20 Minutos Madrid

Helena Bianco «Hoy se hacen canciones al por mayor, pero la música no ha perdido calidad»

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Helena Bianco tiene 75 años, pero una energía que ya quisieran los más jóvenes. Acaba de publicar su biografía, Entre el cielo y el suelo (Milenio), en la que explica sin titubeos lo que se esconde tras una vida de éxito como vocalista de Los Mismos.

¿Ha estado más veces en el cielo o en el suelo? Es el reflejo de mi vida y, por desgracia, he estado muchos años en el suelo, creo que a partir de los 80 hasta hoy. A pesar de que estoy ahí continuame­nte, intentando trabajar, estudiando siempre para no dejar de sorprender, las cosas no son siempre como parecen. Hay mucha gente que te quiere ver anclada a tu pasado.

¿Le ocurrió cuando dejó Los Mismos? Por supuesto. Pensé que había cumplido un ciclo y, en pleno éxito, decidí dejar el grupo. Lo verdaderam­ente triste es que toda esa gente que prometía que te abriría puertas y te llamaría desapareci­ó. Personas incluso de mi confianza me dejaron caer en pleno vuelo.

Debe ser muy difícil encajar un golpe así… Fue difícil, pero también muy doloroso. Pasé muchos años enferma. De alguna manera me resistía a una realidad artística que no quería vivir y estuve desarrolla­ndo otras facetas. Durante muchos años tuve necesidad de trabajo y de dinero. Por suerte, conseguí salir a flote de la depresión.

¿Cómo superó ese trance? Con terapia y dejando fluir lo que sentía. La pena te ancla, te impide avanzar y hay que intentar deshacerse de ella. Tuve que ponerme en manos de profesiona­les cuando dejé el grupo y también cuando me separé, pero creo que lo que más me ayudó fue hacer una terapia en grupo. Aquello me sirvió para poner en orden mis afectos y la relación con mi entorno. Empecé a amar a mis padres, a la gente...

Es pura resilienci­a. Adaptarse a las circunstan­cias es fundamenta­l. Lo que me ha salvado es vivir con humildad, saber qué hago aquí y que cualquier trabajo que desarrolle es dignísimo. Eso no significa que, a día de hoy, cierre los ojos y de vez en cuando sienta una gran tristeza. Siempre hay un paso más.

¿Eso podría llamarse inconformi­smo vital? No, pues el inconformi­smo te da amargura y yo soy muy agradecida. Segurament­e soy inquieta en lo creativo, porque creo que siempre hay que salir adelante. La verdad es que no sé cómo es posible que tenga todavía tanta ilusión.

¿De dónde saca la energía? Del aplauso del público, de la gente que no se ha olvidado de mí, del reconocimi­ento... He empezado muchas veces de cero y sigo haciéndolo. Cuando mi representa­nte me ofrece para algún trabajo, siguen pidiendo que les mande una biografía.

¿Nos estamos olvidando de nuestros artistas veteranos? Ahora hay un fervor con la música de los 60 y los 70, pero han sido años muy difíciles. Es un problema histórico que nos ha hecho malvivir durante más de 15 años. Muchos de los artistas de mi generación veníamos de familias humildes, ayudábamos a nuestra gente, y de repente nos vimos sin trabajo. En lugar

Valladolid, 1948. Su nombre es Elena Vázquez. Cantante. Fue vocalista de Los Jolly’s y Los Mismos. Con los primeros grabó en los años 60 la versión en español de Supercalif­ragilistic­oexpialido­so. Con los segundos tuvo éxitos como El puente. En 1980, el trío se disolvió y ella inició una carrera en solitario. En 2019, ganó La voz senior. de venerarnos como en otros países, nos hicieron sentir que no valíamos para nada. Con las consecuenc­ias económicas que debe tener esa situación… Por supuesto. Además, hubo muchos empresario­s que nos tomaron el pelo, que no nos daban de alta, por lo que hay muchos compañeros que están pasando unos apuros muy importante­s, otros que tienen depresione­s… Por suerte, tenemos el apoyo de SGAE y AIE, que ayudan a poder vivir con dignidad a muchos artistas, pero no siempre es suficiente porque no hay un sindicato y unos estatutos que nos defiendan. Hemos producido mucho, no hemos venido a pedir limosna. ¿Le molesta que ahora la conozcan por ganar La voz? No, porque

«Cuando mi representa­nte me ofrece para algún trabajo, siguen pidiendo mi biografía»

conseguí lo que pretendía. Me ayudó a conquistar al público más joven y demostrar que la edad no cuenta, importa la disposició­n. Sentir la ovación del público en cada actuación fue emocionant­e. Pero se queda ahí porque soy mayor, no invierten en nuestras canciones.

¿Ha perdido calidad la música? Se hacen canciones al por mayor, pero no creo que la haya perdido. Hay cantantes y autores muy preparados que son buenísimos. El principal problema es que tenemos una influencia de reguetón impresiona­nte. Estaría bien que no dejáramos que nos quiten el sitio.

¿A qué se refiere? Estoy un poco cansada de poner la radio y que me cueste escuchar un tema en español. ¿Por qué hay que ser tan snob de escuchar música en otros idiomas? Esto no sucede en ningún otro país.

Siempre nos quedará El puente,

¿sigue teniendo miedo a ir a Mallorca en avión? Me sigue dando miedo volar, pero lo soluciono con un lexatín.

¿No se cansa de cantarla? Te voy a ser sincera: puedes tener un plato de comida favorito, que es exquisito, pero si lo comes todos los días acabas aborrecién­dolo. En cualquier caso, entiendo que el público quiera escucharla, fue una de las 15 canciones estrella que tuvimos. Tiene una energía fantástica.

Habrá quien piense que se ha hecho millonaria con esta canción… Ojalá, pero yo no soy la autora y los derechos de interpreta­ción van por otro lado...

¿Es feliz? Tengo momentos en el día de mucha felicidad, pero no creo que sea posible ser feliz todo el día. Ahora me voy de compras con mi nieto, y eso me pone muy feliz. ●

«Estoy un poco cansada de poner la radio y que me cueste escuchar un tema en español»

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