WOODWARD-NEWMAN, LAS ÚLTIMAS ESTRELLAS
Ethan Hawke inmortaliza (aún más) a Joanne Woodward y Paul Newman, la pareja más envidiada de ídolos del cine en ‘Las últimas estrellas de Hollywood’
Ella tenía un talento natural. Él se esforzaba más. Ella estaba convencida desde niña de que se convertiría en una estrella de Hollywood y de que se casaría con un hombre apuesto. Él era mucho más inseguro. Ella hacía que todo pareciese fácil. Él era muy complicado. Ella era mejor actriz. Él se convirtió en el actor más famoso de Hollywood. Y ahora vuelven a las pantallas, en un documental que muestra su vida personal y su contribución al séptimo arte.
Joanne Woodward y Paul Newman se conocieron en Nueva York en los 50, cuando ambos eran suplentes en una producción de Broadway (Picnic). El actor de Dos hombres y un destino estaba casado y tenía tres niños pequeños, pero aquello no fue un impedimento para aquella pareja que hacía saltar las chispas en el escenario. Unos años más tarde se casaron en Las Vegas y la luna de miel la pasaron en el Festival de Cannes, donde Newman ganó el premio a la mejor interpretación masculina por El largo y cálido verano (1958). Sería el comienzo de un idilio que duraría 50 años y que solo rompería la muerte.
Joanne Gignilliat Trimmier Woodward (Thomasville, Georgia, 1930) empezó a sentir la pulsión de la interpretación gracias a la pasión de su madre por el cine. Tras estudiar en la Universidad de Louisiana, donde hizo sus pinitos como actriz de teatro, se trasladó a Nueva York para estudiar en el Actors Studio, donde sentó las bases formativas para debutar ante las cámaras de televisión. El salto al cine se produjo en 1955 y su primer gran papel lo obtuvo en Las tres caras de Eva, un trabajo por el que logró el Oscar a la mejor actriz en 1957 y con el que despegó una carrera de varias décadas que alternó siempre con las tablas. El ruido y la furia, Piel de serpiente, Un día volveré, y sus trabajos a las órdenes del mismo Paul Newman como director, Rachel, Rachel
(1968), y El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas
(1972), le auparon a una espléndida madurez que culminó con dos nuevas nominaciones al Oscar de la Academia por sus actuaciones en Deseos de verano, sueños de invierno, y Esperando a Mr. Bridge, ya en 1991.
Paul Leonard Newman (Shaker Heights, Ohio), que también comenzó en el Actors Studio tras estudiar artes escénicas en Yale con una beca del ejército, debutó en el cine en 1954 con un pequeño papel en faldas romanas en El cáliz de plata.
A partir de ahí, un imparable ascenso hasta el estrellato con personajes inolvidables en Marcado por el odio, La gata sobre el tejado de zinc, El buscavidas, El premio; Harper, investigador privado; Cortina rasgada, La leyenda del indomable, El golpe, Ausencia de malicia, Veredicto final, El color del dinero, por la que al fin conseguiría el Oscar, y unos últimos papeles memorables en películas como Ni un pelo de tonto o
Camino a la perdición, que combinó con su labor como director de unos cuantos filmes estimables.
Paul Newman y Joanne Woodward formaron una de las parejas más envidiadas de Hollywood. Como decía su amigo Gore Vidal: «Paul y Joanne son las últimas estrellas de Hollywood». Partiendo de esa afirmación, el actor Ethan Hawke se propuso rendirles homenaje (sobre todo a Woodward, a quien la maternidad
y la fama de su marido terminaron eclipsando) en esta serie documental de seis episodios en HBO Max.
Ethan Hawke, actor que comenzó en El club de los poetas muertos, protagonista de Training Day y de la trilogía Antes del… de Richard Linklater, entre otras grandes producciones, ha dirigido tres largometrajes
(Chelsea Walls, El estado más caliente y Blaze) y el documental Seymour: una introducción, y siempre tuvo muy claro que el legado artístico y personal de estas dos estrellas unidas de por vida debía ser preservado y trasladado al público actual, rendido a las series.
Las últimas estrellas de Hollywood se articula a través de videollamadas de Hawke con otros amigos intérpretes: George Clooney, Zoe Kazan, Laura Linney, Oscar Isaac... Lo que empieza pareciendo una sesión de entrevistas sobre el legado de Newman y Woodward se convierte en una lectura grupal de más de mil entrevistas transcritas que iban a servir como material de base para que el guionista Stewart Stern (Rebelde sin causa) escribiese las memorias de Newman. El resultado es tan bello como sus protagonistas. ●