El dilema del SMI: mejoras a costa de destruir empleo
Al Gobierno le quedan escasas semanas para sentarse con sindicatos y patronal para decidir qué hacer con el salario mínimo (SMI) de cara a 2023. Todo apunta a que decidirán una subida cercana a los 1.100 euros mensuales en 14 pagas (actualmente está en 1.000). No obstante, el proceso se ha visto rodeado de cierta polémica en las últimas semanas tras conocerse el contenido de un informe que apunta a que, si bien la subida del SMI de 2019 redujo la desigualdad salarial en España, también destruyó unos 28.000 empleos.
El Ministerio de Trabajo tiene en su poder este documento desde enero de este año, pero se había negado a revelar su contenido hasta el martes de la semana pasada, pese a que el Consejo de Transparencia se lo exigió en septiembre. Se trata de un informe elaborado por la fundación Iseak que Trabajo encargó en 2021 para analizar los efectos de la subida del SMI y cuyas líneas maestras han ido adelantando varios medios en las últimas semanas. Una difusión que iba acompañada de la de otros dos informes encargados ad hoc por el Gobierno en los que se señalaban los beneficios de la subida del SMI, pero sin entrar a valorar sus efectos sobre el empleo.
En resumen, el documento apunta a que la subida del SMI que se hizo en 2019 (un 22%) mejoró las condiciones de vida de 1,5 millones de trabajadores y redujo la desigualdad salarial, pero también causó la destrucción de alrededor de 28.000 empleos. El trabajo, que firman la economista Sara de la Rica y otros tres investigadores, señala que las subidas del SMI «implican ciertos riesgos laborales para aquellas personas a las que precisamente pretenden beneficiar». Especialmente en colectivos como los mayores de 30 años y los trabajadores a jornada completa.
El informe de Iseak apunta en la misma dirección en la que ya lo hicieron antes la Airef o el Banco de España, que también han estudiado el asunto. En 2020, la autoridad fiscal concluyó que el alza del SMI destruyó entre 19.000 y 33.000 puestos de trabajo, mientras que el supervisor bancario, que también estimó los puestos de trabajo que dejaron de crearse, elevó esa horquilla entre los 98.000 y los 180.000 empleos. ●