Un catálogo de errores urbanísticos
Hemos interiorizado la expresión de memoria histórica, pero no hablamos de memoria del paisaje. ¿La buena recepción de su ensayo significa que hay voluntad de hablar de ello? El público ha recibido muy bien el libro. El fin de vivir el paisaje genera ansiedad: hemos visto cómo modificaban o destruían un entorno importante. El agravante es que lo nuevo no tiene calidad y el espacio público se degrada y genera desigualdad. ¿Qué nos ha llevado a esta situación? Las palabras de Giscard d’Estaing, presidente de la República, siguen más vigentes que nunca especialmente en países de modelo tan radicalmente neoliberal como España. En 1976, le dijo a Chirac, su primer ministro, que debían detener el afeamiento de Francia; no se necesitan más leyes, le dijo, sino poner en valor a los artistas del espacio público; a los arquitectos, urbanistas y paisajistas.
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Otra barandilla
Un tramo de 100 metros de la barandilla original de la playa de La Concha de San Sebastián se encuentra en la actualidad en Lepe, en la playa de la Antilla.
No siempre defiende a Francia en su ensayo. Tampoco allí se libran de los abusos que coinciden con la descentralización de los 80. La descentralización puede estar muy bien, pero en urbanismo casi siempre es letal. Además, los alcaldes no suelen tener conocimientos
Protesta ecológica
Acción de Greenpeace contra El Algarrobico, en el Cabo de Gata almeriense, con el lema Hotel ilegal en la fachada. «Es un galimatías jurídico», dijo un ponente del Supremo.
urbanísticos y su gusto suele ser pésimo.
También habla de otro derrape francés: el modelo de los macrocentros comerciales. Ha acabado con el negocio de proximidad, y encima lo han exportado con orgullo. Es terrible, acaba con el alma de las pequeñas ciudades.
Felipe González, porque ganó tres mayorías absolutas seguidas. Tuvo tiempo para crear un super ministerio de ordenación territorial, pero no lo hizo; tuvo tiempo para poner a los mejores arquitectos al mando, pero no lo hizo; tiempo para crear un conservatorio del litoral como en Francia, pero no lo hizo; tuvo tiempo para crear un cuerpo de arquitectos y arquitectas del Estado y no lo hizo...
¿Por qué el urbanismo no fue una prioridad? Por incultura, y porque los abogados han dominado el debate, existe una sobredimensión de lo jurídico Es, como decía Foucault, la regresión de lo jurídico. Que el urbanismo pasara a las comunidades autónomas ha sido letal para el territorio y el paisaje.
En su ensayo, salva algunos municipios. Los mejores han sabido rodearse de arquitectos excelentes. Ahí están Girona, Santiago de Compostela, Albarracín, Barcelona o Vejer de la Frontera. Por desgracia, desde que lancé el libro se han seguido las malas prácticas: Ada Colau ha cesado al director de Patrimonio y Arquitectura de forma injusta y caprichosa. Los arquitectos siempre pagan el pato. Otro caso es el Llanes [Asturias] donde el PSOE va a presentar al mismo candidato a la alcaldía que consiguió que la población fuera bautizada como «marbellanes».
¿Al intentar metamorfosear Llanes en Marbella? Eso es. Lo inmobiliario puede con todo: corrompe voluntades políticas y condiciona a los arquitectos. A este bloque poderoso aliado con los fondos de inversión le da
Architecture
«Los mejores municipios han sabido rodearse de arquitectos excelentes: Girona, Santiago...»
«Los alcaldes no suelen tener conocimientos urbanísticos y su gusto suele ser terrible»
igual el espacio público: solo le importa el dinero rápido. En el paseo de la Palmera de Sevilla, uno de los más hermosos, están derribando mansiones históricas para construir mamotretos especulativos.
¿Cómo se podría mejorar el sistema de autonomías? Podríamos inspirarnos en los länders alemanes y aplicar tres valores: la transmisión de conocimiento técnico científico, la transparencia en el Estado, lo que conlleva menos corrupción