“El año pasado fue cruel, merecimos el ascenso” Gaizka Garitano
El entrenador del Eibar afronta su séptima campaña en el club. En su primera etapa llevó al equipo de Segunda B a Primera. Eran tiempos humildes. Ahora hay más exigencia.
Gaizka Garitano (Derio, Bizkaia, 47 años) sabe que este Eibar no es aquel con el que asombraron al mundo en 2014 dando el salto a Primera. Siete años en la élite han refinado el paladar de Ipurua y la frustración del curso pasado al no lograr el ascenso va a pesar mucho este año.
—La pretemporada ha sido redonda: seis victorias y un empate. ¡Igual era mejor recibir un sopapo para pisar la tierra! —Pero no dan puntos. Se va adquiriendo una mentalidad ganadora y eso en un equipo como el nuestro es muy necesario. Hablamos con los nuevos de que aquí la exigencia es alta y tenemos que ganar. La pretemporada te puede valer para adquirir esa costumbre. —¿Esta plantilla le gusta más que la del año pasado?
—Es diferente, hay algo más de juventud. Sin Edu (Expósito) y Óscar (Sielva) a nivel de calidad es inferior, pero se mantiene la competitividad.
—¿Cómo fue lo de entrenar a Llorente?
—Fue una gozada, estoy muy orgulloso de haber sido su entrenador, fue un ejemplo cuando estuvo aquí, de humildad, trabajo y hacer equipo.
—No tienen el célebre colchón de protección del descenso, así que todo se complica. —No lo creo. Tenerlo no te da tanta ventaja como se cree y carecer de él tampoco te deja con tanta desventaja. Los presupuestos en Segunda no son tan importantes como en Primera, hay mucha igualdad. —Regresó en 2021 a Eibar tras seis años fuera. ¿Notó muy cambiado el club?
—Hay muchos más recursos, medios... Lo que ha cambiado es la exigencia, ha subido muchísimo tras estar en Primera. En Segunda se ha perdido la perspectiva de lo que es el Eibar. Está bien que haya exigencia, nadie nos supera a nosotros en eso, pero los años de Primera han hecho esa mella en que las exigencias esten fuera de los límites.
—¿Y Garitano ha cambiado tanto o es el mismo de 2015? —Tengo más experiencias, años de entrenador, cornadas... —Hablando de cornadas, ¿cuántas vueltas ha dado al partido de Alcorcón el año pasado que arruinó el ascenso? ¿Cambiaría algo si pudiera echar el tiempo atrás?
—Fue un día que va a quedar marcado siempre, porque era la última jornada y perdimos. ¿Qué vamos a cambiar? ¡Nada! Siete días antes jugamos contra el Tenerife con la misma alineación y habíamos hecho uno de los mejores partidos. —¿Entiende que haya gente que esté de uñas?
—Sí, lógicamente. La pena se convierte siempre en frustración y ésta en enfado, lo quieres pagar con alguien. El Eibar batió todos los récords.
—Todo eso lo cambiaría por un gol en Alcorcón. ¿a que sí? —¡Claro! Fallamos el último día y eso no lo quita nadie. En Eibar merecimos el ascenso y fue un año cruel.
—La presidenta decía que no entiende la animadversión que hay hacia Garitano ¿y usted? —No sigo nada. A mí todas las muestras que me llegan son de cariño. Todo lo contrario a eso. —¿Le dolió no poder disfrutar de ‘su’ final de Copa en Bilbao tras ser cesado?
—Sí, pero entendieron que era lo mejor y lo respeto.