20 Minutos Madrid

Iñaki Ortega «Pan y circo»

Las cartas no deberán superar los 800 caracteres (espacios incluidos). se reserva el derecho de editar o extractar los textos.

- Iñaki Ortega es doctor en Economía en la Universida­d en internet UNIR y LLYC Por Coordinado­ra de derechos de la juventud de Oxfam Intermón Directora Director adjunto EDITA

La semana pasada han sido aprobados por amplia mayoría los Presupuest­os Generales del Estado y al mismo tiempo ha comenzado el Mundial de Fútbol de Qatar. La política y el balompié han opacado cualquier otro asunto. Unos Presupuest­os repletos de ayudas, subsidios, subvencion­es y privilegio­s para funcionari­os, jubilados, desemplead­os y otros colectivos «vulnerable­s» que suponen cerca de diez millones de españoles. Y la televisión pública, la misma que en verano estuvo una semana con el logo del Orgullo, ha transmitid­o la Copa del Mundo qatarí sin sonrojarse, eso sí, con audiencias que superaban los 9 millones en nuestro país. «Pan y circo», dos milenios después.

Allá por el año 100 después de Cristo, un afamado poeta latino de nombre Juvenal acuñó la frase panem et circenses para describir la estrategia de Roma de regalar trigo y organizar fastuosos juegos circenses con carreras de cuadrigas y gladiadore­s. El pueblo –sin hambre y entretenid­o– caía rendido ante la generosida­d de sus gobernante­s. «Pan y circo», por tanto, fue la vía para mantenerse en el poder haciendo desaparece­r el histórico espíritu crítico de los romanos. Una forma como otra cualquiera de populismo. Hoy, aunque parezca mentira por el tiempo que ha pasado, parece que sigue vigente.

En Roma, las hogazas de pan repartidas en las casas y el acceso libre al Circo Máximo silenciaro­n los muertos en las legiones y la miseria de las calles. En España –no iré tan lejos– los Presupuest­os y el Mundial permitirán llegar al Gobierno hasta las elecciones municipale­s de mayo sin grandes sobresalto­s. Aumentos del salario mínimo interprofe­sional, cheques gasolina por doquier, empleados sin trabajar y cobrando al estar en ERTE, nuevas ofertas públicas de empleo, funcionari­os y pensionist­as con subidas de rentas garantizad­as por el BOE, generosas subvencion­es a los amigos y campañas de publicidad, todas las habidas y por haber, hasta convertir al Gobierno en el primer anunciante de España. Y fútbol, mucho fútbol.

La economía, como esos atletas dopados que aguantan la carrera gracias a la química, resistirá unos meses, pero llegará un momento en que no soportará más inyeccione­s de deuda y se parará. Al igual que el Mundial de Fútbol terminará, las empresas y las familias no podrán soportar más meses de presión fiscal, aumento de precios y caída de pedidos del resto del mundo. Por supuesto habrá intentos de seguir con el circo, algunos políticos lo intentarán desde la Carrera de San Jerónimo y otros desempolva­rán pancartas en vano. Pax Romana era la expresión latina que resumía todos esos años de estabilida­d y prosperida­d que vivió Roma. Pero no duró siempre. Y tras este periodo llegó la caída del Imperio romano…

Pero aquí no hemos venido a hablar de historia clásica, así que las palomitas que no falten para seguir viendo en las pantallas el Mundial de Fútbol o los pactos y los exabruptos en el parlamento. Que ya no se sabe qué es más espectácul­o, si lo uno o lo otro. ●

La juventud es un periodo del que cuesta salir. Generacion­es Z y Millennial no somos ajenas a la cautivador­a sucesión de descubrimi­entos y desafíos que supone esta etapa. Y mantenemos ese optimismo que describía Gil de Biedma cuando decía «dejar huella quería y marcharme entre aplausos. Envejecer, morir, eran tan solo las dimensione­s del teatro». No obstante, las expectativ­as de las y los jóvenes de hoy, que en algún punto previo a la Gran Recesión se nos prometían formidable­s, se han topado con las serias consecuenc­ias de la precarieda­d laboral crónica, la inestabili­dad y la incertidum­bre.

La juventud es un periodo de especial vulnerabil­idad ante recesiones ya que, en contextos de destrucció­n de empleo y devaluació­n de la calidad del existente, las oportunida­des para los últimos en llegar se reducen. Las generacion­es nacidas a partir de la década de los 90 hemos crecido con las peores perspectiv­as económicas de los últimos 60 años y las cicatrices que nos han dejado las crisis consecutiv­as son cada vez más profundas.

Tenemos menor crecimient­o salarial que el total de la población y que las generacion­es de jóvenes anteriores. Esta es la realidad socioeconó­mica de los jóvenes en España en el último año y que, junto al Consejo de la Juventud, hemos analizado en La maldición de la eterna juventud.

La juventud sigue siendo ese periodo dulce que anhelaba De Biedma. Pero no podemos renunciar a que sea también un periodo digno, con suficiente­s impulsos para disfrutar de las garantías de un sistema de bienestar. Ni podemos permitirno­s que, con un presente truncado, los jóvenes alcancemos la vida adulta siendo un débil sostén para nuestra sociedad en el futuro. No hay excusas que nos deban desviar de la apuesta por políticas públicas para la juventud innovadora­s y ambiciosas. ●

La televisión pública ha transmitid­o la Copa del Mundo qatarí sin sonrojarse

Los Presupuest­os y el Mundial permitirán al Gobierno llegar hasta mayo sin sobresalto­s

20minutos

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain