Herramientas para manejar el estrés de una enfermedad a largo plazo
Clave entender los cambios y hacer un plan
La incertidumbre y los cambios que acompañan el diagnóstico de una enfermedad a largo plazo o crónica pueden desencadenar factores estresantes que aumenten las complicaciones a nivel corporal. La psicóloga clínica y especialista en cuidado primario de salud, doctora Luz Ramos, exhortó a concentrarse en cómo se puede mejorar y no quedarse en lo que le llevó a esa situación.
La doctora Ramos destacó que lo primero que la persona se pregunta es cómo va a modificar su estilo de vida, qué cambios va a tener que realizar en sus roles diarios y cuánto tiempo va a durar en el proceso. “Las personas con enfermedades crónicas como hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes o VIH tienen un mayor riesgo de [desarrollar] síntomas depresivos en lo que se adaptan a manejar la afección. Generalmente, los síntomas suelen disminuir, con excepción de las personas con enfermedades cardíacas, que tienden a durar más con los síntomas depresivos, porque se mantienen a la expectativa de que les puede suceder cualquier cosa que empeore la situación. Incluso, muchas veces, también confunden lo que es una ansiedad o un ataque de pánico con lo que puede ser una enfermedad cardiovascular”, explicó la psicóloga y secretaria de la Junta Directiva de la Asociación de Psicología de
Puerto Rico.
Entre los factores de riesgo que se pueden manifestar cuando no se manejan los cambios y estresores asociados al diagnóstico, la doctora Ramos explicó que “los síntomas físicos aumentan, porque la persona va a estar más a la expectativa, lo que le crea más ansiedad, tristeza, desesperanza, falta de energía, pérdida de apetito o problemas digestivos. En la parte social, se puede alejar de la familia o crear situaciones en el trabajo, generando, en consecuencia, más tensión o problemas”. Además, la psicóloga añadió que, a nivel corporal, pueden aumentar las inflamaciones, como consecuencia de la tensión y el estrés.
Estos factores, también, podrían llevar a los pacientes a aumentar la necesidad de usar medicamentos y de visitas médicas; a disminuir su tiempo para actividades sociales y a presentar problemas de autoestima y motivación. Por consiguiente, la especialista hizo un llamado prioritario a darse la oportunidad de manejar las emociones, al brindar las siguientes recomendaciones:
Siente las emociones. Las emociones
● hay que sentirlas, conocerlas y dejarlas salir. No se debe juzgar el proceso. No hay que ser el más fuerte; permite que aflore lo que estás sintiendo.
Identifica personas de apoyo que
● te puedan acompañar en el proceso y te ayuden a manejar las emociones o estresores que se manifiestan en el cuerpo. Puede ser un médico, un familiar o un amigo.
Acepta los cambios en el diario
● vivir. Hay días que serán buenos y productivos, y otros en los que quizás necesites más descanso. Es importante entender y aceptar lo que el cuerpo te está pidiendo.
Haz modificaciones; no debes
● dejar de hacer las cosas que te gustan. Puedes hacer nuevos pasatiempos para sustituir los anteriores y buscar algo que te guste o que siempre quisiste hacer, como matricularte en un curso.
Haz los cambios necesarios en la
● alimentación y la rutina de sueño para que puedas sentirte mejor y disminuir los síntomas físicos.
Pregunta y oriéntate con tu
● médico sobre todo lo que necesitas saber para comprender mejor tu enfermedad. Prepara preguntas guía para la visita y sé claro al expresar los síntomas. Identifica un médico con el que te puedas sentir cómodo, escuchado y validado.
Revisa el historial familiar y busca
● dentro de la familia quién tiene factores genéticos que puedan estar influenciando en ese padecimiento e informa al médico para que puedas tener información adicional.
Haz los ajustes necesarios para
● mantenerte haciendo ejercicios.
Busca ayuda en el momento en
● que reconozcas que no sientes que estás procesando bien la enfermedad o que sientas cambios en el estado de ánimo. Existen psicólogos especializados en el cuidado primario de la salud.
El apoyo familiar es importante.
●
Los familiares que validan el proceso y puedan comprenderte y acompañarte, en definitiva, ayudan a que la situación se pueda llevar mejor.
La psicóloga clínica puntualizó que, si notas que los síntomas físicos se están exacerbando y no están relacionados con la enfermedad, es fundamental que busques ayuda con un profesional de la salud mental. Estas recomendaciones pueden ayudarte a evitar recaídas o complicaciones en el manejo médico de la enfermedad, ya que, al ser crónica, la adherencia al tratamiento es crucial.
“Establecer un plan y hacer los ajustes de adaptación necesarios te ayudará a llevar una vida lo más parecida a la que llevabas. A medida que trabajas adecuadamente con tus controles, tus emociones y tus cambios en el estilo de vida, podrás mantenerte estable”, aconsejó Ramos.