Los puede guiar. Y se lleva la satisfacci­ón de que sus hijos le siguen sus pasos.

“Estoy pasando un tiempo tan bonito con esta libertad que tengo que no pienso en la pelota. Esto me lo quiero disfrutar”, dijo.

“Tengo a una hija que tiene 13 años. La otra tiene 9 años. Mi hijo tiene 5 años y el otro día tuvo su primera práctica de béisbol. Me había dicho que no quería jugar, que lo que quería era ser un soccer player. ‘Le dije trata. Tienes que darte la oportunida­d’. Lo trató y me dijo '’papi me gustó. ¿Cuándo es la próxima práctica?’ Ahora estoy involucrad­o con él y disfrutand­o”, contó.

No descarta un retorno al béisbol

Así las cosas, la pregunta sobre si Beltrán considerar­ía un retorno al béisbol en un puesto como dirigente o alguna otra posición parecería ser una inadecuada. Pero no lo es. Beltrán admite que la pelota que sigue llevando en su ADN por los millares que swings que ha dado y los bombos que ha cogido.

“Por jugar 20 años en las Grandes Ligas se te hace difícil alejarte. La mitad casi de mi vida la viví jugando béisbol. En un futuro no lo descarto, si la oportunida­d aparece, si es correcta y hace sentido, pues vamos para encima. Al final del día uno tiene que entender que ese tipo de posiciones no surgen frecuentem­ente. Y cuando surgen, como pelotero latino, de minoría, es algo muy positivo tener un puesto de impacto en las Grandes Ligas”, dijo quien terminó carrera con promedio de .279 con 435 HR.

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De vuelta a residir en Puerto Rico, Carlos Beltrán está viviendo la vida normal de un padre junto a su esposa Jessica, se ha adentrado en el trabajo de su academia y disfruta actividade­s como las de ser chef o correr bicicletas.
Para Primera Hora / Alejandro Granadillo NUEVAS EMOCIONES De vuelta a residir en Puerto Rico, Carlos Beltrán está viviendo la vida normal de un padre junto a su esposa Jessica, se ha adentrado en el trabajo de su academia y disfruta actividade­s como las de ser chef o correr bicicletas.
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