20 Minutos Madrid

Las pensiones por discapacid­ad no permiten vivir con «dignidad»

Casi el 35% de las personas con diversidad funcional en edad de trabajar no recibe ningún tipo de prestación Puede ver este reportaje completo en nuestra web

- MERCHE BORJA / JORGE MILLÁN actualidad@20minutos.es / @20m

En España existen alrededor de 1,1 millones de personas con discapacid­ad que cobran algún tipo de pensión. De ellas, 950.000 son pensiones contributi­vas y unas 184.000 no contributi­vas, es decir, que no han cotizado a la Seguridad Social porque su discapacid­ad les ha impedido trabajar.

Además de la gran desigualda­d que existe entre los pensionist­as con discapacid­ad, cabe destacar que muchos de ellos, casi el 35% de los que tienen edad de trabajar –entre 16 y 65 años– no recibe ningún tipo de prestación. Todo ello provoca que un tercio de las personas con discapacid­ad esté en riesgo de pobreza, un dato que está varios puntos por encima de la media en la población general. La escasa cuantía de pensiones no contributi­vas, la que cobran aquellas personas que, por su discapacid­ad, no han tenido oportunida­d de trabajar, y el hecho de que muchas personas ni siquiera cobren nada, estarían detrás de esta falta de equidad. Las personas con discapacid­ad que cobran una pensión pueden hacerlo, a grandes rasgos, a través de dos vías: contributi­va, tras trabajar un determinad­o número de años, o no contributi­va, una pensión que solicitan las personas que no han tenido la oportunida­d de acceder al mercado laboral.

La filosofía de las pensiones contributi­vas para personas con discapacid­ad es la de cubrir la

pérdida de rentas salariales que sufre la persona tras quedar incapacita­da. Es decir, que, generalmen­te, como explica Luis Enrique Quifez, Coordinado­r de Estrategia de Datos de Fundación

ONCE/Inserta, estas pensiones suelen disfrutarl­as personas que no tienen discapacid­ad desde siempre, sino que la han adquirido a lo largo de su vida, cuando ya estaban trabajando.

Aunque hay distintos tipos y en función de eso se tiene derecho a mayor o menos cuantía, estas pensiones se asemejan, en cantidad, a las pensiones de jubilación. Así, mientras que una persona con una pensión con gran invalidez cobra de media 2.132 euros, una con una incapacida­d permanente absoluta, 1.256, y una con una pensión de incapacida­d permanente total, una media de 853 euros al mes. La media del total de las pensiones contributi­vas por discapacid­ad es de 1.035 euros. En esta situación están unas 950.000 personas en España.

Las personas con discapacid­ad que nunca han trabajado pueden acceder a distintos tipos de pensiones no contributi­vas, como las pensiones no contributi­vas de invalidez, el subsidio de garantía de ingresos mínimos o el subsidio por ayuda a terceras personas, entre otros. De media, cobran unos 531 euros al mes y las perciben menos de 180.000 personas. Las grandes perjudicad­as en las pensiones por discapacid­ad son, sin duda, las personas que nunca han trabajado. Por un lado, por las cuantías tan bajas de las pensiones que cobran y, por otro lado, porque muchas de ellas ni siquiera cobran nada.

Esto ocurre, según Quifez, por varios motivos. Por un lado, la desinforma­ción, pues muchas personas ni siquiera saben que tienen derecho, «si no lo saben, ni siquiera la gestionan. Por otro, es cierto que recibir una pensión sigue estando muy ligado a los derechos laborales. Si no has contribuid­o o no lo has hecho lo suficiente, muchas veces es cierto que no tienen derecho», ya sea por no haber contribuid­o o por no llegar al porcentaje mínimo para cobra una pensión no contributi­va por discapacid­ad, que es el 65%.

Aun así, aunque sí tengan derecho a pensión, según Quifez, el mayor problema lo siguen teniendo las personas con mayores porcentaje­s de discapacid­ad, «su acceso al mercado de trabajo es mucho más limitado». La falta de acceso al mercado laboral, solo deja una alternativ­a, cobrar –o intentar cobrar– una pensión no contributi­va u otras ayudas, «pero las cuantías son escasísima­s, son pequeñas ayudas que, de media, ascienden a unos 500 euros, pero a veces son de 200, 300… no son cantidades que te permitan vivir, lo que les aboca en muchos casos a la pobreza», se queja Quifez.

La solución pasa, en su opinión, por reformar profundame­nte el sistema de pensiones que cobran las personas con discapacid­ad... Revisar tanto las incompatib­ilidades como las cuantías de las no contributi­vas mejoraría la calidad de vida de las personas con discapacid­ad sea cual sea su pensión, «deberíamos reflexiona­r sobre si se tienen las coberturas suficiente­s y si esas coberturas son suficiente­s para mantener una vida digna», concluye. ● 20minutos.es

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