Ha llegado la hora de la verdad para Japón
ciega de todos en el 43-3 de Luis Enrique haya configurado a una España reconocible y siempre ofensiva. En cuanto a los nombres propios, hay muchas ganas de ver el rendimiento de Pedri y Gavi, los mayores talentos del momento
Si no participa Japón no lo podemos llamar Mundial. La selección asiática, amarrada siempre a su fútbol eminentemente técnico, es una cara habitual de los mundiales y siempre deja detalles para esperanzarse. El reto, reconocido por el seleccionador Hajime Moriyaso, tras tres pases a octavos en sus últimas cinco participaciones, es llegar a cuartos. Para conseguirlo hay mimbres finos. Minamino (Mónaco), Kubo (Real Sociedad) o Kamada (Eintracht) tiene la misión de mejorar un fútbol que en la clasificación ha sido discreto.
«Estoy confiado en qué elegí a los mejores jugaen el fútbol español, en un gran escenario.
«Ya hemos jugado contra Alemania y si estamos aquí es por nuestros méritos. Del resto no conozco mucho». «Vamos a confiar en nosotros como equipo. No vamos a cambiar, aunque sea un Mundial. Nos puede ganar cualquiera pero podemos ganar a cualquiera», dijo Luis Enrique tras conocer el sorteo mundialista. «Será difícil cada partido. Conocemos a Alemania muy bien. Nos tiene que dar confianza que somos cabezas de serie. El morbo siempre está presente. Nunca lo hemos tenido fácil. El precedente que hay contra Alemania es ejemplar. Nosotros como siempre, a dar guerra contra todos. Será muy importante el primer partido, por la confianza que te genera». dores disponibles, que pueden conectar y trabajar juntos, que jugarán con organización», analizó el seleccionador Moriyasu en la conferencia de prensa. ¿Y cómo juega Japón? Su estilo es inconfundible: la selección que quiera derrotar a los nipones tendrá que correr como mínimo tanto como ellos, pues su fortaleza física y rapidez son sus marcas de fábrica, junto al talento que tienen en su línea ofensiva. Minamino y Kubo pueden crear mil y un problemas a cualquier zaga y la española no es una excepción: la concentración deberá ser máxima ante ellos. ●