La moción fallida del 87 y la falta de escaños disuaden al PP de presentar otra
Pedro Sánchez llegó a la Moncloa en 2018 mediante una moción de censura al Gobierno de Mariano Rajoy, tras la sentencia del caso Gürtel que condenó al PP por corrupción. Ahora, algunos partidos de la oposición creen que hay motivos suficientes para presentar la misma iniciativa parlamentaria contra Sánchez, una vez conocido que el Gobierno va a suprimir el delito de sedición por el que fueron condenados los independentistas del procés y ante la posibilidad de una rebaja en las penas por malversación, uno de los delitos más paradigmáticos de la corrupción.
Vox y Ciudadanos lo ven claro, pero quieren que sea el PP de Alberto Núñez Feijóo el que lidere la censura al Ejecutivo. Los populares, en cambio, descartan de plano esta opción a pesar de que sí denuncian que Sánchez está «debilitando el Estado». ¿El motivo? La moción no sumaría los apoyos necesarios en el Congreso ni el PP se atreve a repetir el precedente fallido de Antonio Hernández Mancha en 1987.
«La moción de censura no puede ser una herramienta mediática, no hay votos para hacerlo», explican fuentes autorizadas, que recuerdan que la última que presentó Santiago Abascal contra Sánchez fue un fracaso y admiten que si se suman a la de Ciudadanos, perderían. Así pasó con Hernández Mancha, quien poco después de su elección como candidato del PP, presentó una moción de censura contra Felipe González, entonces presidente y que gozaba de mayoría absoluta. El PP, pues, se resiste a repetir aquel precedente y salir a perder. ●