La derecha española no tiene memoria democrática
y no fue la derecha española la que peleó por asentar la democracia y la Constitución del 78 en nuestro país. Por muchas batallitas que nos cuenten.
Y este es el principal problema: que nuestra derecha española no es homologable a las derechas europeas. En ningún país pasa lo que ocurre en España. En Italia o en Alemania, la derecha y la izquierda comparten fuerza común frente al fascismo que asoló Europa en el siglo pasado. Y aquí, por el contrario, la derecha sigue pujando por ese voto ultra que hoy pelea con Vox.
Pero que tengan una cosa bien clara: ser demócrata es incompatible con seguir dejando espacios públicos o privados a los homenajes a los fascistas o al dictador. Este país no debe nada al franquismo ni a sus escisiones políticas actuales. La democracia solo debe rendir homenaje a quienes lucharon por la democracia y la libertad. ●