EN DEBATE QUIÉNES NECESITAN REFUERZO
Mientras, EE.UU. dice duplicará vacunas contra el COVID-19 para compartir con otros países
Un influyente panel médico de Estados Unidos se reunía ayer para debatir quiénes deberán recibir vacunas de refuerzo contra el COVID-19 y cuándo, una pregunta que ha resultado más contenciosa que lo que esperaba el gobierno del presidente Joe Biden.
La reunión de los asesores de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) se produce días después de que los expertos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) rechazó tajantemente un plan de la Casa Blanca para ofrecer los refuerzos a casi todos. En lugar de ello, ese panel propuso ofrecer los refuerzos a los ancianos y aquellos en alto riesgo de contraer el virus.
Aunque las vacunas contra el COVID-19 siguen ofreciendo una fuerte protección contra síntomas graves, hospitalización y muerte, la inmunidad contra infecciones moderadas parece disminuir meses después de la vacunación.
La decisión del panel de la FDA la semana pasada fue apenas el primer obstáculo en momentos en que el gobierno prepara su política para los refuerzos. Esa agencia no ha indicado aun si concuerda con las recomendaciones del panel y autoriza los refuerzos de Pfizer.
Si lo hace, los CDC entonces deberán recomendar quiénes recibirán las dosis adicionales tras escuchar a su propio panel de asesores sobre Prácticas de Inmunizaciones, cuya reunión se extenderá hasta hoy.
De otro lado, el presidente Joe Biden tenía previsto anunciar que EE.UU. multiplicará por dos, a mil millones de dosis, sus pedidos de vacunas contra el COVID-19 de Pfizer para compartirlas con el mundo, dentro de los esfuerzos por vacunar al 70% de la población mundial en el próximo año.
El compromiso de EE.UU. sería la pieza central de la cumbre global sobre vacunas que Biden celebraba de forma virtual ayer, en un aparte de la Asamblea General de Naciones Unidas, en la que esperaba presionar a las naciones acomodadas para que hagan más para controlar el coronavirus.
Líderes mundiales, grupos humanitarios y organizaciones globales de salud han denunciado la desigualdad del acceso a las vacunas entre las naciones ricas y pobres.